El sonido en parques y jardines: metodología para su identificación y clasificación

Abstract

Si alguna vez habéis estado atentos a las sensaciones que aparecen en nosotros mientras pasamos tiempo dentro de un espacio ajardinado de cualquier índole, habréis podido apreciar la esencia de la vida en sí misma. Uno de los placeres de nuestra existencia como seres racionales y sensibles a través de nuestros sentidos a los estímulos del entorno, es el de rodearnos de la belleza en todas sus expresiones posibles. En un jardín se promueven la totalidad de estas formas de “vida”, entendiendo la vida como una sucesión de momentos en los que los órganos de la vista, el tacto, el gusto, el olfato o el oído están despiertos y transformando para nuestro entendimiento todo lo que ellos son capaces de captar. Un jardín nos deleita con imágenes y colores que pintores como Monet, Van Gogh o Matisse han necesitado en algún momento plasmar en un lienzo para siempre, nos ofrece texturas cuyo solo roce hace de nuestra piel una alfombra de púas, abastece de imprescindibles sabores las cocinas de los restaurantes más atrevidos de nuestros días, y ha sido el reservorio de plantas de olor para la elaboración de perfumes desde hace mucho tiempo. El sonido nunca ha sido tan valorado en estos lugares, se ha sentido, pero no siempre se ha estudiado ni utilizado debidamente. Para subsanar este hecho, desde el Área de Jardinería y Paisajismo del Departamento de Ciencias Agroforestales de la US, dentro de una serie de trabajos que estudian “los sentidos en el jardín mediterráneo” hemos decidido comenzar una línea de investigación que pueda ayudarnos a descifrar y entender los sonidos de los jardines y así poderles dar un sentido más allá del que tienen dentro los muros que los encierran. Desde el punto de vista técnico, nos basaremos en las visiones de estudiosos como Pierre Schaeffer y su “Tratado de los objetos musicales” (Schaeffer, P., 1988) o Raymond Murray Schafer con su libro “El Nuevo Paisaje Sonoro” (Schafer, R. M., 2012). Curiosamente, ambos comparten casi totalmente la fonética de sus apellidos, su sonido, al cual ambos han dedicado sus investigaciones. Su manera de pensar ha abierto los ojos a muchas de las personas que actualmente nos interesamos por la música o por el espacio sonoro que nos rodea, y gracias a su esfuerzo previo nos va a resultar más cómoda la tarea que nos proponemos.