Artículo
Utilización de la semilla de girasol (normal y alta en ácido oleico) en la alimentación de vacas lecheras.
Autor/es | Ortiz, V.
Gómez Cabrera, Augusto Mena Guerrero, Yolanda |
Departamento | Universidad de Sevilla. Departamento de Ciencias Agroforestales |
Fecha de publicación | 1998 |
Fecha de depósito | 2019-05-31 |
Resumen | De un rebaño de 24 vacas frisonas, alimentadas con una ración forrajera de base, variable según la época, y
con una mezcla de diversos alimentos concentrados (pulpa de remolacha, semilla de algodón, harina de soja, pienso ... De un rebaño de 24 vacas frisonas, alimentadas con una ración forrajera de base, variable según la época, y con una mezcla de diversos alimentos concentrados (pulpa de remolacha, semilla de algodón, harina de soja, pienso compuesto de producción y correctores vitamínico-minerales), se utilizó una media de 15 vacas en lactación para realizar tres ensayos, incorporando distintos niveles de semilla de girasol normal y uno de girasol alto oleico a la mezcla de concentrados y comparándolos en cada caso con una dieta control. En el primer ensayo, teniendo como base forrajera ray-grass verde y paja de cereal, se incorporó un 6,75 p. 100 de semilla de girasol normal (G1) en sustitución de componentes de la mezcla, manteniendo el equilibrio isoproteico e isoenergético. En el segundo ensayo, sobre una ración de base compuesta por ensilado de avena, heno de avena y paja de cebada, se incorporó un 13 p. 100 de semilla de girasol normal (G2) y en el tercero, sobre la misma base forrajera anterior, se añadió semilla de girasol rica en ácido oleico (GA02). La duración de cada ensayo fue de dos meses y medio, realizándose comparaciones de cada mezcla experimental con su respectivo control, en su diseño cruzado. El consumo de concentrado descendió ligeramente, aunque no significativamente, con la inclusión de la semilla de girasol. La condición corporal de las vacas se mantuvo prácticamente constante. La producción de leche descendió, aunque no significativamente, -1,31 1 para la dieta G2, -0,81 1 para la GAO2 y -0,41 1 para la G1. Su composición no varió, salvo en el porcentaje de grasa, que descendió -0,31 puntos en la G2 (p < 0,05). El porcentaje de ácidos grasos insaturados aumentó significativamente (p < 0,001) con las tres dietas experimentales, aunque el de poliinsaturados sólo lo hizo para el tratamiento G2 (p < 0,01). |
Cita | Ortiz, V., Gómez Cabrera, A. y Mena Guerrero, Y. (1998). Utilización de la semilla de girasol (normal y alta en ácido oleico) en la alimentación de vacas lecheras.. Investigación Agraria. Producción y Sanidad Animal, 1998 (13) (1998 (1,2 y 3)), 5 p.-12 p.. |
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