dc.description.abstract | El agua es un recurso natural escaso muy importante en las prácticas agrícolas.
Aunque las superficies en riego a nivel mundial están en torno al 17% de la superficie
agrícola total, éstas representan más del 40% de la producción mundial (Fereres y Evans,
2006). El aumento en la producción agrícola, por el uso del agua en la agricultura, ha hecho
que la superficie regada mundial se haya duplicado en los últimos 50 años.
En el mundo, según la FAO hay 9.499.931 ha de olivares, de las cuales 2.092.800 ha
se encuentran en España, lo que supone aproximadamente un 22% de la superficie total
mundial, seguida de Túnez con 1.645.100 ha e Italia con 1.190.800 ha (FAOSTAT, 2012).
España es el primer país en el ranking de producción mundial de aceite de oliva, con una
producción media anual en los últimos diez años de 1.000.000-1.200.000 toneladas, llegando
a alcanzar 1.450.000 en recientes campañas (FAOSTAT, 2012).
La superficie del cultivo del olivo en España no se ha mantenido constante a lo largo
de los años, ha evolucionado a medida que las condiciones cambiaban, dependiendo en
general de la situación económica del sector. A partir de los años ochenta cambia
sustancialmente la apreciación del consumidor por este producto y se incorpora a unas nuevas
condiciones de regulación en la Unión Europea. Por estas razones, el sector, esperanzado ante
el futuro, recupera una parte de la superficie de este cultivo, perdida en años anteriores.
En el año 2012 la superficie total del olivar nacional era de 2.584.564 ha, de las cuales
el 94,4% (2.439.660 ha) son de olivar de almazara, el 3% (77.734 ha) son olivar de mesa y el
2,6% (67.170 ha) son de olivar de doble aptitud. El mayor volumen de producción de aceite
de oliva se encuentra en la región de Andalucía con un 60,2%, seguido de Castilla la Mancha
con el 15,7%, Extremadura el 10 % y el resto de Comunidades Autónomas suman el 13,7%
de la superficie nacional de olivar. Con respecto a la aceituna de mesa, el 74,1 % se encuentra
en Andalucía, el 25,7 % en Extremadura, ocupando ambas comunidades prácticamente la
totalidad de la superficie nacional. En la actualidad, Andalucía dedica al olivar una superficie
que supera el millón y medio de hectáreas, lo que equivale al 43,9% de las tierras de cultivo y al 16% de la superficie total de la región. Como es bien conocido, la producción de aceite de
oliva constituye una de las principales actividades económicas de Andalucía.
Este incremento en la producción, tanto de aceite como de aceituna de mesa, está
relacionado con varios factores. En los últimos años se ha incrementado paulatinamente la
densidad de las plantaciones, se han usado mejores variedades y se ha incrementado el uso del
riego. Posiblemente uno de los factores más llamativos es el incremento de la cantidad de
agua empleada en este cultivo.
Antes del año 1982, el Ministerio de Agricultura no separaba los datos de secano y
regadío en este cultivo. El comienzo del crecimiento de la superficie de regadío se produce
desde principios de los 90, con una subida constante, recortando progresivamente las
diferencias entre los dos sistemas de cultivo. Este incremento es especialmente grande en el
caso de la aceituna de mesa, en donde, actualmente, alrededor del 30% de la superficie
nacional está en regadío. De acuerdo con estos datos, en los últimos años el olivar se ha
convertido en el cultivo más importante a nivel nacional en superficie de regadío. | es |