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Sevilla coreografiada. Una lectura de la ciudad a través de la danza contemporánea de Manuela Nogales
Author/s | Aguilar Alejandre, María
Nogales, Manuela |
Department | Universidad de Sevilla. Departamento de Ingeniería del Diseño |
Publication Date | 2019 |
Deposit Date | 2021-05-11 |
Published in |
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Abstract | A menudo cuando confrontamos o emparejamos los términos ciudad y danza pensamos en
la ciudad como escenario de la danza, como un
interesante y atractivo telón de fondo que puede
funcionar magníficamente para enriquecer ... A menudo cuando confrontamos o emparejamos los términos ciudad y danza pensamos en la ciudad como escenario de la danza, como un interesante y atractivo telón de fondo que puede funcionar magníficamente para enriquecer cualquier pieza y que ésta a su vez se vea enriquecida por lo urbano. Y, efectivamente, como ya mostraron en los años 60 y 70 los bailarines de la postmodern dance americana, los espacios alternativos a la sala de teatro, y en concreto, aquellos espacios olvidados o poco transitados de las ciudades, constituyen una escenografía sin igual. Es el caso de la obra Roof Piece (1971) de Trisha Brown desarrollada en las cubiertas del soho neoyorkino, quien no sólo consiguió que la pieza se alimentara de este singular espacio, sino que puso en valor un paisaje nunca antes apreciado. Las azoteas y tejados de Nueva York SEVILLA COREOGRAFIADA. UNA LECTURA DE LA CIUDAD A TRAVÉS DE LA DANZA CONTEMPORÁNEA DE MANUELA NOGALES. María Aguilar Alejandre y Manuela Nogales poblados de depósitos de agua, chimeneas y otras instalaciones, se vieron de repente, habitados por un conjunto de bailarines que se disponían salpicados por este particular territorio. El público hubo de contemplar la obra desde los hogares de algunos vecinos o desde las propias cubiertas, disfrutando de una imagen urbana que ha llegado hasta nosotros hoy gracias a las fotografías de Babette Mangolte. Con intervenciones como ésta, la danza consigue redirigir la atención de sus espectadores sobre los lugares donde se desarrolla. El uso singular a través de la danza de un determinado espacio lo resignifica consiguiendo hacer cómplices a ciudadanos que antes sencillamente no habían sido conscientes de la existencia o la potencialidad de dicho lugar. Pero esto no termina aquí. Es también durante las décadas de los años 60s y 70s cuando la danza, muy influida por el desarrollo de la performance, empieza a generar una serie de obras que no sólo salen de las salas de teatro, sino que se realizan ‘ad hoc’ para un tipo de espacio en concreto. Se trata de los comúnmente conocidos como site-specific en los que el contexto concreto de la pieza de danza aparece como un fundamento coreográfico más. El espacio, el público, el tiempo meteorológico, los sonidos, las acciones imprevistas, etc. determinan la pieza que nunca es la misma cuando cambia de lugar. Se podría hablar en, estos casos, de los lugares como coreógrafos colaboradores de la danza contemporánea. Tanto en el ámbito de la danza como en el de la arquitectura, el cuerpo y el espacio, así como su interrelación, son dos cuestiones fundamentales. Ya que no puede entenderse el cuerpo como ‘lo otro del espacio’, tampoco pueden separarse la danza y su contexto, ambos forman una pareja de baile en sí misma. Sin embargo, retomando la cuestión de la ciudad como escenario para la danza, aún con las ventajas ya enunciadas más arriba, entendemos que la ciudad va más allá de esta condición escenográfica ofreciendo un verdadero dispositivo coreográfico. No solamente a la danza profesional sino a esa danza cotidiana que suponen los movimientos constantes de los ciudadanos en su ir y venir, en su devenir, en su forma de comportarse, de habitar, de desplazarse, en definitiva, de moverse. La arquitecta y urbanista americana Jane Jacobs utiliza la siguiente imagen para esbozar lo que para ella es el espacio urbano habitado y cómo se comportan las personas en él: “un intrincado ballet en que los bailarines solistas y los conjuntos tienen papeles específicos que se refuerzan milagrosamente entre sí y componen un todo ordenado”. Y, es que, además de esos movimientos de gran de escala que constituyen nuestros desplazamientos por la ciudad, los ciudadanos intervenimos en esta coreografía urbana también en lo pequeño ya que es precisamente el lenguaje corporal el que se utiliza en los espacios públicos puesto que es la lengua que practicamos entre desconocidos. Por este motivo hablamos de la ciudad como dispositivo coreográfico, porque es capaz de albergar el sinfín de danzas que pueblan los espacios urbanos día a día. En este sentido, comprender la danza contemporánea nos ayudará a entender la ciudad. |
Citation | Aguilar Alejandre, M. y Nogales, M. (2019). Sevilla coreografiada. Una lectura de la ciudad a través de la danza contemporánea de Manuela Nogales. Astrágalo: Cultura de la Arquitectura y la Ciudad, 26, 159-170. |
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