dc.creator | Aguilar Alejandre, María | es |
dc.creator | Nogales, Manuela | es |
dc.date.accessioned | 2021-05-11T07:05:43Z | |
dc.date.available | 2021-05-11T07:05:43Z | |
dc.date.issued | 2019 | |
dc.identifier.citation | Aguilar Alejandre, M. y Nogales, M. (2019). Sevilla coreografiada. Una lectura de la ciudad a través de la danza contemporánea de Manuela Nogales. Astrágalo: Cultura de la Arquitectura y la Ciudad, 26, 159-170. | |
dc.identifier.issn | 2469-0503 | es |
dc.identifier.uri | https://hdl.handle.net/11441/108830 | |
dc.description.abstract | A menudo cuando confrontamos o emparejamos los términos ciudad y danza pensamos en
la ciudad como escenario de la danza, como un
interesante y atractivo telón de fondo que puede
funcionar magníficamente para enriquecer cualquier pieza y que ésta a su vez se vea enriquecida
por lo urbano. Y, efectivamente, como ya mostraron en los años 60 y 70 los bailarines de la postmodern dance americana, los espacios alternativos a
la sala de teatro, y en concreto, aquellos espacios
olvidados o poco transitados de las ciudades,
constituyen una escenografía sin igual.
Es el caso de la obra Roof Piece (1971) de
Trisha Brown desarrollada en las cubiertas del
soho neoyorkino, quien no sólo consiguió que
la pieza se alimentara de este singular espacio,
sino que puso en valor un paisaje nunca antes
apreciado. Las azoteas y tejados de Nueva York
SEVILLA COREOGRAFIADA.
UNA LECTURA DE LA CIUDAD A TRAVÉS DE LA DANZA
CONTEMPORÁNEA DE MANUELA NOGALES.
María Aguilar Alejandre y Manuela Nogales
poblados de depósitos de agua, chimeneas y
otras instalaciones, se vieron de repente, habitados por un conjunto de bailarines que se disponían salpicados por este particular territorio.
El público hubo de contemplar la obra desde los
hogares de algunos vecinos o desde las propias
cubiertas, disfrutando de una imagen urbana
que ha llegado hasta nosotros hoy gracias a las
fotografías de Babette Mangolte.
Con intervenciones como ésta, la danza
consigue redirigir la atención de sus espectadores sobre los lugares donde se desarrolla. El uso
singular a través de la danza de un determinado
espacio lo resignifica consiguiendo hacer cómplices a ciudadanos que antes sencillamente no
habían sido conscientes de la existencia o la potencialidad de dicho lugar. Pero esto no termina aquí. Es también durante las décadas de los
años 60s y 70s cuando la danza, muy influida
por el desarrollo de la performance, empieza a generar una serie de obras que no sólo salen de
las salas de teatro, sino que se realizan ‘ad hoc’
para un tipo de espacio en concreto. Se trata de
los comúnmente conocidos como site-specific en
los que el contexto concreto de la pieza de danza aparece como un fundamento coreográfico
más. El espacio, el público, el tiempo meteorológico, los sonidos, las acciones imprevistas,
etc. determinan la pieza que nunca es la misma
cuando cambia de lugar. Se podría hablar en,
estos casos, de los lugares como coreógrafos colaboradores de la danza contemporánea.
Tanto en el ámbito de la danza como
en el de la arquitectura, el cuerpo y el espacio,
así como su interrelación, son dos cuestiones
fundamentales. Ya que no puede entenderse
el cuerpo como ‘lo otro del espacio’, tampoco
pueden separarse la danza y su contexto, ambos
forman una pareja de baile en sí misma. Sin embargo, retomando la cuestión de la ciudad como
escenario para la danza, aún con las ventajas ya
enunciadas más arriba, entendemos que la ciudad va más allá de esta condición escenográfica
ofreciendo un verdadero dispositivo coreográfico. No solamente a la danza profesional sino
a esa danza cotidiana que suponen los movimientos constantes de los ciudadanos en su ir
y venir, en su devenir, en su forma de comportarse, de habitar, de desplazarse, en definitiva,
de moverse.
La arquitecta y urbanista americana
Jane Jacobs utiliza la siguiente imagen para
esbozar lo que para ella es el espacio urbano
habitado y cómo se comportan las personas
en él: “un intrincado ballet en que los bailarines
solistas y los conjuntos tienen papeles específicos que se refuerzan milagrosamente entre sí y componen un todo ordenado”. Y, es que, además de esos
movimientos de gran de escala que constituyen
nuestros desplazamientos por la ciudad, los
ciudadanos intervenimos en esta coreografía
urbana también en lo pequeño ya que es precisamente el lenguaje corporal el que se utiliza
en los espacios públicos puesto que es la lengua
que practicamos entre desconocidos.
Por este motivo hablamos de la ciudad
como dispositivo coreográfico, porque es capaz
de albergar el sinfín de danzas que pueblan los
espacios urbanos día a día. En este sentido,
comprender la danza contemporánea nos ayudará a entender la ciudad. | es |
dc.format | application/pdf | es |
dc.format.extent | 12 p. | es |
dc.language.iso | spa | es |
dc.publisher | Editorial Universidad de Sevilla | es |
dc.relation.ispartof | Astrágalo: Cultura de la Arquitectura y la Ciudad, 26, 159-170. | |
dc.rights | Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional | * |
dc.rights.uri | http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/ | * |
dc.title | Sevilla coreografiada. Una lectura de la ciudad a través de la danza contemporánea de Manuela Nogales | es |
dc.type | info:eu-repo/semantics/article | es |
dcterms.identifier | https://ror.org/03yxnpp24 | |
dc.type.version | info:eu-repo/semantics/publishedVersion | es |
dc.rights.accessRights | info:eu-repo/semantics/openAccess | es |
dc.contributor.affiliation | Universidad de Sevilla. Departamento de Ingeniería del Diseño | es |
dc.relation.publisherversion | https://caeau.com.ar/2020/07/11/astragalo-no26/ | es |
dc.contributor.group | Universidad de Sevilla. HUM1025: Creación, Arte Gráfico, Estética y Género | es |
dc.journaltitle | Astrágalo: Cultura de la Arquitectura y la Ciudad | es |
dc.publication.issue | 26 | es |
dc.publication.initialPage | 159 | es |
dc.publication.endPage | 170 | es |