Resumen | El estudio del lenguaje, de la imagen, la gestión del conocimiento y los signos como referentes requieren una mirada amplia ya que los sistemas de representación del exterior, por una parte, y de las ideas internas por ...
El estudio del lenguaje, de la imagen, la gestión del conocimiento y los signos como referentes requieren una mirada amplia ya que los sistemas de representación del exterior, por una parte, y de las ideas internas por otra, requieren de una metodología visual y lingüística con el fin de analizar los elementos de la comunicación y la cultura. Esto hace necesaria una definición que ayudará a entender los procesos básicos sobre los que la imagen se sustenta y su naturaleza icónica en la comunicación, lo que supone comprender la realidad (entorno y contexto), reconocer los fenómenos no teóricos de la comunicación (verbal, no verbal) y las características de una gramática que articule semánticamente lo imaginario, el significante y el referente. Concretamente, en el discurso que nos ha llegado, desde la historia del arte a los medios de comunicación actuales, es un conjunto de mensajes realizados por hombres para hombres, donde éste, además de creador y parte activa, era espectador, y la mujer, el objeto representado y la parte pasiva. Es la historia de una sola voz, de una sola mirada, que la hace uniforme y estereotipada. Si bien hoy en día el feminismo se nos antoja un concepto rancio y que damos por sentado, a veces denigrado por la sociedad y que el propio sistema se encarga de banalizar, debemos acudir a los libros de historia para recordar cuál fue su origen: otorgar a la mujer la posibilidad de participar en la vida pública y así, concederle en la sociedad occidental la mayoría de edad. Lejos de ser un terreno conquistado, es un camino en el que aún queda mucho por recorrer y en él, la comunicación juega un papel fundamental.
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