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Tesis Doctoral

dc.contributor.advisorValls Sánchez de Puerta, Albertoes
dc.creatorFraidías Amarillo, Cristobalinaes
dc.date.accessioned2018-02-27T13:17:25Z
dc.date.available2018-02-27T13:17:25Z
dc.date.issued1989-10-24
dc.identifier.citationFraidías Amarillo, C. (1989). Nutrición en la lactancia. (Tesis Doctoral Inédita). Universidad de Sevilla, Sevilla.
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/11441/70640
dc.description.abstractEn los países desarrollados las tendencias que imperan en la actualidad van hacia una mayor incidencia y prevalencia de la lactancia materna. Esto también ocurre en nuestro país; y en nuestro mismo medio, como queda reflejado en el cambio de actitud hacia el tipo de lactancia de nuestras madres, entre el trabajo de la Doctora Ramos en 1981 y el que nosotros realizamos en 1984, en el que se pasó del 88.6% de elección de la lactancia natural al 93%. Como hemos visto en la introducción, parece ser que se presta mayor atención a la nutrición de la embarazada que a la de la mujer lactante. Con este estudio hemos intentado: 1. Saber cuál es la situación nutricional de las madres al terminar la gestación, para ver en qué estado entran en el periodo de lactancia. 2. Conocer la situación nutricional de las madres durante distintos estadíos de la lactancia, para valorar si los cuidados nutricionales que se prestan habitualmente a la mujer que lacta, son suficientes para compensar las pérdidas nutricionales del embarazo y las ocasionadas por el hecho de lactar a su hijo. 3. Se estima, por parte de la mayoría de la población que, la mujer que da el pecho, tiende a aumentar su peso; y algunos lo invocan como un motivo para realizar la alimentación artificial del niño. Nosotros hemos querido ver si hay algo de realidad en esto. Al realizar este trabajo esperamos contribuir, aunque sea modestamente, a que nuestra población se encuentre, en un futuro, mejor nutrida, ya desde antes de nacer, gracias a un mayor cuidado del estado de nutrición de nuestras mujeres. La muestra estudiada está compuesta por 101 casos, escogidos de las mujeres que fueron asistidas en el momento del parto, en el Hospital Universitario de Sevilla. También hemos estudiado un pequeño grupo “control” que consta de 20 nulíparas. Las madres fueron agrupadas, según el tiempo de lactancia, en: Grupo I (con 46 casos), que da el pecho un mínimo de 3 meses; Grupo II (32 casos), lo da de 1 a 3 meses; y Grupo III (23 casos), que lacta menos de 1 mes o que no inicia lactancia. Las característica más frecuentes de nuestra muestra son: edad entre 20 y 29 años (62.38%); paridad I (44.45%); nivel cultural V (39.6%); nivel socioeconómico IV (40.59%); y lugar de residencia la capital (63.37%). En el estudio antropométrico hemos obtenido: tallas medias (Grupo I, 1.57; Grupo II, 1.59; Grupo III, 1.58; “Control”, 1.60); los menores pesos medios se obtienen a los 15 días en los grupos I y II y al mes en el III, a los 3 meses todos tienen valores inferiores al parto (pero superiores al pregestacional); el perímetro braquial baja a los 15 días y sube con posterioridad ; los pliegues tricipital y subescapular están con los valores más bajos a los 15 días, posteriormente suben y quedan con valores superiores a los del parto los grupos I y II y con valores inferiores el III, el grupo de nulíparas tiene el pliegue tricipital mayor que el subescapular (al contrario que la muestra); el índice de masa corporal tiene un comportamiento similar al del peso en los tres grupos. Podemos decir que en lo que a parámetros antropométricos se refiere, los tres grupos evolucionan de forma muy parecida, y no existen diferencias significativas entre ellos ni entre sus distintos períodos; en cambio si hay diferencias al considerar la serie total (ver tablas: 30, 32, 36, 38, 41, 43, 46, 48, 51 y 53). En el estudio analítico del grupo total vemos que alcanzan significación estadística: la C.H.M. (P < 0.05); la albúmina (P < 0.001); el colesterol (P < 0.001) y la fosfatasa alcalina (P < 0.001). Al compararlo con el grupo “control”: el hematocrito del segundo es mayor que el del primero (P < 0.025) a los 3 meses; la C.H.M. del “control” es menor a los 15 días y a los 3 meses que la de la serie total (P < 0.001 y P < 0.01 respectivamente); la sideremia de las nulíparas es mayor en ambos periodos que la del total (P < 0.01); igual ocurre con el I.S.T. (P < 0.025 a los 15 días y P < 0.05 a los 3 meses); el calcio en ambos estadíos (P < 0.001); la proteína total se comporta igual (P < 0.05 a los 15 días y P < 0.025 a los 3 meses); la albúmina del “control” es bastante menor a los 3 meses que la del total (P < 0.001); el colesterol de las nulíparas es menor en ambos periodos que el de las paras (P < 0.001 y P < 0.05); la fosfatasa alcalina del grupo de nulíparas es menor (P < 0.001) a los 15 días que la de serie total; en cambio, el caroteno del grupo “control”, a los 3 meses, es mayor que el del grupo total (P < 0.05); el fósforo de las nulíparas es menor que el de las paras en ambos periodos (P < 0.001 a los 15 días y P < 0.025 a los 3 meses). Analizando los resultados por grupos, son significativos los valores de los parámetros siguientes: el calcio del grupo II sube (P < 0.001); la albúmina de los grupos I y II sube (P < 0.025 en ambos); el colesterol de los tres grupos baja (P < 0.0019; la fosfatasa alcalina de los tres grupos baja (P < 0.001 el Grupo I, P < 0.005 el Grupo II, P < 0.05 el Grupo III); el magnesio del grupo III sube (P < 0.05). El grupo con más problemas hematológicos es el I, seguido del II y después del III. El que peor evolución ha tenido ha sido el III. Estudiando cada parámetros en particular hemos obtenido: la C.H.C.M. del Grupo II es mayor que la del III (P < 0.05) a los 3 meses; la ferritina del Grupo III es menor, a los 15 días, que la de los grupos I y II (P < 0.05); el magnesio del Grupo II a los 15 días es mayor que el del Grupo III (P < 0.05; el calcio del Grupo II es mayor que los de los grupos I y III (P < 0.005 y P < 0.05 respectivamente), el calcio del grupo II a los 15 días es menor que a los 3 meses (P < 0.001); el fósforo del Grupo es menor, a los 3 meses, que el del I (P < 0.05); la albúmina del Grupo I es menor a los 15 días que a los 3 meses (P < 0.025), lo mismo ocurre con el Grupo II; el colesterol del Grupo I a los 15 días es mayor que el del III (P < 0.05), a los 3 meses las cifras son menores que a los 15 días (P < 0.001) en todos los grupos; la fosfatasa alcalina del grupo III es menor, a los 15 días, que la del I (P < 0.05), los tres grupos tienen valores inferiores a los 3 meses (P < 0.005 los Grupos I y II, P < 0.05 el III); el zinc no tiene valores con significación estadística, pero presenta bastantes casos con alteraciones. En general, no hay diferencias entre la situación nutricional de las mujeres que lactan 3 meses y el resto; lo que demuestra la necesidad de suplementar a todas las mujeres embarazadas hasta 3 meses después del parto, aunque la mujer que lacta necesite mayor suplemento de vitaminas y minerales. CONCLUSIONES: 1. Las modificaciones antropométricas estudiadas en nuestra serie, no muestran diferencias por el hecho de lactar. El descenso del peso y del grosor de los pliegues cutáneos es más tardío en las mujeres que lactan, pero se igualan a los tres meses. El hecho de lactar no influye en un mayor peso y grosor del tejido adiposo a los tres meses en nuestra muestra. 2. Tanto a los 15 días del parto como a los 3 meses, existen muy pocos casos carenciales para: Carotenos, Calcio, Fósforo, Proteínas Total, Albúmina y Ácido Ascórbico. Encontramos alteraciones y carencias en: Parámetros hematológicos, Zinc, Magnesio, Colesterol y Fosfatasa Alcalina. 3. Según las diferencias existentes entre los 15 días y los 3 meses postparto en los distintos grupos, podemos decir que la lactancia: - Afecta: Negativamente a: Ácido Ascórbico, Magnesio, Calcio y Carotenos. Positivamente a: Fosfatasa Alcalina, Zinc, Fósforo, Proteína Total y Albúmina. - No afecta a Colesterol. 4. El estudio de los casos carenciales, en los distintos grupos, no se expresa de forma muy evidente con el estudio de las medias. 5. La peor situación nutricional de la mujer que no lacta a los tres meses, obliga a recomendar un aporte adicional de minerales y vitaminas, al menos durante los 3 meses siguientes al parto. La mujer que lacta necesita estar suplementada incluso después de suprimir la puesta al pecho. 6. La situación nutricional encontrada en nuestro pequeño grupo de nulíparas, nos sugiere la necesidad de realizar un estudio más extenso de nuestras mujeres jóvenes; porque posiblemente nuestras embarazadas arrastren cambios pregestacionales.es
dc.formatapplication/pdfes
dc.language.isospaes
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.subjectCiencias Médicases
dc.subjectCiencias clínicases
dc.subjectNecesidades alimentariases
dc.subjectCiencias de la nutriciónes
dc.subjectPediatríaes
dc.titleNutrición en la lactanciaes
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/doctoralThesises
dcterms.identifierhttps://ror.org/03yxnpp24
dc.type.versioninfo:eu-repo/semantics/publishedVersiones
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses
dc.contributor.affiliationUniversidad de Sevilla. Departamento de Farmacología, Pediatría y Radiologíaes
idus.format.extent257 p.es

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