Abstract | Tal y como expresamos en la Introducción, la finalidad del presente trabajo se orienta a señalar y concretizar las necesidad y Técnicas de Psicoterapia Breve en un Servicio de Psiquiatría Infantil y Familiar en el que ...
Tal y como expresamos en la Introducción, la finalidad del presente trabajo se orienta a señalar y concretizar las necesidad y Técnicas de Psicoterapia Breve en un Servicio de Psiquiatría Infantil y Familiar en el que existe una demanda asistencia totalmente desproporcionada a los medios con que se cuenta para satisfacer dicha demanda.
Pero a su vez, poner de manifiesto, como un gran número de casos referidos por el pediatra, pueden ser, o deberían ser, de su total competencia.
En el Capítulo III, bajo el título de Introducción al Tema, señalamos las corrientes que han inducido al desarrollo de estas técnicas de Psicoterapia Breve, sus fundamentos, a la vez que una descripción muy abreviada de las diferentes escuelas y métodos hoy día en práctica.
En el Capítulo IV, Conceptos y fundamentos en Psiquiatría Infantil, recorremos a vista de pájaro las Necesidades del niño, el Ambiente familiar, Significado del Síntoma, Semiología y Categorías Diagnósticas. Añadimos un aparato especial sobre Teorías del Desarrollo, según distintos autores, a la vez que vertemos algunas ideas sobre Dinámica familiar, con el fin de establecer una base dinámica a los capítulos que siguen.
En el Capítulo V, Material Dinámicos y Método de Trabajo, se pretende ofrecer una clara visión de todo nuestro quehacer, y de aquí que se halle dividido en una serie de pequeños apartados que arrancan desde el momento mismo en que el pequeño es referido a nuestro Servicio. Los apartados son los siguientes:
- Motivos de Referencia.
- Actitud parental a la consulta psiquiátrica.
- Actitudes en la educación de los hijos.
- Técnica de la primera entrevista.
- Proceso diagnóstico.
- Pronóstico.
- Farmacoterapia.
- Proceso terapéutico.
- Follow up.
El Capítulo VI, Relación estadística, presenta, a las vez que todo el material utilizado, con ciertos comentarios breves sobre el motivo de referencia, una relación estadística diagnóstica en función del niño, y también se incluye una pequeña estadística social.
En el Capítulo VII, se limita a la descripción de la Técnica de Psicoterapia Breve por nosotros utilizada, así como los resultados estadísticos con ella obtenidos.
En el capítulo VIII se incluyen las conclusiones alcanzadas por esta Técnica, a la vez que se incluyen algunos Comentarios.
En el Capítulo IX, se reseña toda la Bibliografía consultada en función del presente trabajo.
A mi regreso a España en el año 1970, y gracias a la gentileza y generosidad del Profesor Alonso Fernández, tuve la oportunidad de incorporarme a los trabajos de la Escuela de Psiquiatría y Psicología Médica de Sevilla, bajo su dirección.
Habituado a técnicas utilizadas en una cultura distinta a la nuestra, pronto se puso de manifiesto la necesidad de readaptación al medio.
El contacto con los alumnos, las sesiones clínicas diarias, los seminarios periódicamente organizados por la Cátedra, la participación en los Congresos celebrados, etc., amén del espíritu investigador del Profesor Alonso Fernández, rápidamente hicieron surgir la necesidad de establecer una nueva normativa terapéuticas que se adaptase, en el sector de la psicopatología infantil y familiar, a la idiosincrasia de la población necesitada de la asistencia psiquiátrica.
Incitado y estimulado por le Profesor Alonso Fernández a la realización de la Tesis Doctoral: se concluyó que faceta psicoterapéutica, con énfasis en sus técnicas, podría ser un tema ideal de estudio e investigación, siendo ambos muy conscientes de que la labor a realizar debería ocupar algunos años.
Pocos meses después de haberse iniciado el trabajo, por circunstancias diversas, acepté el puesto de Jefe Clínico en la Sección de Psiquiatría Infantil y Familiar del Hospital Universitario de la Seguridad Social de Sevilla.
Siempre fue motivo de dolor la separación y pérdida experimentada al desvincularme, al menos parcialmente, de la Cátedra que me acogió y estimuló mi afán de saber. El trabajo esta iniciado, solo cabía continuarlo donde fuera bajo la supervisión y constante apoyo del Profesor Alonso Fernández.
Así pues, mediante consultas periódicas, asistencia a las añoradas sesiones Clínicas y Seminarios, en un continuo intercambio de opiniones, sugerencias y orientaciones, la investigación prosiguió su curso.
Una vez incorporado al Hospital Infantil y especificárseme cuáles eran mis funciones, quedó perfectamente aclarado que mi labor se limitaba a una función de Consultor, es decir, opinar a un nivel diagnóstico acerca de los niños que me fuesen enviados, y si venían al caso, emitir unas recomendaciones o sugerencias terapéuticas a fin de que estas fuesen llevadas a la práctica por el pediatra consultor.
Durante unos tres meses esta fue mi labor, tiempo suficiente para definir con absoluta claridad que el citado modus operandis, resultaba sistemáticamente en un perfecto fracaso.
En efecto, el pediatra consultante se veía con frecuencia incapaz de llevar a buen puerto las recomendaciones dinámicas propuestas, a la vez que sentirse incómodo en el manejo de ciertos fármacos no habituales en su práctica diaria.
Los padres del pequeño paciente se veían más que frustrados al percibir que los síntomas de su hijo no desaparecían, que incluso se agravaban, que el pediatra no respondía a sus deseos, y que el problema, en suma, parecía no tener solución.
Y para colmo, el Consultor, se veía igualmente frustrado al operar como una máquina diagnóstica, sin paliar ni resolver problemática alguna. Era hora pues, de preguntarse acerca de la labor médica, y si de ella se excluía el apartado terapéutico.
La solución se adivinaba fácilmente. Independientemente de la labor específica encomendada, practicar aquello para lo que realmente estaba cualificado, es decir la Psicoterapia Infantil y Familiar de base psicoanalítica, tal cual ejercida durante los diez últimos años.
Sueños de una noche de verano.
Los inconvenientes empezaron a surgir como moscas en tarro de miel, y toda tentativa de espantarlas parecía duplicarlas en números, creo de interés desglosar los inconvenientes a fin de facilitar la compresión de los factores motivantes del presente estudio:
a) Volumen Asistencial. Si amén de las entrevistas de evaluación, llevaba una docena de niños en psicoterapia individual, a una o dos sesiones semanales, de cuarenta minutos de duración, este pequeñísimo grupo de pacientes bloqueaba por completo el tratamiento de otros muchos niños, con lo que la lista de espera con fines terapéuticos pronto rebasó el año. A su vez y por el tiempo consumido en terapia, la lista de espera para una primera evaluación, alcanzó rápidamente los cuatro meses. La exasperación del pediatra consultante y de los padres, resultaba comprensible.
b) Taboos Culturales. El sugerir a los padres que su hijito podría beneficiarse de un tratamiento psiquiátrico, obtenía como respuesta “que su hijo no estaba loco”, y las consecuencias, el no volver por la consulta. A su vez, y en ocasiones, pedían “Explicaciones” al pediatra que había osado referirles.
c) Falta de Medios. Amén del ya citado del tiempo, la falta de espacio físico, de salas para terapia de juego, y de personal que colaborase paralelamente con los padres, transformaba la tentativa terapéutica en algo difícil de definir, pero sin duda carente de armonía y conjunción.
d) Edad de los niños. Según la estructura orgánica del Hospital, en el que se aceptan niños hasta los siete años de edad. A los ocho, al parecer, dejan de ser niños y son atendidos por los médicos generales y especialistas de adultos. Sabido es el hecho de que son pocos los niños menores de siete años realmente tributarios de una Psicoterapia Individual, amén de que la mayoría de los trastornos presentados a estas edades, son por lo general, reactivos al medio.
e) Nivel social, cultural y económico de los padres. Dado que un alto porcentaje de la clientela hospitalaria, está integrada por clases social baja, cultura muy escasa y medios muy precarios, los sistemas de comunicación, requerimiento, interpretaciones, dinámicas, abstracciones, simbolismo, etc., tal cual utilizado por la clase social más privilegiada habían de sufrir un importante cambio en cuanto aquellas resultaban inoperantes y no facilitaban la resolución del conflicto.
f) Y por último el hecho observable de muchos problemas referidos, con frecuencia no eran sino meras consecuencias de un aprendizaje deficitario, ignorancia en las formas de educación, situaciones de deprivación, resultantes de condicionamiento socioeconómicos, etc., etc., necesitados de una orientación, información couseling, en suma, casos tributarios de una terapéutica profiláctica más que de una labor curativa.
La gran necesidad de actuar a este nivel de prevención hacía aún más imperativa la búsqueda de un método, una técnica adecuada, efectiva en un tiempo breve, que resultase beneficiados en la estructura dinámica de la personalidad del niño y de la unidad familiar.
De todas las técnicas terapéuticas existente el armazón de las psicoterapias a corto plazo me pareció ideal. Si bien esta había sido fundamentalmente esbozada a nivel de adulto y en un plano individual. De aquí pues, la tentativa de estructurar, readaptar, ensayar, etc., con el fin de definir una técnica terapéutica acorde con la clientela especifica referida al Servicio de Psiquiatría del Hospital.
En conclusión pretendimos elaborar:
- Una técnica adecuada que pudiese neutralizar en su quehacer los déficits sociales y culturales de una clientela en su mayoría no privilegiada.
- Un sistema que fuese aceptado, comprendido y valorado por los padres en función del niño y de la familia.
- Unos resultados a corto plazo a fin de mantener la motivación y concienciarlos de las posibilidades de cambio.
- Un ofrecer pedagógicamente hablando, una información adecuada con respecto a las necesidades básicas del niño, la educación de los hijos y del funcionamiento familiar armónico.
- Una colaboración en la terapéutica global del pediatra.
Y por último, una concepción realista de lo que es un Servicio de Psiquiatría Infantil y Familiar.
CONCLUSIONES.
1. El aumento de demanda asistencial en Servicios Psiquiátricos Infantiles y familiares, pone de manifiesto la necesidad de creación de nuevos Servicio, a fin de atender las necesidades de la Comunidad.
2. Los “derechos humanos” de la clase social no privilegiada, no difieren en absoluto de los de la clase acomodada, y de aquí nuestro inexorable deber de ofrecerles los mismos medios para la resolución de su conflictiva.
3. La Asistencia Psiquiátrica Infantil y Familiar, es un eslabón fundamental en la práctica pediátrica, ofreciendo una labor a nivel profiláctico y terapéutico de repercusiones vitales, tanto pata el niño como para la familia.
4. Se evidencia la necesidad de una mayor formación del Pediatra en el sector de la Psicopatología Infantil, así como en el de la estructura y dinámica familiar, a fin de que su Terapéutica fundamentalmente organicista, se vea apoyada y complementada por la resolución de conflictivas psicológicas concomitantes.
5. Se pone de manifiesto en la educación y actitudes de los padres hacia los hijos, numerosos focos conflictivos de origen cultural o reactivos al medio, tributarios de una asistencia informativa, pedagógica, por parte del profesional, hacia dichos padres.
6. Se señala como las técnicas psicoterapéuticas clásicas no son eficaces frente a una demanda masiva de asistencia, ni frente a la clase social no privilegiada.
7. A través de una experiencia con 1.160 niños y familias evaluadas, se elabora una Técnica de Psicoterapia Breve en Psicopsiquiatría, utilizando fundamentalmente a los padres como terapeutas.
8. Se evidencia como una técnica fundamentada en conceptos dinámicos, los déficits sociales, culturales, etc., son en una mayoría de casos, fácilmente soslayadles.
9. Sobre la citada Técnica describimos la Conducta del Terapeuta, así como las facetas negativas en las que aquel puede incurrir. Se elabora su quehacer dinámico de los padres, y el modo de establecer las normas terapéuticas o recomendaciones, y subsiguientes follow-up.
10. A la vez que se señalan los resultados obtenidos para cada una de las categorías diagnósticas, se concluye que con esta técnica resulta eficaz en un porcentaje aproximado del 70%.
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