Abstract | Toxoplasma gondii en un parásito cosmopolita distribuido a nivel mundial y cuya enfermedad,
la toxoplasmosis, presenta diferentes índices de prevalencia según la zona geográfica y su
clima. Se estima que 1/3 de la población ...
Toxoplasma gondii en un parásito cosmopolita distribuido a nivel mundial y cuya enfermedad,
la toxoplasmosis, presenta diferentes índices de prevalencia según la zona geográfica y su
clima. Se estima que 1/3 de la población mundial está infectada de manera crónica, siendo la
toxoplasmosis la mayor causa de enfermedad parasítica crónica del mundo.
Toxoplasma gondii es un parásito intracelular obligado de animales vertebrados, cuyo
hospedador principal es el gato (félidos en general) y como hospedadores intermedios se
encuentran roedores y el ser humano. La infección puede adquirirse por la ingesta de carne
poco hecha contaminada con quistes tisulares de Toxoplasma, por la ingesta de verdura no
lavada o agua contaminada por ooquistes o por vía congétina, es decir, de la madre al feto. Las
alteraciones que produce la enfermedad van a desarrollarse de distinta forma según se
adquiera la enfermedad por vía transplacentaria o tras el nacimiento.
Este parásito puede llegar a causar alteraciones visuales, siendo el principal causante de uveítis
posterior en todo el mundo. Esta parasitosis origina alteraciones oculares muy características
como retinocoroiditis tanto en niños y adultos inmunocompetentes o inmunodeprimidos y
otras alteraciones derivadas de ésta como retinitis, vitritis que provocan disminución de la
agudeza visual o incluso la ceguera. En pacientes inmunodeprimidos se desarrollan las formas
más graves de la enfermedad: la forma cerebral y la forma ocular.
Para tratar la enfermedad ocular existen distintos regímenes de tratamiento entre los que se
encuentran la triple terapia clásica (Pirimetamina, Sulfadiazina y Metilprednisona) e
inyecciones intravítreas de Clindamicina y Dexametasona.
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