El prestigio de las instituciones como límite a la libertad de expresión de los ciudadanos

Abstract

El 15 de marzo del presente año, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condena a España por vulnerar la libertad de expresión de Arnaldo Otegi, representante parlamentario que había sido condenado a un año de prisión y de inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo, por un delito de injurias al Rey. El pronunciamiento del TEDH nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre la libertad de expresión y sus límites cuando éstos vienen impuestos por la protección del honor de las instituciones del Estado. ¿Es compatible con la libertad de expresión la consagración de leyes especiales para proteger la "fama" de las altas instituciones del Estado? Y si así es, ¿dónde está el límite para el Legislador? En las páginas que siguen trataremos de reflexionar sobre estas cuestiones al hilo del análisis del caso Otegui Mondragón c.España, de 15 de marzo de 2011.