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Tesis Doctoral

dc.contributor.advisorGarrido Peralta, Migueles
dc.contributor.advisorJusto Alpañés, José Luis dees
dc.creatorSauco Márquez, Juan Josées
dc.date.accessioned2016-09-07T10:31:42Z
dc.date.available2016-09-07T10:31:42Z
dc.date.issued1986-04-23
dc.identifier.citationSaúco Márquez, J.J. (1986). La beta 2 microglobulina como marcador tumoral. (Tesis doctoral inédita). Universidad de Sevilla, Sevilla.
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/11441/44772
dc.description.abstractEn el presente trabajo hemos efectuado un estudio acerca del valor que tiene la Beta 2 Microglobulina para ser empleada como marcador tumoral. Esta sustancia es una microproteína que es producida por casi todas las células del organismos excepto los eritrocitos y las células trofoblásticas, es liberada a la circulación y es filtrada a nivel glomerular siendo reabsorbida por los túbulos renales en cuyas células es catabolizada y degradada hasta aminoácidos. Los niveles séricos de esta proteína se encuentran incrementados en el transcurso de diversas enfermedades, entre ellas las afecciones neoplásicas, sobre todo los procesos linfoproliferativos de células B98. Diversos autores han señalado la relación existente entre las tasas séricas de esta sustancia y la masa tumoral. En este trabajo pretendemos efectuar una evaluación de la bondad de la Beta 2 microglobulina sérica como marcador tumoral mediante la comparación de los resultados obtenidos de la determinación de los niveles séricos de esta sustancia en un grupo de personas sanas y en otro grupo formado por enfermos con cáncer, con los resultados que han obtenido otros investigadores en sus experiencias. La técnica que hemos empleado para efectuar la determinación de la Beta 2 microglobulina sérica en nuestras muestras, ha sido e Radioinmunoensayo. Dentro del conjunto de resultados que hemos obtenido, en primer lugar hemos podido comprobar que la Beta 2 microglobulina en los sujetos sanos tiene unos niveles séricos que, por lo general, permanecen por debajo de los 3 μg/ml. También y dentro de los controles sanos, hemos constatado que esta sustancia aumenta sus niveles en el suero al aumentar la edad del individuo, de modo que se presentan unos niveles séricos de esta sustancia que son mayores en los ancianos que en los jóvenes. Existe una diferencia entre los niveles medios de esta sustancia entre el sexo femenino y el masculino, de modo que autores como Poulik o Teasdale, encuentran cifras séricas medias más elevadas en las mujeres que en los hombres, en nuestro grupo, hemos encontrado una mayor elevación en las cifras medias del grupo masculino debido a la mayor dispersión que tienen nuestros controles masculinos. El grupo problema presenta en conjunto unos niveles séricos de Beta 2 microglobulina superiores a los niveles de los controles sanos, la diferencia existente entre ambos grupos, control y problema es estadísticamente significativa, (p<0.001). La media sérica de Beta 2 microglobulina obtenida en el grupo problema supera los 3 μg/ml. que hemos establecido como límite de la normalidad, ya que su valor es de 4.3 μg/ml. Al considerar las distintas neoplasisas por separado, podemos apreciar que también sus medias séricas superan los límites de la normalidad. Cuando hemos comparado los resultados obtenidos en nuestros enfermos con cáncer de pulmón con los de otros autores como Poulik, Perry y Sekine, nos encontramos con que en el estudio realizado por estos autores dividen a los enfermos en dos grupos, en uno de ellos el 64% de los enfermos superan los 3 μg/ml, mientras que en el otro sólo lo hace en un 16.7%. En nuestros enfermos esta cifra es superada por el 61%. Si tomamos los dos grupos de Poulik en conjunto, vemos que supera este nivel en un 41% de los enfermos. Nuestro grupo está formado en su mayoría por enfermos en estadios III y IV, mientras que el de estos autores tiene enfermos en todos los estadios, lo que podría explicar la diferencia existente entre sus resultados y los nuestros. Hemos realizado el seguimiento de las cifras séricas de Beta 2 microglobulina durante el tratamiento en algunos de los enfermos con cáncer de pulmón y hemos podido comprobar que al remitir la enfermedad, disminuyen los niveles séricos de esta sustancia, como se puede apreciar en la figura 26 que aparece en la discusión. Los linfomas también presentan una elevación en sus tasas séricas de Beta 2 microglobulina, siendo ésta más pronunciada en los linfomas no hodgkinianos que en la enfermedad de Hodgkin. Investigadores como Child y Spati, realizaron estudios sobre esta sustancia en enfermos con linfoma y apreciaron que en estadios avanzados de la enfermedad, las cifras séricas de esta sustancia presentan una mayor elevación que en los estadios tempranos, esto mismo hemos podido comprobar en nuestros enfermos. Leoni efectúa un estudio sobre los linfomas y aprecia igualmente que en los linfomas no hodgkinianos se presenta una mayor tasa de elevación, y que esta elevación es mayor en los estadios avanzados de la enfermedad. Esto mismo lo corroboran las investigaciones de Constantinides que evidencia una mayor tasa de elevación en los linfomas no hodgkinianos y en estadios avanzados de la enfermedad. Al efectuar nuevas determinaciones en algunos de los componentes de este grupo, hemos podido apreciar como disminuyen los valores séricos de la Beta 2 microglobulina al remitir la enfermedad. Razón por la que podemos apreciar que esta sustancia guarda relación con la masa tumoral, como afirman los anteriores autores mencionados. En las neoplasias digestivas podemos apreciar en un estudio realizado por Poulik, que el 63% de los portadores de neoplasia digestiva maligna presentan cifras séricas de Beta 2 microglobulina por encima de los límites de la normalidad, en nuestro estudio, el 77.7% de los enfermos superan este nivel. En nuestros enfermos, la más alta elevación viene dada por los carcinomas de páncreas, seguidos de los hepatocarcinomas y siendo los carcinomas de colón los que presentan las cifras más bajas. Hemos estudiado también un pequeño grupo de leucemias. En este tipo de enfermedad autores como Constantinides y Pathoulis llegan a la conclusión de que el pronóstico de la enfermedad se ve ensombrecido en aquellos casos en que las tasas séricas de Beta 2 microglobulina superan los 3 μg/ml. En los casos que hemos estudiado, encontramos una cifra media sérica de esta sustancia de 5.23 μg/ml. existiendo una diferencia significativa con respecto al grupo control. En nuestro estudio hemos querido comprobar la relación existente entre la masa tumoral y las cifras séricas de Beta 2 microglobulina. Para ello hemos estudiado un caso de leucemia mieloide crónica y hemos podido evidenciar como las cifras séricas de esta sustancia han tenido relación directa con la leucocitosis, es decir, con la masa tumoral, tal y como se puede apreciar en la figura 27 de la discusión. En los enfermos estudiados que padecían un mieloma múltiple, hemos podido apreciar un aumento de los niveles séricos de Beta 2 microglobulina, obteniendo una diferencia significativa con respecto al grupo control. Autores como Leoni, Child o Norfolk, estudian estas enfermedades llegando a concluir que existe una relación estrecha entre la masa tumoral y las cifras séricas de Beta 2 microglobulina, y que las posibilidades de supervivencia son mayores en aquellos individuos que no llegan a tener cifras séricas de esta sustancia por encima de los 4 μg/ml. Los casos de carcinomas ováricos que hemos estudiado, presentan una elevación de las cifras séricas por encima de los límites de la normalidad, en un estudio realizado por Kikuchi con diferentes marcadores tumorales en este tipo de enfermedad, pudo evidenciar que la mayor tasa de positividades tenía lugar con la Beta 2 microglobulina, de manera que la Beta 2 microglobulina era más sensible a la enfermedad que las demás sustancias empleadas. En el resto de las neoplasias hemos podido evidenciar elevaciones de las tasas séricas de la Beta 2 microglobulina excepto en el caso del carcinoma de tiroides que hemos estudiado. Hemos estudiado los niveles séricos de esta sustancia en una enferma con cáncer de mama, tras el diagnóstico de la enfermedad se le intervino quirúrgicamente y se le efectuó una nueva determinación de la Beta 2 microglobulina evidenciándose una disminución del nivel sérico de esta sustancia, lo cual se puede apreciar en la figura 28 de la discusión. La identificación de marcadores tumorales biológicos o de sustancias asociadas con las neoplasias que puedan ser usadas para su detección, extensión y evaluación de la terapeútica a seguir, es la meta de muchos investigadores. En la actualidad, existe una creciente demanda de nuevas, fiables y fácilmente detectables sustancias que nos sirvan como indicadores de la existencia de una enfermedad cancerosa, para así poderlas adicionar a los procedimientos empleados en el diagnóstico del cáncer. No obstante, antes de aceptar a una nueva sustancia como indicada para el marcaje de los tumores, es necesaria una cuidadosa investigación de todos los factores que determinen o actúen sobre los niveles plasmáticos o séricos del potencial marcador tumoral. Una molécula con muy bajo peso, como es la Beta 2 microglobulina, emerge como candidata a ser empleada como marcador tumoral desde que un nutrido número de grupos de investigación ha demostrado que los niveles séricos de esta microproteína están elevados en numerosas enfermedades malignas. Esta microprotteína que está presente en la membrana de las células, formando parte íntima de su estructura, es producida por casi todas las células del organismo, excepto los eritrocitos y las células trofoblásticas. Una vez producida, pasa a formar parte de la membrana celular, en la cual tiene una estrecha relación con el sistema H.L.A. de la célula; de ésta, pasa a formar parte del torrente sanguíneo circulando de forma libre y monomérica, pasando al riñón donde es filtrada por el glomérulo, en cuyas células tiene lugar su catabolismo siendo degradada hasta aminoácidos. Es bien sabido que en una enfermedad cancerosa coexisten una sobreproducción celular y una mayor tasa de destrucción de las células; ambos motivos deben justificar un aumento de las concentraciones séricas de la Beta 2 microglobulina, a que ésta forma parte de las células. Por otro lado, la Beta 2 microglobulina es filtrada y catabolizada a nivel renal, de modo que ante un fallo renal, observaremos unos niveles séricos de Beta 2 microglobulina elevados; por tanto, en ausencia de fallo renal, si observamos una elevación de la Beta 2 microglobulina, ésta ha de estar ocasionada por una sobreproducción o una destrucción acentuada de las células, hechos que acontecen, por lo general, en el cáncer. Pretendemos en nuestro trabajo evaluar la fiabilidad de la Beta 2 microglobulina como marcador tumoral. Para ello, estudiaremos sus niveles en un grupo de sujetos sanos que nos servirá de control; y en otro, de sujetos efectos de enfermedad cancerosa, que será nuestro grupo problema. Después de evaluar la función renal de los indivudos de ambos grupos y verificar si es correcta, efectuaremos las determinaciones de los niveles séricos de la Beta 2 microglobulina. El grupo problema lo obtendremos de pacientes con cáncer a los que efectuaremos un diagnóstico lo más correcto posible y una evaluación del estadio en que se encuentra la enfermedad. Nuestra metodología de trabajo seguirá una serie de pasos que nos llevarán a concluir sobre la bondad de la Beta 2 microglobulina como marcador tumoral. Un primer paso consistiría en evaluar las cifras de la Beta 2 micoglobulina en los pacientes con cáncer para compararla con los niveles obtenidos de la misma en el grupo control. El segundo paso nos llevará a evaluar la correlación que pueda existir entre la concentración observada de Beta 2 micoglobulina y el estadio en que se encuentra la enfermedad, así como la variedad de la misma. Posteriormente, efectuaremos nuevas determinaciones en algunos de los componentes del grupo problema, para así observar la evolución que sigue la Beta 2 micoglobulina y ver como responde al tratamiento. Todo esto, como ya hemos mencionado, nos llevará a una serie de resultados que compararemos con los obtenidos por otro autores y de los que extraeremos las oportunas conclusiones. En resumen, nuestro objetivo es efectuar un estudio sobre la utilidad de la Beta 2 microglobuilina sérica como posible marcador tumoral, para adicionarlo a los métodos diagnósticos del cáncer.es
dc.formatapplication/pdfes
dc.language.isospaes
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.titleLa beta 2 microglobulina como marcador tumorales
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/doctoralThesises
dcterms.identifierhttps://ror.org/03yxnpp24
dc.type.versioninfo:eu-repo/semantics/publishedVersiones
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses
dc.contributor.affiliationUniversidad de Sevilla. Departamento de Medicinaes
idus.format.extent195 p.es
dc.identifier.idushttps://idus.us.es/xmlui/handle/11441/44772

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