Ponencia
La lírica como digresión vital. Vivencia y obra de Paul Celan
Autor/es | Domínguez Muñino, Javier |
Departamento | Universidad de Sevilla. Departamento de Educación Artística |
Fecha de publicación | 2015 |
Fecha de depósito | 2023-01-27 |
Publicado en |
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Resumen | Sobre el célebre aforismo de Adorno –su prescripción restrictiva acerca de la poesía tras
el Holocausto- planea, toda la segunda mitad del XX, la obra poética de Celan. Frente al
disentimiento de lo lírico, la supervivencia ... Sobre el célebre aforismo de Adorno –su prescripción restrictiva acerca de la poesía tras el Holocausto- planea, toda la segunda mitad del XX, la obra poética de Celan. Frente al disentimiento de lo lírico, la supervivencia –defendida por Hugo Mujica, a propósito de Traklempuja a la palabra hacia el abismo redentor de la misma. Si el lenguaje llevó a la debacle, a la situación de horror para tantas vidas finitas, sólo él podía recuperar la ceniza con su canto; sólo el canto, al que Nâzim Hikmet elogiara, puede sobrevivir a los hombres y sus finitos acontecimientos. Frente a expresiones del horror acontecido, radicalmente testimoniales o fidedignas o narrativas –casos del cineasta Péter Forgacs o el escritor Danilo Kis-, el verbo es en Paul Celan manifestación de la nada hacia algo; hacia algún destino, encuentro, todavía por llegar, que no podría agotarse en la mera descriptiva de lo ya vivido. Es, por esto, que la obra celaniana nace del horror en tanto que el hombre, autor, lo ha encarnado. Pero no por ello se crea caracterizada por los hechos de la gran vergüenza europea (a excepción de composiciones insólitas como “Fuga de muerte”). Así como Didi-Hubermann diserta reciente sobre la posibilidad estética como crónica del horror, bien es cierto que en Celan se hubo reinventado la relación entre el referente y la palabra artística. En el autor rumano, la dialéctica biográfico-estética queda soterrada, y marginalmente expulsada del sentido que preside a su poesía. Ello no implica olvido ni capitulación, tal como señala Cacciari; sino que la idea de la indisolución de la experiencia no debe confinar el poema al angosto reducto de una memoria. Porque la lengua se dirige, como afirma Celan, herida de realidad, en busca de nueva realidad. Esta visión de lo lírico reconoce un crucial problema a estudiar en la obra celaniana: la ubicación ontológica del poema, de que el autor reflexiona hábilmente en su discurso “El meridiano”, pronunciado en 1960 en Darmstadt, y en cuya ilación recoge las ideas centrales de su propuesta estética. |
Cita | Domínguez Muñino, J. (2015). La lírica como digresión vital. Vivencia y obra de Paul Celan. En II Jornadas Expresiones Artísticas del Horror: Encuentro Internacional de Jóvenes Investigadores, Sevilla. |
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