The Contribution of International Organizations, in particular of the European Union, to the Fight against global health threats: COVID-19 and its challenges and opportunities

Abstract

The protection of health, initially implemented in terms of charity, in favour of the poor and the destitute and by specific public and private bodies, with the conclusion of numerous international treaties becomes a fundamental human right that no longer falls within the exclusive competence of the State alone. The value and crucial role of the right to health have been recently rediscovered during the health emergency caused by the COVID-19 pandemic. Unfortunately, the outbreak of the serious health crisis found the international community and the European Union unprepared to give an unequivocal and coordinated response to guarantee the protection of this fundamental right. The article undertakes a critical analysis of the contribution made so far to tackling the global threat posed by COVID-19, on the one hand, by the WHO, the main international organization dealing with global health and, on the other hand, by the European Union, a regional integration organization to which States have not attributed competences in health matter

La protección de la salud, implementada inicialmente en términos de caridad a favor de los pobres y los desamparados por organismos públicos y privados específicos, con la estipulación de numerosos tratados internacionales se convierte en un derecho humano fundamental que ya no es de la competencia exclusiva del Estado. El valor y el papel crucial del derecho a la salud se han redescubierto recientemente durante la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19. Lamentablemente, el estallido de la grave crisis sanitaria encontró a la comunidad internacional y a la Unión Europea poco preparadas para dar una respuesta unívoca y coordinada que garantizara la protección de ese derecho fundamental. El presente artículo lleva a cabo un análisis crítico de la contribución realizada hasta el momento en el desafío de afrontar la amenaza global que plantea la COVID-19; de un lado, por la OMS, principal organismo internacional que se ocupa de la salud global, y, de otro, por la Unión Europea, organización de integración regional a la que los Estados no han atribuido competencias en materia de salud