Abstract | Dinamarca es conocida por ser un país con un alto nivel socioeconómico,
considerado uno de los países con un sistema público más eficaces de Europa. Algunas
publicaciones lo catalogan como el país donde la gente es más ...
Dinamarca es conocida por ser un país con un alto nivel socioeconómico,
considerado uno de los países con un sistema público más eficaces de Europa. Algunas
publicaciones lo catalogan como el país donde la gente es más feliz del mundo, en el que
es posible conciliar la vida familiar y laboral. Los niños ocupan un papel muy importante
en la sociedad y son protegidos por el sistema desde que nacen hasta que llegan a la
mayoría de edad, habiendo un seguimiento exhaustivo de su sanidad, sus cuidados y su
educación por parte de profesionales del sector público.
La educación es uno de los elementos que recibe más atención y en continua
mejora. Se entiende que incidiendo en ella se conseguirá una sociedad más instruida,
razonable y justa, sensible ante las crisis y problemáticas que afectan al bien común. Los
niños reciben en los colegios no solo clases para aumentar sus conocimientos, sino que
desde pequeños son enseñados a respetar, entender y valorar a sus compañeros,
favoreciendo la empatía por los demás. No fomentan el éxito individual, sino el
colectivo, transmitiendo desde edades muy tempranas los valores de trabajar en equipo
promoviendo así el aprendizaje cooperativo. Es por ello que la sociedad danesa cree en
el bien común y siente de forma individualizada lo que es de todos.
Históricamente, Dinamarca, junto con Suecia, ha sido conocida por su fuerte
inclusión social e integración de los inmigrantes. En la actualidad, la solidaridad ha
encontrado un freno debido a la crisis generalizada europea en los modelos de
inmigración. Primero empezó Dinamarca a poner restricciones, por lo que desvió la
llegada a Suecia de una gran cantidad de refugiados en los últimos años. A día de hoy
encontramos muchos requisitos que hay que cumplir para poder establecerse en el país,
por lo que queda más limitada su entrada sobre todo a personas procedentes de fuera
de la Unión Europea.
Existe una clase política competente1 respaldada por la ciudadanía, que
representa los intereses de los ciudadanos, siendo los más destacados la preocupación
por el clima y el medioambiente. Es por ello que en la actualidad Dinamarca encabeza
la lista de países líderes en transición a la sostenibilidad, empezando por el uso de
energías renovables, como la eólica. La tendencia política dominante es el socialismo,
se pagan altos impuestos del sueldo de los trabajadores que repercuten directamente
en el “Sistema” que es el que garantiza la calidad de vida e igualdad para todos los
ciudadanos2.
La legislación urbanística e intervenciones urbanas están orientadas al
desarrollo sostenible, desde el nacimiento a nivel mundial de una cultura
medioambiental, los sucesivos planes urbanísticos han incluido los requisitos firmados
en los tratados medioambientales. En Dinamarca no cuajó la tendencia del movimiento
moderno y su manera de hacer nuevas ciudades, (en nuestro caso, la tendencia de
crecimiento en la región metropolitana de Copenhague), sigue las directrices de un plan
1 Según la gráfica mostrada en la página 75 del presente documento (https://www.altinget.dk/misc/EU-tillid.png),
Dinamarca es uno de los países con mayor confianza ciudadana en sus políticos a nivel nacional y europeo según la
comparativa entre el resto para el año 2018
2 Ver en página 5,6 y 7 la tablas de Expansión /Datosmacro.com donde se contrastan las cuentas nacionales de los
gobiernos de Dinamarca y España.
5
muy específico, implantado tras la Segunda Guerra Mundial, y es el Finger Plan. Este
plan consiste en que metafóricamente, la palma de la mano o centro de la región es
Copenhague y los cinco dedos son el resto de ciudades alineadas en los ejes del
ferrocarril. Se produce al mismo tiempo una secuencia de espacios naturales y urbanos
que recuerdan al concepto de Green Belt3 a una escala más reducida. Este
planeamiento, directriz de todo lo que va a acontecer con posterioridad recoge un
laboratorio de intervenciones urbanas y arquitectónicas de todo tipo, enfocadas a
mejorar el funcionamiento de la región en su conjunto y de la vida de las comunidades
y familias residentes en ella. Al mismo tiempo algunas suponen la materialización de las
últimas tendencias en arquitectura en el ámbito global, pero desde un prisma local,
siendo respetuosas con el medio urbano y natural acorde a los principios establecidos
en las directrices del Finger Plan. Es fácil observar que no ha sido un urbanismo
configurado por los intereses del mercado.
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