Revista de historia contemporánea - 1991 - Nº 5

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  • Acceso AbiertoArtículo
    Coyuntura minera y clase obrera en Linares (1882-1886)
    (Universidad de Sevilla, 1991) Egea Bruno, Pedro María
  • Acceso AbiertoArtículo
    Las élites españolas en la transición del Liberalismo a la Democracia
    (Universidad de Sevilla, 1991) Peña Guerrero, María Antonia
  • Acceso AbiertoArtículo
    La huelga campesina de 1934 en la práctica sindical de la U.G.T. de Andalucía (1900-1936)
    (Universidad de Sevilla, 1991) Macarro Vera, José Manuel; Universidad de Sevilla. Departamento de Historia Contemporánea
  • Acceso AbiertoArtículo
    Influencia del Positivismo en la legislación y en el sistema educativo mexicano de la segunda mitad del siglo XIX
    (Universidad de Sevilla, 1991) Martínez de Codes, Rosa María; Universidad de Sevilla. Departamento de Historia Contemporánea
  • Acceso AbiertoArtículo
    El ciclo revolucionario de 1820 y la idea de Europa
    (Universidad de Sevilla, 1991) Comellas García-Llera, José Luis; Universidad de Sevilla. Departamento de Historia Contemporánea
    La época que va de 1815 a 1848 -que Duroselle llama, sin más, f'ére des Révolutions - es sin duda la más abundante en revoluciones o intentos de tales en toda la historia de Europa. Parece que en este aspecto ninguna época anterior o posterior puede comparársele. Que esto sea así puede deberse a la nos­ talgia de los tiempos prenapoleónicos, a la imposición de las ideas liberales en más amplios círculos de opinión, al fracaso de la Restauración como síntesis entre dos pasados, a lo que en otro lugar he llamado "acelerador romántico", o simplemente al hecho que José de Maistre relacionaba en concepción un tanto extremo­sa con "el segundo pecado original": la revolución con mayúscula -el paso del Antiguo al Nuevo Régimen-, al derribar la indiscu­tibilidad y hacerlo todo discutible por naturaleza, deba pie a multitud de revoluciones con minúscula. Un rasgo que destaca a primera vista y que parece digno de ser tenido en cuenta es la tendencia de los hechos revoluciona­ rios a disponerse en ciclos. Para la época a que acabarnos de referirnos tenernos los de 1820, 1830 y 1848. Hay excepciones, entre las que podrían contar el golpe decembrista de 1825, el de Nosarelli en 1836, o el de L'Aquila de 1841; pero resulta evidente que la mayoría se encuadran en una secuencia cronológica y lógicamente bien definida por una cierta relación. No nos corres­ponde aquí introducirnos en los complicados entresijos de la teoría cíclica ni tampoco discernir entre las labroussianas these de circonstance y these du complot. Nos basta señalar que, exista relación previa en algunos casos, o se trate de un fenómeno de mimetismo promovido por "la fuerza del ejemplo" en la mayoría de ellos, los movimientos se operan mediante un proceso "en cadena" nada difícil de seguir. De los tres ciclos enunciados, quizá el menos estudiado en su conjunto como fenómeno europeo sea el de 1820, tal vez porque no triunfó en Francia, el país adelantado en historiografía revolu­cionaria por excelencia, o tal vez por su menor alcance por lo que refiere a las repercusiones históricas inmediatas . Quién sabe , también, si por haber tenido su centro en Espafía. Sin embargo, y si bien contemplamos los hechos más por lo que significaron que por lo que decidieron, este ciclo se nos presenta como el más "europeo" de todos.
  • Acceso AbiertoArtículo
    El europeísmo-progresismo fluctuante de los escritores del noventa y ocho entre el "Desastre" y La Gran Guerra (1898-1914)
    (Universidad de Sevilla, 1991) Sánchez Mantero, Manuel; Universidad de Sevilla. Departamento de Historia Contemporánea
    El año 1898 ha quedado inscrito en nuestra historia, entre otras razones, por la contemporaneidad con el "Desastre" de un grupo de intelectuales a quienes preocupó la situación de su patria. Efectivamente, esos hombres a los que, desde 1912, a propuesta de uno de ellos: Azorín, se ha venido conociendo por la denominación de Generación del Noventa y Ocho, etiqueta que ya hoy no está de moda, comenzaron, por esa fecha, a manifestar su disgusto y a denunciar los males que veían. Además, intentaron investigar las causas y , a veces, aventuraron remedios para que cambiase el rumbo nacional. En este aspecto , fueron algo "regeneracionistas". La influen­cia que tuvo en ellos el pensamiento de Costa ha sido puesta de relieve por Pérez de la Dehesa y ellos aluden al aragonés con frecuencia, a veces con admiración. No cabe duda de que, al principio, se sintieron arrastrados por el ambiente regenerador, particularmente , como señala Abellán, Unamuno, Maeztu, Azorín y Baroja; pero, poco a poco, se fueron desligando de esa corriente y comenzaron a marcarse un camino propio. A partir de entonces, si bien es cierto que regeneracionistas y noventayochistas están unidos en la misma protesta, divergen en el sentido que le imprimen. La protesta noventayochista fue, más bien y sólo, filosófica y estética. Europa fue uno de los mitos presentes en los proyectos de soluciones que se proponían en aquella España maltrecha que había salido del "Desastre''. Algunos creían en un europeísmo a ultranza, olvidado de ataduras nacionales del pasado y del presente; otros, en reducido número, preconizaban, en cambio, un estric­to ceñirse a lo tradicional. Los escritores del noventa y ocho también miran a Europa. El mito de la "europeización" está presente en un buen número de sus escritos, pero casi nunca se dejan arrastrar por él. Resulta curioso observar sus vacilaciones, sus virajes , incluso. Unas veces se sienten europeos y con la misión de europeizar a España, otras, abominan de la "europeización" y quieren apartar a sus paisanos de influencias del continente que estiman hasta peligrosas. Pero no siempre coinciden en sus posturas. Hay que aclarar, además, que Europa es cosa diversa para cada uno, y cada uno discrepa consigo mismo porque no piensa igual en unos años y en otros . Europa puede ser la ciencia, el pensamiento, más frecuentemente, el progreso material; y Europa es Francia, Inglaterra o Alemania, con mayor frecuencia, nada real; es decir, un verdadero mito. Pretendo analizar en esta páginas las indecisiones y los cambios que se operan, respecto a los mitos de Europa y el progreso, en el pensamiento de los cinco escritores del grupo del noventa y ocho que a mi juicio reflejan mejor en sus escritos las caracterís­ticas que tradicionalmente se han atribuido a estos intelectuales : patentizar y tratar el problema de España que les preocupa prof undamente y mirar con constancia allende el Pirineo para encontrar soluciones. Voy a referirme en concreto a Unamuno, Maeztu, Azorín, Baraja y Antonio Machado . Pero, además de este límite numérico, ha sido necesario poner otro cronológico para que este estudio no resulte largo en exceso; así que este examen se ciñe sólo al período comprendido entre la consumación del "Desastre" y el inicio de la Primera Guerra Europea. Estos tres lustros largos casi coinciden con la etapa de la política regeneracionista, y también es en esos años cuando los cinco pasan por su época de plenitud, cuando están en la vanguardia intelectual española y escriben los libros por los que van a ser conocidos por la gran mayoría.
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    La alianza Maura-Cambó de 1921: una experiencia de reformismo conservador durante el Reinado de Alfonso XIII
    (Universidad de Sevilla, 1991) Gómez Ochoa, Fidel; Universidad de Sevilla. Departamento de Historia Contemporánea
    La época de la Restauración es uno de los temas que más atención ha recibido de los historiadores de la España contemporánea. Sin embargo , algunas de sus fases, y sobre todo los años de su crisis final (1917-1923), han sido objeto de un tratamiento escaso y superficial. Esta deficiencia de nuestra historiografía se manifiesta principalmente en el ámbito de la historia política, donde es un lugar común, en relación con el "sexenio crítico'', una visión que remite inequívocamente al permanente estado de crisis polí­ tica y a la ineficacia crónica de los distintos gobiernos. Esta imagen parece descomponerse un tanto cuando se realizan análisis algo más pormenorizados: la realidad política del período es bastante más compleja que lo que denotan unas estereotipaciones acuña­das por la historiografía española de los años treinta y cuarenta y mantenidas prácticamente hasta la actualidad. Por lo tanto, parece oportuno realizar una "rehabilitación" de determinadas fases de la crisis final de la Restauración; de su análisis derivarán avances hacia una mejor caracterización del proceso que llevó a la implan­ tación en 1923 de una dictadura militar y del propio régimen restauracionista. Sin duda, el gobierno de concentración que Antonio Maura presidió entre agosto de 1921 y marzo de 1922 merece ser resaltado .
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    Una reflexión sobre la historia contemporánea de Andalucía
    (Universidad de Sevilla, 1991) Álvarez Rey, Leandro; Universidad de Sevilla. Departamento de Historia Contemporánea
  • Acceso AbiertoArtículo
    Maura y la crisis del turnismo: la actitud del Partido Conservador en Sevilla (1909-1914)
    (Universidad de Sevilla. Departamento de Historia, 1991) Sierra Alonso, María; Universidad de Sevilla. Departamento de Historia Contemporánea
  • Acceso AbiertoArtículo
    La masonería en la historia de España: revolución y reacción
    (Universidad de Sevilla, Departamento de Historia Contemporánea, 1991) Ruiz Sánchez, José Leonardo; Universidad de Sevilla. Departamento de Historia Contemporánea