Revista de historia contemporánea - 1997/98 - Nº 8

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  • Acceso AbiertoArtículo
    Apuntes para una caracterización de la transición en Andalucía
    (Universidad de Sevilla, 1997) Ruiz Romero, Manuel
  • Acceso AbiertoArtículo
    La negociación colectiva en la provincia de Granada (1958-1977)
    (Universidad de Sevilla, 1997) Ortega López, Teresa María
  • Acceso AbiertoArtículo
    La guerra en la escuela: cuadernos escolares de los alumnos de la escuela nacional de Oseja en los Picos de Europa
    (Universidad de Sevilla, 1997) Cordero Olivero, Inmaculada; Lemus López, Encarnación; Universidad de Sevilla. Departamento de Historia Contemporánea
  • Acceso AbiertoArtículo
    Oligarquía y regeneracionismo. Demandas e iniciativas conservadoras desde la revista La agricultura y Córdoba, del conde de Torres Cabrera (1900-1903)
    (Universidad de Sevilla, 1997) Almansa Pérez, Rosa María; Universidad de Sevilla. Departamento de Historia Contemporánea
    Con la ubicación de este trabajo en los años que abren el nuevo siglo, nos situamos de partida en el ámbito del análisis del amplio espectro de consecuencias que siguieron a los complejos aconteci­mientos centrados en el año 1898. En concreto, nos ocupamos del discurso de después del Desastre -por lo demás, lleno de sugeren­cias para el historiador- de un miembro de la oligarquía restauracionista, el conde de Torres Cabrera. A través de un órgano de expresión propio, la revista La Agricul­tura y Córdoba, Torres Cabrera hace una pintura de la situación políti­ca y agraria de la España de aquellos años que guarda algunos puntos de conexión con el llamado movimiento regeneracionista, enar­bolado por algunos destacados intelectuales de entonces, tales como Costa, Mallada o Picavea. A pesar de las implicaciones que de lo anterior cabría deducir, no puede olvidarse que desde un poder de tipo oligárquico -al que indudablemente pertenecía el personaje de nuestro estudio-, difícilmente pueden ser auspiciados cambios que impliquen la revisión de las bases de ese mismo poder. La definición misma de oligarquía excluye, en principio, tal posibilidad. Sin embar­go, fue precisamente esta tarea la que se planteó el movimiento regeneracionista (digamos, el "real»): acabar con el disfrute monopolístico que del poder hacía, sobre todo, la alta burguesía. Sólo con ello -pensaban- podría ponerse coto al atraso económico de España y a la corrupción política y administrativa generalizadas. Pre­cisamente este presupuesto, clave en el pensamiento regeneracionista, impide hablar, en sentido estricto, de un regeneracionismo propio articulado desde el poder. No obstante, es un hecho que los políticos del turno incorpora­ ron, hasta cierto extremo, el lenguaje propio del regeneracionismo . En el caso que aquí nos ocupa, es evidente la existencia de un discurso altisonante y fustigador que recurre con insistencia a los mismos tópi­cos de denuncia de los males del país y de necesidad de aplicar soluciones perentorias. Y es posible que en todo ello hubiera algo más que simple hojarasca verbal. El objeto de este trabajo consiste en conocer sus alcances y limitaciones fundamentales. Para el tratamiento de la problemática aquí expuesta he tomado como punto fundamental de referencia la revista La Agricultura y Cór­doba, la cual constituye un medio idóneo para el análisis del pensa­miento político y social de su mentor, el conde de Torres Cabrera, hacedor casi exclusivo de la misma. El estudio se centra en momen­ tos (los años de entre 1900 y 1903, los de la efímera vida de la publicación) de configuración de un discurso ideológico desde el po­der de tintes ya claramente defensivos. No es de extrañar: las oposi­ciones al sistema -la obrera industrial y campesina, por un lado, y la pequeñoburguesa, por otro- comenzaban a cobrar nuevos bríos. La fuente antedicha se presenta como un muestrario muy com­pleto de las iniciativas de todo signo que el conde, uno de los mayo­res propietarios de la provincia de Córdoba, tiene en su haber por estos años. Ricardo Marte y Fernández de Córdoba, conde de Torres Cabrera, fue una personalidad destacada en la esfera política provin­cial y nacional. En una palabra, fue miembro de la élite económica y política de la nación, consideración ésta avalada por sus numerosos cargos y distinciones y, sobre todo, por su activa militancia conser­- vadora. Ya en los años del Sexenio se distinguió por su labor pro alfonsina, lo que le valió el cargo de gobernador civil de la provin­cia de Córdoba recién instaurado el nuevo régimen. El conde fue, asimismo, uno de los mayores propietarios agrarios del mismo ámbito provincial, destacándose además por sus numerosas iniciativas en pro de la modernización del campo cordobés. Tales iniciativas no carecen de interés por varias razones. En primer lugar, por las características del espacio temporal en que se ubican, a las que ya se ha hecho somera referencia. Es un momento delicado para la credibilidad del propio sistema restauracionista, al haberse puesto de relieve los graves defectos que padecía a raíz de la severa derrota frente a la naciente potencia americana. Precisa­mente por esta circunstancia, se siente la necesidad de acometer importantes reformas -como la fiscal-, en las que la oligarquía va a aprestarse al mantenimiento de sus privilegios tradicionales. Este mo­vimiento de defensa ha de compatibilizarse con un discurso de cam­bio que sólo muy raramente tendrá visos de verosimilitud. En el caso del conde de Torres Cabrera, no obstante, la percepción de un peligro real que amenaza esa posición de preeminencia, le empuja a la exi­gencia de reformas, e incluso a la adopción de iniciativas particulares de tipo social y económico, tanto en el ámbito cordobés en general como en el de sus propios predios rústicos. Si bien el universo ideoló­gico de tales medidas es de carácter marcadamente conservador, el hecho de venirle inspiradas por la conciencia de que las bases del sistema, tal y como éste está configurado, se encuentran en precario, confiere a aquéllas un considerable valor para el historiador. Téngase solamente en cuenta que esta actitud de defensa cuidadosa de los propios privilegios, con las miras puestas en un futuro no muy inme­ diato, no fue tan corriente entre los miembros de la élite. El estudio de este caso particular ofrece un atractivo añadido al de su marco cronológico porque la actividad de este notable cordobés tiene ribetes de un cierto liderazgo. Al fin y al cabo, encabezó un movimiento de tipo corporativo de ámbito nacional -La Unión Agraria Española-, y recibió numerosas adhesiones -que quedan bien paten­tes en la revista-, entre las que destacan las de los más poderosos terratenientes de la provincia. Tampoco los gobiernos que por aque­llos años vinieron sucediéndose tuvieron oídos sordos a sus propues­tas. Por otro lado, es notable su protagonismo en un asunto de tanta trascendencia como el de la confección de la ley de Catastro de 27 de marzo de 1900, que he analizado en otro lugar. Y, al parecer, tampo­co la monarquía fue del todo insensible a sus requerimientos.
  • Acceso AbiertoArtículo
    Acerca de los orígenes agrarios del fascismo. Italia y Andalucía en perspectiva comparada (1900-1936)
    (Universidad de Sevilla, 1997) Cobo Romero, Francisco; Universidad de Sevilla. Departamento de Historia Contemporánea
    A través de las páginas que siguen a continuación, pretendemos llevar a cabo un ejercicio de análisis comparado, para destacar las similitudes existentes entre fenómenos históricos consistentes en el reagrupamiento y redefinición de las alianzas de clase en el ámbito rural, registrados en dos países de Europa Occidental durante el pe­ríodo de entreguerras o a lo largo de los años inmediatamente poste­riores a la finalización de la Gran Guerra. Haremos hincapié, por la gran cantidad de similitudes detectadas en las manifestaciones del conflicto rural y la tendencia acusada de algunas fracciones del cam­pesinado hacia la defensa de posturas políticas corporativistas y antidemocráticas, en los ejemplos significados por Andalucía, para el caso español, y algunas regiones de próspera agricultura capitalista del centro y el norte de Italia -tales como Lombardía, Piamonte, Um­bría, Toscana, Emilia-Romaña, etc.. Pero asimismo, mencionaremos aunque sea de pasada, los virajes políticos e ideológicos experimen­ tados por determinados estratos de la población rural, en países como Francia o Alemania durante el periodo crítico de crisis agraria com­prendido entre 1919 y 1929. Antes de descender al análisis más o menos pormenorizado de los cambios en los ámbitos político, económico e ideológico que se operaron en las sociedades rurales andaluza e italiana, consideramos oportuno efectuar un rápido repaso a la trayectoria y la evolución histórica dibujada por Italia y España durante las décadas iniciales del siglo XX.
  • Acceso AbiertoArtículo
    El valor de la tierra en los siglos XVIII-XIX. Un estudio del mercado y los precios
    (Universidad de Sevilla, 1997) Gamero Rojas, Mercedes; Parias Sáinz de Rozas, María del Carmen; Universidad de Sevilla. Departamento de Historia Contemporánea
    La estimación retrospectiva sobre el precio de la tierra es, sin duda, tema apropiado para la reflexión en la medida que ayuda a comprender cómo la mentalidad especulativa puede crear mercados ficticios -donde se sobrevaloran las tierras con criterios ajenos a los de la rentabilidad económica- y donde la relación propiedad/uso que­ da afectada en un sentido poco conveniente para la agricultura y de consecuencias complejas de calcular para las rentas agrarias en ge­neral. Nuestra investigación ha querido acercarse al tema de la forma­ción de los mercados históricos (siglos XVIII y XIX) partiendo de una breve reflexión teórica -sobre el método de valoración al uso- y tratan­do posteriormente de demostrar cómo el mercado refleja esas pautas teóricas en el contraste de los escasos datos económicos que posee­mos.
  • Acceso AbiertoArtículo
    El Duque de Montpensier y sus aspiraciones a la corona de España
    (Universidad de Sevilla, 1997) Fernández Albéndiz, María del Carmen; Universidad de Sevilla. Departamento de Historia Contemporánea
    Desde la proclamación de Isabel II como reina de España en 1833 hasta su expulsión del territorio nacional en 1868, la corona española tuvo numerosos pretendientes . En primer lugar, el infante don Carlos, tío paterno de la reina-niña, que encabezó una facción monárquica opuesta al liberalismo triunfante desde la década de los treinta. Y, en segundo lugar, los diferentes aspirantes a su mano. Pero, sin duda, uno de los más destacados y pertinaces pretendien­tes a la corona fue su cuñado don Antonio de Orleans, duque de Montpensier. Don Antonio entró a formar parte de la historia de España a través de su matrimonio con doña María Luisa Fernanda de Borbón y Borbón Dos Sicilias, princesa de Asturias . El enlace real se celebró en Madrid el 1O de octubre de 1846 y fue una doble boda real, ya que junto con don Antonio y doña Luisa Fernanda contrajeron matrimonio la reina Isabel II y su primo don Francisco de Asís, duque de Sevilla. Los matrimonios reales no se hicieron por amor, pues los intereses políticos , personales y de terceros países fueron los que determinaron los destinos de España y de las jóvenes princesas.