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Tesis Doctoral

dc.contributor.advisorArias García, Pabloes
dc.creatorNúñez Castaín, Josées
dc.date.accessioned2018-06-15T10:13:55Z
dc.date.available2018-06-15T10:13:55Z
dc.date.issued1985-06-01
dc.identifier.citationNúñez Castaín, J. (1985). Sevilla centro histórico. La transformación radical de su imagen urbana. Génesis y desarrollo del planeamiento urbano en el Siglo XIX. (Tesis Doctoral Inédita). Universidad de Sevilla, Sevilla.
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/11441/76255
dc.description.abstractEn la actualidad, uno de los principales problemas del planeamiento urbano, lo constituye la intervención sobre los centros históricos. Para entender y enjuiciar, las actuales actitudes ante este hecho, es necesario el conocimiento histórico de la evolución de esas actitudes, de los modelos que conllevaban, de los instrumentos de planificación que se emplearon para desarrollarlo, y de los resultados que se obtuvieron. En general, la actual historiográfia, se refiere más a la historia de los hechos urbanos, que a los planteamientos urbanísticos a que respondían. En nuestra ciudad, se ha desarrollado esa historia del planeamiento a que nos referíamos, tomando como punto de partida, el primer plan de ámbito general que posee, que es el de Sáez López de 1895. Si se considera por un lado que el planeamiento urbano contemporáneo nace durante el siglo XIX, y por otro que en Sevilla en todo este periodo el ámbito de actuación es coincidente con lo que ahora denominamos centro histórico, se hace necesario el conocimiento de la GENESIS Y EVOLUCION DEL PLANEAMIENTO URBANO en este periodo y ámbito, para como se dijo al principio mejor entender y enjuiciar las actuales actitudes ante este hecho. El objeto pues de esta Tesis, es profundizar en el conocimiento del planeamiento urbano, en una época que se considera clave y no suficientemente esclarecida, el siglo XIX. Todo ello con el fin de poder elaborar un discurso continuo hasta nuestros días de las actitudes urbanísticas hacia nuestro centro histórico. La Tesis, puede enfocarse desde diversos ángulos, cada uno de ellos con sus características propias. Es una Tesis de historia. De una historia urbana que intenta reconstruir los modelos de ciudad en cada etapa histórica, los instrumentos técnicos con los que se contaba para la consecución de ese modelo, el uso que se hizo de dichos instrumentos, y a la postre los hechos urbanos realizados y su coherencia con el modelo propuesto. Es una Tesis de recopilación. En un momento histórico como el de la génesis del planeamiento urbano, donde en Sevilla las ideas globales nunca se explicitan, se hace necesaria la recopilación de todos los datos parciales para extraer dichas ideas. Es una Tesis de análisis e interpretación. No puede realizarse este trabajo con la mera exposición informativa de los datos. Para poder intuir la lógica del proceso urbano es imprescindible el análisis y la interpretación de cada uno de los aspectos tratados. Es una Tesis de síntesis. Se trata de reconstruir los modelos urbanos existentes en el XIX en cada una de sus distintas etapas. La complejidad socio-política del periodo, y la correlación de estos factores con los urbanos dan una especial dificultad al problema de síntesis y deslinde de modelo. Y por último es una Tesis para la acción. El conocimiento histórico de los procesos de planeamiento urbano, se concibe, no solo bajo la óptica cientifista “del conocimiento por el conocimiento”, sino bajo la del planeamiento urbano “del conocimiento para la acción”. La Tesis pretende ser un instrumento útil para la definición de estrategias sobre nuestro centro histórico. Y ello, en tanto cuanto revele más claramente sus claves internas, el proceso de sus transformaciones, y su capacidad de evolución para el futuro. A lo largo de diez años, he venido impartiendo docencia en el Departamento de Urbanismo de la ETSAS sobre análisis de la ciudad, y más en concreto de Sevilla. La ausencia y sobre todo dispersión, de los estudios sobre Planificación Urbana de Sevilla en el siglo XIX, con el enfoque citado anteriormente, hizo ver la necesidad de elaborar un trabajo de síntesis de este importante periodo. En estos últimos tres años se ha elaborado la información existente en el Archivo Histórico Municipal. La falta de medios de dicho Archivo (las dificultades para reproducir, ha obligado a tomar notas manuscritas de casi toda la documentación), y las características de la información gráfica (planos en colores, cosidos a tomos y de diversos tamaños) han hecho especialmente laboriosa esta fase del trabajo. El conocimiento de la historia general de la ciudad como marco donde ir encuadrando la larga lista de datos puntuales (solo en expedientes de alineación se han clasificado 840), junto a la coincidencia de los periodos socio-políticos con los urbanos (ceses y dimisiones de arquitectos al variar los sistemas) ha permitido una clara división de etapas. La superposición a la historia del planeamiento urbano de otros aspectos de la historia general de la ciudad (ideológicos, económicos, sociales…) estudiados ya en esos mismos periodos históricos, da una mayor coherencia al desarrollo de cada etapa. En cada etapa se ha estudiado en distintos apartados cada uno de los objetivos e instrumentos urbanísticos, exponiendo intenciones, resultados y relación entre ambos. Esta clasificación en objetivos e instrumentos, común a todas las etapas, permitirá el la síntesis un análisis comparativo y evolutivo de cada uno de ellos. Este esquema previo metodológico, se ha ido amoldando, durante el desarrollo del trabajo, a los requerimientos generados por su propia dinámica. La visión urbana de la Sevilla de principios del XIX, es la de una ciudad amurallada en su totalidad, de viario intrincado y estrecho, carente de plazas, con caserío de aspecto rural, de dos plantas de altura, algunas centrales con tres y o muchas periféricas con una. Con fachadas encaladas con pequeños huecos asimétricos, que contrastaban con sus soberbios edificios singulares, la mayoría iglesias y algunos palacios o edificios públicos. Las calles estaban sin empedrar, y no existían redes de agua y alcantarillado. La vida social se realizaba dentro de las casas y corrales. El objetivo común a todos los planteamientos urbanos a lo largo del siglo, será la transformación de esa imagen rural y antigua descrita anteriormente, por otra de ciudad moderna, capital de Andalucía. Para ello se propone otro viario, con calles más anchas y rectas, otros espacios públicos o plazas, otra arquitectura en sus fachadas, otra periferia, sin murallas y con rondas arboladas, otros equipamientos, como mercados, escuelas o mataderos, y otras infraestructuras que saneasen la ciudad. En síntesis otra escena urbana, otra imagen de la ciudad. Pese a que como hemos visto a lo largo del trabajo estos objetivos, no se consiguen en su totalidad, no cabe duda, que la imagen de Sevilla a comienzos del siglo XX, es muy distinta a la de un siglo antes. Algunas calles de los lugares centrales son más anchas, aunque no es esa una transformación radical, ni extensible al resto del casco. La principal variación está en sus nuevas fachadas, según el código de simplicidad propio de la época; en sus nuevas plazas, auténticos nuevos centros de relación social de los barrios; y en la nueva periferia, donde se había sustituido la sinuosa muralla y el campo exterior, por una nueva línea de manzanas rectas, con fachadas modernas reforzadas por un arrecife arbolado o paseo de ronda así como jardines, especialmente en la fachada al río. Sin embargo la estructura interna de la ciudad, la relación morfología-tipología permanecía invariable, o dicho con más precisión se había desarrollado dentro de la misma lógica anterior. Está ciudad, proseguirá con sus operaciones de reforma interior y modificación de sus líneas, durante el primer tercio de siglo, con motivo de la Exposición IberoAmericana, en un proceso brillante expuesto por Manuel Trillo de Leyva en sus Tesis sobre dicha Exposición. La actitud sobre el centro histórico, que ya no era evidentemente toda la ciudad, sino una parte de ella, cambia en el primer Plan General que posee la ciudad, redactado en 1946. Aunque se pretende terminar la idea ya iniciada anteriormente de cruzar la ciudad con dos grandes ejes, se abandona por inoperante la idea de modificar todas las líneas del viario. No será hasta el Plan General del 63, cuando se abandona definitivamente la idea de drástica reforma interior, manteniéndose las alineaciones, y penetrando al casco con unas entradas en fondo de saco. No obstante, es durante el periodo de vigencia de este Plan, cuando el centro histórico sufre un proceso de renovación más fuerte, que incluso se ha dado en llamar de “destrucción de la ciudad”. La diferencia radical de este último proceso de renovación, con los anteriores, no hay que buscarla en las determinaciones del propio Plan respecto a alturas, usos o volumen, comparables perfectamente a los demás, sino en la nueva tipología arquitectónica (vivienda colectiva contemporánea, en vez de unifamiliares). Este radical cambio respecto a escala y concepto del tipo arquitectónico, romperá no solamente el código estético de fachadas (roto anteriormente en multitud de ocasiones), sino la relación entre morfología urbana y tipología arquitectónica, y por tanto la lógica interna de la estructura urbana del centro histórico. Cuando se agota el modelo del movimiento moderno, y viene la crisis económica que da fin al desarrollismo, los nuevos tiempos adoptan ante el centro histórico una actitud netamente conservadora, que casi llega a ser arqueológica respecto a la estructura edificada existente. Por primera vez se mantienen radicalmente las líneas, no por un convencimiento de lo inútil del procedimiento de la alineación, sino por un respecto a la preexistencia histórica de esa línea, que en nuestra ciudad, como hemos visto no llega al siglo en la mayoría de los casos. Ante los claros inconvenientes del modelo del movimiento moderno en los centros históricos, y la ausencia de uno nuevo que lo sustituya, se opta por el modelo anterior. Pero no como forma de producción de ciudad (por otro lado imposible de trasladar), ni como mera adopción de sus actitudes (iconoclastas respecto al espacio urbano, y conservadora respecto al tipo arquitectónico), sino como resultado construido, a conservar con criterios a veces inversos a los de la época en que se construyó (conservador respecto al espacio urbano e iconoclasta respecto al tipo arquitectónico). Esperemos que el nuevo Plan en redacción plantee una actitud ante nuestro centro histórico, que haga compatible el mantenimiento de todos sus valores, con la absoluta necesidad de su continua transformación.es
dc.formatapplication/pdfes
dc.language.isospaes
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.titleSevilla centro histórico. La transformación radical de su imagen urbana. Génesis y desarrollo del planeamiento urbano en el Siglo XIXes
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/doctoralThesises
dc.type.versioninfo:eu-repo/semantics/publishedVersiones
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses
dc.contributor.affiliationUniversidad de Sevilla. Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorioes
idus.format.extent465 p.es

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