El espacio público de la fiesta y su papel en el desarrollo de las ciudades. Estudio de un ámbito extremeño-alentejano para una interpretación socioespacial

Abstract

Partimos de una breve reflexión sobre la Fiesta y sobre el Espacio Público en la que hemos definido los principios básicos para el desarrollo del trabajo y para la delimitación del trabajo de campo. Hemos establecido un área geográfica a los dos lados de la frontera, a lo largo de los ejes configurados por la autovía Cáceres –Mérida- Sevilla en España y por Estremoz- Évora-Beja en Portugal. Es una región de gran continuidad territorial y cultural, en la que dominan no sólo los núcleos urbanos fortificados con trazos medievales, sino también de diversidad y especificidad propia en lo que respecta a su dimensión y relación con el territorio. Se ha confeccionado una lista de fiestas situadas en rutas y guías de la región y que mayormente son fiestas ¿tradicionales¿. Desde un primer momento hemos comprendido la necesidad de cumplimentar nuestro mapa de fiestas con base en informaciones locales y a partir de entrevistas informales con la población para excluir aquéllas que tienen muy poca representatividad e incluir sólo las que ocurren en ambiente urbano sin restricciones de acceso independientemente de su carácter tradicional, comercial o innovador. Dentro del trabajo de campo hemos mantenido siempre la disponibilidad de registro in situ e incluir manifestaciones públicas urbanas, aun siendo algunas imprevistas, como fue el caso del movimiento M15 o festivales más radicales. De lo que hemos analizado se verifica que la mayoría de las fiestas ocurren en espacios excéntricos, junto a las puertas de la ciudad. Y es así tanto en una situación antigua, ya hoy día incluida en el núcleo urbano, como en una situación reciente periférica o de espacio residual. Importa también hacer una evaluación cuantitativa. Es un dato objetivo que condiciona el desarrollo urbano, incluso en los núcleos en retracción o estancamiento. Creemos que el registro de la evolución y de los desplazamientos de los espacios de fiesta permitirá entender el proceso de crecimiento de pueblos, villas y ciudades. Esa reflexión nos ha llevado a cuestionar la existencia del Espacio de la Fiesta como algo con su propia identidad, reconocible y definido. Además, ha planteado la caracterización de las fiestas según el modo en que ocurren en el espacio, así como el análisis de las transformaciones que suceden en ese mismo espacio durante la fiesta y que, de una forma sistematizada, ha permitido encontrar características comunes tanto bajo la lectura espacial como bajo la vivencia. Nos ha permitido también establecer una serie de características fundamentales de los espacios analizados, donde las fiestas tienen lugar, manteniendo tras de ellas, en el cotidiano, aún de forma latente o potencial, lo que podrá ser una herramienta patrimonial a tener en cuenta, para quienes participan del espacio (sentido, representado, activado, reorganizado, etc.). Así, se estructuran análisis e interpretaciones desde tres niveles: 1. Los elementos indicadores de la fiesta (señales) 2. Las vivencias 3. El concepto de espacio como espacio-acontecimiento A partir del universo tangible y de la observación cuantificable de los elementos que configuran la situación de la fiesta (constitutivos del punto 1) intentamos entender y explicar los cambios más sutiles en las relaciones espaciales como, por ejemplo, lo que ocurre en las relaciones público/privado o sagrado/profano. En suma, los cambios en el uso del espacio y en el modo en que esos cambios se desencadenan. Enfocar el estudio en las interacciones espaciales e individuales, y en las vivencias, implica la aceptación de conceptos que encaran el espacio desde el punto de vista del acontecimiento o del espacio experiencial al que hacemos referencia en la tesis, y que son un soporte teórico importante. El marco de investigación presuponía también el estudio del papel fundamental de la fiesta en el desarrollo de las ciudades y es esta una de las razones por las que no debe entenderse las fiestas como algo inútil y negativo. A pesar de ser breves, efímeras, circunstanciales, dejan marcas indelebles en el territorio; dan origen a una enorme concentración de medios y de recursos pero, sobre todo, promueven niveles de participación individual y de interacción social que van a causar vivencias comunes en el espacio urbano absolutamente insustituibles. Se ha procurado una aproximación extendida en el tiempo de investigación, que nos ha permitido percibir ¿cíclicamente¿ la fiesta y sus ganancias y pérdidas de centralidad. Con particular intensidad se han definido varios de los procesos por los que la fiesta lleva a la transformación de la ciudad de forma gradual, si se trata en el caso de las fiestas de lugar, o de forma violenta a través de la promoción de macroeventos. Estos procesos van desde el mantenimiento de los vacíos dentro del perímetro urbano a la realización cíclica de fiestas o ferias, hasta el florecimiento de nuevas tipologías urbanas, cambios formales, tecnológicos y constructivos de las arquitecturas efímeras. Pero, sobre todo ello, lo que muestra más importancia es la capacidad que estos macroeventos tienen para transformar las ciudades en un tiempo extremadamente corto.