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Tesis Doctoral

dc.contributor.advisorEspejo Romero, Ramón
dc.creatorDelgado Marín, Candela
dc.date.accessioned2015-12-10T16:29:16Z
dc.date.available2015-12-10T16:29:16Z
dc.date.issued2015-10-02
dc.identifier.citationDelgado Marín, C. (2015). The Short Fiction of Bobbie Ann Mason: Silent Voices, Silenced Voices, Voicing Silence.. (Tesis doctoral inédita). Universidad de Sevilla, Sevilla.
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/11441/31777
dc.description.abstractLa presente tesis doctoral se enmarca dentro del campo de los estudios norteamericanos, centrándose en el relato breve de la escritora sureña Bobbie Ann Mason. El título de este proyecto apunta al foco de la investigación: el silencio. He utilizado tres puntos de vista diferentes para examinar los cuentos de esta escritora: el contexto socio-cultural, estudios comparativos literarios y teóricos y, por último, el análisis textual de su narrativa. Considero la producción literaria de Bobbie Ann Mason una reflexión sobre el paisaje y el lenguaje de los estados del sur de Estados Unidos, región que la ha marcado como escritora. Por este motivo, las referencias culturales se perciben en sus temáticas, en los lugares en los que ambienta sus historias, en sus personajes, y en sus expresiones y vocabulario. El lector que no haya nacido o no conozca en profundidad el Sur, sin embargo, podrá aún así identificarse con los relatos de Mason, una vez que se presenten unas nociones básicas sobre la visión que la autora tiene de su lugar de origen. Además, la autora ha sido influida por eminentes escritores y por filosofías de diferente índole y nacionalidad, por lo que estos relatos presentan un componente en estilo y contenido universal y, por lo tanto, fácil de comprender. Mi exposición sobre Mason ha tenido en cuenta estudios críticos pero, esencialmente, se centra en el lenguaje: la semántica, sintaxis, metáforas y musicalidad de los textos. Comencé este proyecto al identificar la contante presencia del silencio en los relatos de Bobbie Ann Mason, preguntándome cuál era el objetivo estilístico que lojustificaba. Tras realizar análisis de textos de manera exhaustiva, llegué a la conclusión que el silencio aparece como constituyente esencial de las relaciones que los personajes establecen entre ellos y con su entorno. Así, el silencio se convierte en un agente en las tramas e imágenes literarias que caracterizan a Mason. Tras clasificar las situaciones y emociones que generaban silencios, entendí que para Mason el silencio es una herramienta comunicativa para los personajes y para los lectores. Para poder resumir la estructura y contenido de mi tesis doctoral es necesario que primeramente defina el silencio en la prosa de Bobbie Ann Mason. El silencio en este caso no es nunca una total ausencia de sonido, sino una pausa de intercambio verbal; una interrupción en la palabra hablada. Así mismo, incluso cuando los personajes de Mason dialogan, los actos de habla incluyen silencios, pues hablan, frecuentemente, de temas tangenciales que distraen al interlocutor del mensaje primordial que no son capaces de poner en palabras; éste queda latente, y es transmitido al lector a través de imágenes que complementan la represión verbal. En ambos casos, el resultado es que a través de símbolos creados en el silencio, Mason produce las escenas más evocadoras de sus relatos. Bobbie Ann Mason es una de las principales autoras contemporáneas del Sur de los Estados Unidos. Ha publicado novelas, relatos, libros de no ficción (ensayos, artículos periodísticos, y una biografía del cantante Elvis Presley), y sus memorias. Todas sus publicaciones muestran su interés por los matices del Sur y las contradicciones del carácter sureño. Sus descripciones de Kentucky, el estado natal de Mason, son precisas, objetivas y demuestran el respeto que la autora siente por su bagaje cultural. Generalmente, Mason emplea un lenguaje sencillo, estructuras sintácticas no complicadas, y representaciones fonéticas fieles al acento local, y un uso mesurado de metáforas, principalmente símiles. El lenguaje figurado de Mason se inspira en referencias a la percepción sensual, a través de descripciones detalladas del entorno material y natural que rodea a los personajes y que ellos perciben atentamente. De hecho, el recurso que permite a los personajes estar en sincronía con los paisajes (tanto rurales como urbanos), con los sonidos y los productos de la cultura popular que asoman de manera continuada son los espacios en los que los personajes contemplan en silencio lo inmediato, o, igualmente callando, recuerdan el pasado y se regocijan en su imaginación. Por lo tanto, los relatos de Mason combinan un realismo que transcribe el Sur sin filtros nostálgicos con momentos poéticos, generados por las fantasías o memoria de los personajes. El ritmo de la vida rutinaria de sus personajes es primordial en los relatos, ya que Mason describe lo absurdo y grotesco, junto a lo sugerente y lo bello, incluyendo siempre un filtro de humor irónico. Las historias que Mason escribe dan acceso a un marco temporal breve en la vida de sus personajes, quienes suelen estar sobrellevando un cambio, que si bien no supone riesgos, aventuras o cambios drásticos, sí desestabiliza las emociones y percepciones de los personajes. Mason dibuja personalidades pragmáticas, resistentes e introvertidas; sin embargo, también son personas con aptitudes creativas, sensibles y que albergan esperanza. Los relatos comienzan en medias res y los finales son inconclusos. Aún así, los personajes suelen tener momentos de revelación, que, de todos modos, no siempre se materializa en acciones o toma de decisiones. Por esto, el argumento avanza mayormente a través de los recuerdos, pensamientos e imaginación de los personajes, más que mediante cambios en espacio o tiempo. Así pues, son estas modificaciones en la geografía mental de los personajes las que realmente matizan los componentes escénicos. Bobbie Ann Mason nació al oeste del estado de Kentucky rural en una granja de Mayfield en 1940, pero siempre quiso dejar atrás la dura vida del trabajador del campo que había agotado a sus abuelos y padres. Por eso, siempre apasionada por la literatura, tuvo como objetivo completar una carrera académica que la llevó de la Universidad de Lexington, donde obtuvo la licenciatura en literatura inglesa en 1962, a la Universidad de Connecticut, donde obtuvo su doctorado en 1972, escribiendo su tesis doctoral sobre la novela Ada de Vladimir Nabokov. Sus estudios y primeras experiencias profesionales como periodista y docente la mantuvieron alejada de Kentucky. Ella vio sus aspiraciones cumplidas pero siempre tuvo dificultad en adaptarse a la vida cosmopolita urbana que encontró en el Norte. Mason ha explicado en diversas ocasiones que su exilio en el Norte le dio una sensación de distancia, que le permitió ser consciente de ambas ¿mitades¿ del país, Norte/Sur, lo que consideró una ventaja para su proceso creativo. Mason comenzó a enviar sus relatos al periódico The New Yorker, y, tras varias negativas, finalmente ¿Offerings¿ fue publicado en 1980. Así, despegó su carrera como escritora, publicando su primera colección de cuentos Shiloh & Other Stories en 1982, libro que fue premiado con el P.E.N/ Hemingway Prize. El volumen deja ver sus orígenes sureños, pero con un aprecio al Sur que no nubla su objetividad, siendo capaz de retratar la compleja relación que siempre había mantenido con su lugar origen: una mezcla de añoranza, nostalgia, crítica y rechazo. Mason ha explicado que los verdaderos recursos e influencias que le han sido útiles para escribir los ha encontrado en la naturaleza, gracias a la capacidad de percepción sensorial tan detallada que le aportaron sus experiencias creciendo en una granja y el lenguaje de la gente de campo; Mason ha añadido a este comentario en el pasado que ningún libro podría haberle concedido esos tesoros. Aún así, frecuentemente menciona a muchos escritores como influencias: James Joyce, Ernest Hemingway, J.D Salinger, F. Scott Fitzgerald, Thomas Wolfe o Alice Munro, entre otros. Mason ha publicado otras cuatro colecciones de cuentos: Love Life (1988), Midnight Magic (1998), Zigzagging Down a Wild Trail (2001) y Nancy Culpepper (2006). En 1999 publicó sus memorias Clear Springs, que fue nominada finalista del Premio Pulitzer. Ha escrito también cinco novelas: In Country (1985), Feather Crowns (1993), Spence + Lila (1998), que es una novela corta, An Atomic Romance (2005), y The Girl in the Blue Beret (2011), que ha recibido el premio Kentucky Book Award (2012). El libro está inspirado en la historia real de su suegro, quien fue un aviador de los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial; su avioneta fue derribada en Bélgica en 1944, y, con ayuda de la Resistencia, cruzó la frontera a España para poder ser repatriado a Estados Unidos. Aún así, la novela es un trabajo de ficción, apoyado en una exhaustiva investigación de campo, incluyendo entrevistas con miembros de la Resistencia que fueron internados en campos de concentración Nazi. El protagonista piloto es Marshall Stone, quien viaja a Francia una vez jubilado para encontrar a aquellos que le ayudaron a escapar, en especial a la joven de la boina azul, cuya familia lo escondió. Bobbie Ann Mason ha admitido que esta novela supuso un reto, ya que ninguno de sus otros libros requirió tanta dedicación y compromiso. Desde la publicación de este ultimo libro, Mason ha tenido un periodo prolífico en el género del relato corto (entre verano del 2013 e invierno del 2015), publicando sus cuentos en diferentes revistas electrónicas y en formato impreso, como New World Writing, The Virginia Quarterly Review y Five Points. Igualmente, la escritora ha experimentado con el micro-relato, publicando en la revista digital Flash Fiction. La narrativa breve, con tono humorístico, con referencias a actualidad política y social, ha sido de su interés también, escribiendo recientemente para la revista y editorial The Nervous Breakdown; y en varias ocasiones colaborando con la escritora Meg Pokrass, con quien comparte un ingenio irónico que presta atención a la cultura popular. Presento a continuación la estructura de esta tesis doctoral. El proyecto se divide en seis capítulos, tres de los cuales son de carácter introductorio con la intención de presentar el análisis de manera gradual, desde las nociones más generales, como el contexto histórico y geográfico e influencias literarias, hacia el estudio específico de los textos de Mason. Para evitar perpetuar etiquetas estilísticas que han sido previamente asignadas a estos relatos, y que considero restrictivas, he intentado enmarcar sus libros en un complejo sistema de influencia que descubre nuevas interpretaciones de los textos de Mason. Al haber optado por un factor que domina en su escritura, el silencio, me ha sido posible trazar, igualmente, una coherencia y continuidad que justifican emplear las omisiones de actos de habla como el filtro permanente de mis consideraciones teóricas y prácticas. El primer capítulo está dedicado al bagaje socio-cultural que ha formado la identidad artística de Bobbie Ann Mason. El Sur de los Estado Unidos tiene un pasado de represión, violencia, lucha y rebeldía que, indudablemente, ha marcado las narrativas creadas sobre el mismo. La nostalgia es un factor presente en muchos de los textos sureños históricos, autobiográficos y de ficción, ya que la memoria colectiva del Sur mantiene una compleja relación con los tiempos de antaño. Por un lado, el sureño añora la pureza natural e inocencia asociadas a una economía de base agrícola. Pero, obviamente, esta perspectiva es parcial, pues intenta eclipsar el dolor causado por este sistema de plantaciones y las tragedias asociadas a la lucha por los derechos humanos a lo largo de la historia del Sur. Estos estados más tarde sufrieron un proceso de industrialización y modernización brusco que destruyó, y aún sigue destruyendo, el paisaje. Determinados discursos políticos han siempre intentado justificar el sacrificio natural en aras a conseguir superar la rémora económica y cultural que siempre había sufrido el Sur. La postmodernidad entra a partir de los años 70 y 80 en el Sur, con la cultura popular mediatizada y el consumismo. Así se llena esta región de carácter tradicional de nuevos productos, y rápidos cambios sociales e ideológicos que han tenido que coexistir con los restos de una cultura, y ciertos valores caducos, demasiado arraigados para ser ignorados. En este contexto de réplicas, transformaciones y nuevas identidades, los referentes desaparecen y se crea un ambiente de confusión en el que el sureño no sabe cómo construir su carácter regional, en un Sur que ha sido ¿americanizado¿, y está siendo globalizado; así comienza lo que ha sido definido como ¿post-sur¿, basado en el concepto de ¿post-moderno¿. Éste es el escenario en el que se desenvuelven los personajes de Mason, y, puesto que son bombardeados por la difusión de la cultural y consumo post-moderno, las características que definen este periodo histórico influyen inevitablemente en sus personalidades. Igualmente, debido al carácter nostálgico que domina la literatura del Sur, he repasado de manera concisa su pasado histórico, intentando encontrar sucesos que hayan podido justificar la frecuente aparición del silencio es la narrativa regional. El silencio ha sido tradicionalmente asociado a traumas que no pueden ser articulados, junto con vergu¿enzas y arrepentimientos no resueltos. Igualmente, el silencio garantiza un refugio en las contantes y desconcertantes alternaciones de la post-modernidad. Este principio es, por lo tanto, relevante en la historia del Sur y en su presente. A pesar del indudable carácter sureño de los cuentos de Mason, las diferentes interpretaciones que permiten el uso del silencio otorga a los textos una idiosincrasia de significados y recursos poéticos que permite realizar un estudio comparativo de los relatos de Mason con autores internacionales que también han incluido la ausencia de diálogos en sus escritos para crear una estética figurativa compleja. Este es el objetivo del capítulo 2. Para poder realizar estos análisis en paralelo, primeramente he definido el concepto de entorno sonoro: el paisaje que rodea a los personajes, formado, en este caso, en lugar de por elementos topográficos, por una red de sonidos perceptibles por los sentidos, que tienen una identidad física pero son afectados por la situación vital y emociones de los personajes en cuestión. Este concepto me sirve de base para perfilar el silencio, como objeto y como agente, que establece una relación con los personajes, los narradores y el lector. Este último podrá reconocer en el minimalismo superficial de Mason que la información que emerge en los silencios complementa los parlamentos de los personajes, aportando una dimensión psicológica intrincada que el verbo puede llegar a ocultar. Teniendo en cuenta que los personajes de Mason no aportan información íntima de manera voluntaria, y que el lector no tiene acceso al subconsciente de estos a través de referencias directas, el lector deberá colocar la lectura e interpretaciones alegóricas del silencio en, principalmente, dos marcos: la naturaleza y la post-modernidad. Las imágenes simbólicas que Mason crea en momentos en los que los personajes callan para contemplar aquello que les rodea, ya bien sea fabricado u orgánico, funcionarán como herramientas comunicativas alternativas a la palabra para poder articular sus complejas personalidades. Habiendo definido el silencio en relación con este contexto de post-sur que caracteriza a Mason, y su cercanía al paisaje natural sureño, el capítulo 3 describe las consideraciones introductorias necesarias para poder entender los valores del silencio en los análisis de texto que siguen. En la combinación de influencia regional e internacional que se muestra en Mason, por su aprecio al Sur, junto con su tendencia reflexiva hacia universales, debería haber quedado ya claro que una categorización reductiva de esta escritora no hace justicia a su prosa. Por eso esta sección detalla los movimientos literarios que se solapan en el estilo de su narrativa. La múltiple identidad literaria desde la que se pueden analizar estos relatos se refleja en la compleja estructura de significado que Mason construye en el silencio como muestra de su desconfianza del lenguaje como único medio de expresión del individuo. La caracterización en Mason se construye pues a través de silencios. Sus introvertidos personajes manifiestan sus perfiles sorprendentes extraverbalmente; y puesto que la mujer, aunque no sea narradora o protagonista, siempre tiene un papel clave en el desarrollo del argumento de sus relatos, decidí que era central para comprender las múltiples funciones del silencio en estas escrituras observar la relación de los personajes femeninos y los momentos de omisión de la palabra hablada. En el dibujo de la feminidad, Mason establece lazos con la naturaleza, por lo que, de nuevo, la fauna y flora sureñas captan la atención del análisis. Así se forma un triángulo significativo que ha sido estudiado mediante pasajes ilustrativos de la prosa de Mason: mujer-paisaje-silencio. Para perfilar en detalle la caracterización en Mason, era importante reconsiderar el anteriormente mencionado carácter post-sureño, porque estos personajes interactúan con el silencio en un contexto posmoderno que, influenciado por el consumo de cultura popular mediatizada, ha interiorizado una connotación del silencio negativa: silencio como espacio a temer, como carencia de personalidad y falta de elocuencia, asociadas a pobre intelecto y escasa funcionalidad social. Por el contrario, las peculiaridades de estos personajes aparecen mejoradas y matizadas en los momentos en los que superan los prejuicios culturales sobre el silencio y se enfrentan a tendencias verbales que apuestan por el ruido constante para sobrellevar la post-modernidad. Aferrarse a un mutismo elegido, no impuesto, demuestra, de nuevo, que los personajes de Mason no son pasivos consumidores que carecen de capacidades críticas. Es más, era vital para mi consideración sobre la obra de Mason dejar claro mi desacuerdo con los críticos que han etiquetado a los personajes de esta escritora como inarticulados. Los personajes de Mason alcanzan momentos de retórica brillante, pero no abusan de ella; siempre miden sus palabras pues encuentran efectividad en mensajes callados que los mantienen cuerdos en la locura post-sureña. Dentro de categorizaciones minimalistas, la presencia del silencio en Mason ya había sido estudiada, pero, desde mi punto de vista, estas lecturas aportaban una única dimensión a la interpretación del silencio que daba una imagen errónea de las personalidades que inspiran a Mason y de las propias capacidades creativas de la autora. Por este motivo, los tres siguientes capítulos de Mason pasan a aportar detalladas ejemplificaciones de la riqueza constitutiva del silencio, analizando fragmentos de los relatos y agrupándolos por efectos creados. El primer principio tenido en cuenta, que ocupa al capítulo 4, es la materialidad del silencio; éste se percibe de manera clara y no sólo influye a los personajes y al estilo de Mason sino que también funciona como constituyente esencial de las identidades y escenarios de los relatos, con una consistencia física. Es decir, primeramente, los personajes se ayudan de objetos que encuentran a su alrededor para comunicar aquello que se resiste a la palabra. Como si se tratase de parte del atrezo de una obra teatral que el actor sujeta y mueve en gesticulaciones en el escenario, el silencio, de manera similar, añade, como el objeto de atrezo, a los parlamentos lecturas paralelas que enriquecen la actuación. Los personajes de Mason emplean como atrezo, por continuar con la metáfora, entre otros, manualidades, costura, arte, e, igualmente, artículos banales que se encuentran en circunstancias de la vida doméstica, y actúan mientras los personajes permanecen en silencio, hablando sin palabras a quienes los acompañan en las escenas, y, al mismo tiempo, al lector. Mason es una escritora que no teme a lo grotesco, porque su interés en el detalle se aferra a la fidelidad de lo cotidiano, y la crudeza, lo chocante y lo patético encuentran un lugar en la lírica de su prosa. Mason utiliza también el cuerpo de los personajes como otro medio comunicativo para contenido cuyo carácter íntimo, y de intensidad emotiva, no se presta a la articulación verbal. La sensibilidad de estos personajes, generalmente centrados en el aspecto funcional de sus cuerpos, se ve frustrada cuando éstos sufren enfermedades o, por diferentes impedimentos, no colaboran en su constante actividad resolutiva. En otras ocasiones, el cuerpo habla por ellos cuando órganos o extremidades son aislados en descripciones de estética elaborada para atribuir nuevas dimensiones significativas a las acciones menestrales de los personajes. En el minucioso retrato de la fisiología humana, con sus imperfecciones, dolencias y trastornos, Mason torna lo grotesco en delicado a través de belleza figurativa, evitando crear esperpentos. Pero, de nuevo, como los personajes son siempre identidades producto de la postmodernidad, el otro elemento que inevitablemente da cuerpo al silencio para funcionar como agente en estos relatos es la cultura popular. La simbiosis entre los medios de comunicación y el consumo de los productos pop mercantilizan los rasgos únicos del individuo; es decir, en el frenesí post-moderno de consumismo e individualismo, el hombre y la mujer se pueden ver vaciados de anhelos, emociones y complejidades mentales, ante medios de comunicación que producen sucedáneos de experiencias reales, pero que aportan alivio inmediato a una insatisfacción generalizada. Así, la mercantilización se extiende a todas sus estructuras, y el individuo puede terminar lleno de fisuras emocionales y parálisis crítica. Sin embargo, los personajes de Mason, gracias al silencio, recuperan su agentividad sobre la cultura popular y el consumismo, siendo dueños del proceso de dispendio, de lo material o lo mediático. Los personajes adquieren los bienes materiales y entretenimiento a su disposición, pero utilizando sus habilidades contemplativas, asocian lo superficial con recuerdos y fantasías para construir una imagen conjunta que penetra la invasiva naturaleza de mercantilización post-moderna, ofreciendo libertad de carácter, pensamiento y artificio a través de momentos de silencio. Visto que la naturaleza no puede extirparse de los relatos de Bobbie Ann Mason, he dedicado el capítulo 5 a observaciones de contenido paisajístico en relación al silencio y de cómo se convierten así en nuevos canales de percepción e innovación literaria. Máxime, resulta indispensable entender dos nociones con respecto a la naturaleza en Mason: estos paisajes no son necesariamente salvajes; la autora se interesa por marinas, campos labrados, jardines y bosques colindantes a pequeñas zonas urbanas, pero no suele adentrarse en selvas o parajes inhóspitos. Por otro lado, la semblanza de flora y fauna en Mason no se escribe de manera pretenciosa ni afectada. El lenguaje es sincero y sencillo, luego los resultados metonímicos no provienen de elaboradas florituras literarias sino de la imaginación extravagante e impredecible de la escritora, que une lo armonioso y desentonado. El espacio amplio que se abre ante el personaje observador se contrapone a los espacios delimitados y adulterados de la post-modernidad, aportando un respiro ante el sometimiento ruidoso de la vida cotidiana, en la que el silencio de la naturaleza, lleno de vibraciones orgánicas perceptibles, invita al ser humano a callar al unísono, simpatizando con el entorno. El pasado del Sur se asocia a la naturaleza de antaño inalterada, que sufrió la destrucción de conflictos bélicos, de la industrialización, el progreso y el urbanismo; por lo tanto, la nostalgia en los personajes de Mason se descifra en la asociación recuerdo-paisaje, pues estos momentos contemplativos en espacios naturales, activan el repaso del pasado, intentando crear una narrativa lógica de lo añorado, rechazado y abandonado. De nuevo, la mujer se aproxima a los paisajes y sus componentes para encontrar nuevos generadores de identidad que simbolizan un mundo en silencio que libera ante el lector no sólo lo objetivo sino también lo subjetivo. De esta manera, el campo se convierte en una herramienta de expresión de género en Mason, siempre y cuando los personajes callen. En consecuencia, la naturaleza capta una de las esencias estéticas de Mason: reconstrucciones de los paisajes del Sur en el que ella y sus personajes desarrollaron sus identidades adultas. Personalidad, consciencia y comunicabilidad de efectos en los silencios alegóricos de Mason, se comparan al final del capítulo con las tradiciones romántica y trascendentalista, debido a su proximidad con el método creativo de Mason. Finalmente, habiendo demostrado que para Mason el silencio comunica, he acometido en el capítulo 6 un estudio de los diálogos que emergen en un fondo de silencio. Éste conforma la conversación de manera natural, especialmente en los personajes descritos en este proyecto, que evitan la verborrea, ya que entienden que esto puede ser síntoma de una automatización del comportamiento social postmoderno, trayendo como resultado emociones aturdidas por la invasión acústica de los medios. El diálogo trae silencio a la página, no sólo porque la pausa es inherente al intercambio de actos de habla, sino porque en un análisis pragmático del discurso el personaje puede callar para reflexionar, o para sugerir un mensaje que no se comparte en la conversación. Por lo tanto, es necesario incluir el diálogo en una tesis sobre el silencio, pues conociendo los condicionantes y efectos del silencio, el lector podrá sistematizar la presencia de ausencias verbales como indicativos de contenido relevante en los relatos. Así, las conversaciones entre personajes se relacionan con otros signos comunicativos no verbales. Antes de pasar al estudio de las escenas conversacionales, me he parado a considerar el oxímoron de los cuentacuentos lacónicos de Bobbie Ann Mason; es decir, estos personajes de parlamentos breves en lo cotidiano en ocasiones sorprenden al lector con impulsos comunicativos a través de la palabra. En la tradición literaria sureña, ambas personalidades se retratan constantemente. Por un lado se encuentra el charlatán, con habilidades retóricas que en el porche cuenta historias a unos atentos oyentes, cautivados por los recursos lingu¿ísticos del narrador. La imagen opuesta es la del sureño granjero o agricultor, o simplemente de naturaleza pechera que se comunica sin ornatos ya que prevalece la funcionalidad del lenguaje conciso y referencial. Explorando diferentes diálogos de los relatos de Mason, he intentado demostrar que esta paradoja cultural es compatible en los personajes del Sur que inspira a Mason. Para describir el funcionamiento del silencio en la conversación, he elegido cuatro factores contextuales, sociales y culturales que llevan a estos personajes, predominantemente parcos, a entablar diálogo. El primero es el espacio doméstico, pues el proceso cognitivo del locus íntimo del hogar genera unas prácticas verbales sistematizadas en la rutina que refuerzan e indican la complejidad emocional de estas relaciones. Así, las familias retratadas por Mason hablan entre ellos durante el desarrollo de las tareas domésticas, mientras que el silencio penetra en las habitaciones, como símbolo fecundo de significados complementarios. El segundo concepto socio-cultural utilizado como prisma para estudiar las conversaciones encontradas en estos relatos es el género: mujeres que hablan entre ellas, y hombres y mujeres que entablan conversación. En los designios de los roles asociados al género, Mason desafía las definiciones establecidas y presenta, sutilmente, reescrituras de masculinidad y feminidad. Los silencios de Mason son siempre profundos, permitiendo oír lo incomunicado; es decir, incluso cuando hablan, estos hombres y mujeres callan, pues elijen unos mensajes en lugar de otros, evitando o intensificando, de esta manera, aquello que no articulan pero que el lector identifica en el silencio integrativo de la conversación. En tercer lugar, he estudiado los momentos en los que los personajes se convierten en narradores que cuentan relatos recabados en su pasado, en la tradición oral sureña, en dichos humorísticos o episodios de la cultura popular. Incluso en la narración de anécdotas, Mason crea meta-relatos que incluyen el silencio; esto ocurre porque en los cuentos de estos momentos de protagonistas relatores, el silencio se menciona, describe o simboliza. Además, el poder otorgado por la acción de narrar ayuda a los personajes a evitar meras repeticiones en sus intentos comunicativos, añadiendo en su discurso y en la riqueza del silencio parte de su consciente y subconsciente. El cuarto y último elemento situacional que analizo como motivador de diálogo es la relación de los personajes protagonistas de Mason con desconocidos. Existen muchas escenas en estos relatos en las que los personajes se interesan por las historias de otros para intentar articular de manera indirecta aquellas propias que ellos callan; también, al oír en la proximidad social de los espacios sociales modernos, de manera fortuita, conversaciones ajenas, el aislamiento post-sureño, causado por el nihilismo post-moderno, paradójicamente, se solventa temporalmente a través de una inclusión en la comunidad, lograda simplemente en un diálogo con extraños. Pero para poder llegar a este momento de conexión, el personaje debe quedar en silencio, para percibir cómo resuenan las vidas de aquellos que los rodean. Mi conclusión se encuentra en la motivación principal de la literatura de Bobbie Ann Mason. Ella quiere hacer un homenaje a la tierra que ha formado su identidad artística, y lo consigue mediante sensibles y precisos retratos del lenguaje que da voz a Kentucky. Este lenguaje incluye tanto la articulación verbal como los momentos en los que los personajes permanecen en silencio. El ritmo creado por el triángulo sonidos-palabras-silencios genera sugerentes e intensas imágenes líricas en su prosa, gracias a las exquisitas habilidades perceptivas sensoriales que sintonizan a sus personajes con el entorno. Este simbolismo, justificado por el reiterado pensamiento metafórico con el que sus personajes traducen Sur post-moderno, coexiste en Mason con estructuras lingu¿ísticas sencillas. Estas personalidades sureñas hablan sin circunloquios pero reflexionan sobre el mundo a través de analogías porque conectan sus recuerdos y emociones al entorno físico. Como resultado, el carácter material del silencio y su perceptibilidad llevan a Mason a elaborar símiles como recurso estilístico dominante en sus relatos. Mason cuenta historias para ponerle música al Sur que ella conoce, con una estética ajustada al realismo, aceptación y apreciación de las personalidades post-sureñas. Para conseguir conectar con sus lectores con éxito, Mason utiliza el silencio como un hilo de cohesión que regala en su narrativa, y en el proceso lector de la misma, espacios en los que interpretaciones literarias de más profundidad son posibles. Así pues, Bobbie Ann Mason escribe para entablar diálogos con y a través del silencio.es
dc.formatapplication/pdfes
dc.language.isoenges
dc.rightsAtribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 España
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.subjectLengua y Literaturaes
dc.subjectPoemas y relatoses
dc.subjectCrítica de textoses
dc.subjectFilologíaes
dc.titleThe Short Fiction of Bobbie Ann Mason: Silent Voices, Silenced Voices, Voicing Silence.es
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/doctoralThesises
dcterms.identifierhttps://ror.org/03yxnpp24
dc.type.versioninfo:eu-repo/semantics/submittedVersiones
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses
dc.contributor.affiliationUniversidad de Sevilla. Departamento de Filología Inglesa (Literatura Inglesa y Norteamericana)es
dc.identifier.idushttps://idus.us.es/xmlui/handle/11441/31777

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