dc.description.abstract | La presente tesis doctoral se enmarca dentro del campo de los estudios norteamericanos, centrándose en el relato breve de la escritora sureña Bobbie Ann Mason. El título de este proyecto apunta al foco de la investigación: el silencio. He
utilizado tres puntos de vista diferentes para examinar los cuentos de esta escritora: el contexto socio-cultural, estudios comparativos literarios y teóricos y, por último, el análisis textual de su narrativa. Considero la producción literaria de Bobbie Ann Mason una reflexión sobre el paisaje y el lenguaje de los estados del sur de Estados Unidos, región que la ha marcado como escritora. Por este motivo, las referencias culturales se perciben en sus temáticas, en los lugares en los que ambienta sus
historias, en sus personajes, y en sus expresiones y vocabulario. El lector que no haya nacido o no conozca en profundidad el Sur, sin embargo, podrá aún así identificarse con los relatos de Mason, una vez que se presenten unas nociones básicas sobre la visión que la autora tiene de su lugar de origen. Además, la autora ha sido influida por eminentes escritores y por filosofías de diferente índole y nacionalidad, por lo que estos relatos presentan un componente en estilo y contenido universal y, por lo tanto,
fácil de comprender. Mi exposición sobre Mason ha tenido en cuenta estudios críticos pero, esencialmente, se centra en el lenguaje: la semántica, sintaxis, metáforas y musicalidad de los textos.
Comencé este proyecto al identificar la contante presencia del silencio en los relatos de Bobbie Ann Mason, preguntándome cuál era el objetivo estilístico que lojustificaba. Tras realizar análisis de textos de manera exhaustiva, llegué a la
conclusión que el silencio aparece como constituyente esencial de las relaciones que
los personajes establecen entre ellos y con su entorno. Así, el silencio se convierte en
un agente en las tramas e imágenes literarias que caracterizan a Mason. Tras clasificar
las situaciones y emociones que generaban silencios, entendí que para Mason el
silencio es una herramienta comunicativa para los personajes y para los lectores.
Para poder resumir la estructura y contenido de mi tesis doctoral es necesario
que primeramente defina el silencio en la prosa de Bobbie Ann Mason. El silencio en
este caso no es nunca una total ausencia de sonido, sino una pausa de intercambio
verbal; una interrupción en la palabra hablada. Así mismo, incluso cuando los
personajes de Mason dialogan, los actos de habla incluyen silencios, pues hablan,
frecuentemente, de temas tangenciales que distraen al interlocutor del mensaje
primordial que no son capaces de poner en palabras; éste queda latente, y es
transmitido al lector a través de imágenes que complementan la represión verbal. En
ambos casos, el resultado es que a través de símbolos creados en el silencio, Mason
produce las escenas más evocadoras de sus relatos.
Bobbie Ann Mason es una de las principales autoras contemporáneas del Sur
de los Estados Unidos. Ha publicado novelas, relatos, libros de no ficción (ensayos,
artículos periodísticos, y una biografía del cantante Elvis Presley), y sus memorias.
Todas sus publicaciones muestran su interés por los matices del Sur y las
contradicciones del carácter sureño. Sus descripciones de Kentucky, el estado natal de
Mason, son precisas, objetivas y demuestran el respeto que la autora siente por su
bagaje cultural. Generalmente, Mason emplea un lenguaje sencillo, estructuras
sintácticas no complicadas, y representaciones fonéticas fieles al acento local, y un
uso mesurado de metáforas, principalmente símiles. El lenguaje figurado de Mason se
inspira en referencias a la percepción sensual, a través de descripciones detalladas del
entorno material y natural que rodea a los personajes y que ellos perciben
atentamente. De hecho, el recurso que permite a los personajes estar en sincronía con
los paisajes (tanto rurales como urbanos), con los sonidos y los productos de la cultura
popular que asoman de manera continuada son los espacios en los que los personajes
contemplan en silencio lo inmediato, o, igualmente callando, recuerdan el pasado y se
regocijan en su imaginación. Por lo tanto, los relatos de Mason combinan un realismo
que transcribe el Sur sin filtros nostálgicos con momentos poéticos, generados por las
fantasías o memoria de los personajes. El ritmo de la vida rutinaria de sus personajes
es primordial en los relatos, ya que Mason describe lo absurdo y grotesco, junto a lo
sugerente y lo bello, incluyendo siempre un filtro de humor irónico.
Las historias que Mason escribe dan acceso a un marco temporal breve en la
vida de sus personajes, quienes suelen estar sobrellevando un cambio, que si bien no
supone riesgos, aventuras o cambios drásticos, sí desestabiliza las emociones y
percepciones de los personajes. Mason dibuja personalidades pragmáticas, resistentes
e introvertidas; sin embargo, también son personas con aptitudes creativas, sensibles y
que albergan esperanza. Los relatos comienzan en medias res y los finales son
inconclusos. Aún así, los personajes suelen tener momentos de revelación, que, de
todos modos, no siempre se materializa en acciones o toma de decisiones. Por esto, el
argumento avanza mayormente a través de los recuerdos, pensamientos e imaginación
de los personajes, más que mediante cambios en espacio o tiempo. Así pues, son estas
modificaciones en la geografía mental de los personajes las que realmente matizan los
componentes escénicos.
Bobbie Ann Mason nació al oeste del estado de Kentucky rural en una granja
de Mayfield en 1940, pero siempre quiso dejar atrás la dura vida del trabajador del
campo que había agotado a sus abuelos y padres. Por eso, siempre apasionada por la
literatura, tuvo como objetivo completar una carrera académica que la llevó de la
Universidad de Lexington, donde obtuvo la licenciatura en literatura inglesa en 1962,
a la Universidad de Connecticut, donde obtuvo su doctorado en 1972, escribiendo su
tesis doctoral sobre la novela Ada de Vladimir Nabokov. Sus estudios y primeras
experiencias profesionales como periodista y docente la mantuvieron alejada de
Kentucky. Ella vio sus aspiraciones cumplidas pero siempre tuvo dificultad en
adaptarse a la vida cosmopolita urbana que encontró en el Norte. Mason ha explicado
en diversas ocasiones que su exilio en el Norte le dio una sensación de distancia, que
le permitió ser consciente de ambas ¿mitades¿ del país, Norte/Sur, lo que consideró
una ventaja para su proceso creativo.
Mason comenzó a enviar sus relatos al periódico The New Yorker, y, tras
varias negativas, finalmente ¿Offerings¿ fue publicado en 1980. Así, despegó su
carrera como escritora, publicando su primera colección de cuentos Shiloh & Other
Stories en 1982, libro que fue premiado con el P.E.N/ Hemingway Prize. El volumen
deja ver sus orígenes sureños, pero con un aprecio al Sur que no nubla su objetividad,
siendo capaz de retratar la compleja relación que siempre había mantenido con su
lugar origen: una mezcla de añoranza, nostalgia, crítica y rechazo. Mason ha
explicado que los verdaderos recursos e influencias que le han sido útiles para escribir
los ha encontrado en la naturaleza, gracias a la capacidad de percepción sensorial tan
detallada que le aportaron sus experiencias creciendo en una granja y el lenguaje de la
gente de campo; Mason ha añadido a este comentario en el pasado que ningún libro
podría haberle concedido esos tesoros. Aún así, frecuentemente menciona a muchos
escritores como influencias: James Joyce, Ernest Hemingway, J.D Salinger, F. Scott
Fitzgerald, Thomas Wolfe o Alice Munro, entre otros.
Mason ha publicado otras cuatro colecciones de cuentos: Love Life (1988),
Midnight Magic (1998), Zigzagging Down a Wild Trail (2001) y Nancy Culpepper
(2006). En 1999 publicó sus memorias Clear Springs, que fue nominada finalista del
Premio Pulitzer. Ha escrito también cinco novelas: In Country (1985), Feather
Crowns (1993), Spence + Lila (1998), que es una novela corta, An Atomic Romance
(2005), y The Girl in the Blue Beret (2011), que ha recibido el premio Kentucky Book
Award (2012). El libro está inspirado en la historia real de su suegro, quien fue un
aviador de los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial; su avioneta fue derribada
en Bélgica en 1944, y, con ayuda de la Resistencia, cruzó la frontera a España para
poder ser repatriado a Estados Unidos. Aún así, la novela es un trabajo de ficción,
apoyado en una exhaustiva investigación de campo, incluyendo entrevistas con
miembros de la Resistencia que fueron internados en campos de concentración Nazi.
El protagonista piloto es Marshall Stone, quien viaja a Francia una vez jubilado para
encontrar a aquellos que le ayudaron a escapar, en especial a la joven de la boina azul,
cuya familia lo escondió. Bobbie Ann Mason ha admitido que esta novela supuso un
reto, ya que ninguno de sus otros libros requirió tanta dedicación y compromiso.
Desde la publicación de este ultimo libro, Mason ha tenido un periodo
prolífico en el género del relato corto (entre verano del 2013 e invierno del 2015),
publicando sus cuentos en diferentes revistas electrónicas y en formato impreso, como
New World Writing, The Virginia Quarterly Review y Five Points. Igualmente, la
escritora ha experimentado con el micro-relato, publicando en la revista digital Flash
Fiction. La narrativa breve, con tono humorístico, con referencias a actualidad
política y social, ha sido de su interés también, escribiendo recientemente para la
revista y editorial The Nervous Breakdown; y en varias ocasiones colaborando con la
escritora Meg Pokrass, con quien comparte un ingenio irónico que presta atención a la
cultura popular.
Presento a continuación la estructura de esta tesis doctoral. El proyecto se
divide en seis capítulos, tres de los cuales son de carácter introductorio con la
intención de presentar el análisis de manera gradual, desde las nociones más
generales, como el contexto histórico y geográfico e influencias literarias, hacia el
estudio específico de los textos de Mason. Para evitar perpetuar etiquetas estilísticas
que han sido previamente asignadas a estos relatos, y que considero restrictivas, he
intentado enmarcar sus libros en un complejo sistema de influencia que descubre
nuevas interpretaciones de los textos de Mason. Al haber optado por un factor que
domina en su escritura, el silencio, me ha sido posible trazar, igualmente, una
coherencia y continuidad que justifican emplear las omisiones de actos de habla como
el filtro permanente de mis consideraciones teóricas y prácticas.
El primer capítulo está dedicado al bagaje socio-cultural que ha formado la
identidad artística de Bobbie Ann Mason. El Sur de los Estado Unidos tiene un
pasado de represión, violencia, lucha y rebeldía que, indudablemente, ha marcado las
narrativas creadas sobre el mismo. La nostalgia es un factor presente en muchos de
los textos sureños históricos, autobiográficos y de ficción, ya que la memoria
colectiva del Sur mantiene una compleja relación con los tiempos de antaño. Por un
lado, el sureño añora la pureza natural e inocencia asociadas a una economía de base
agrícola. Pero, obviamente, esta perspectiva es parcial, pues intenta eclipsar el dolor
causado por este sistema de plantaciones y las tragedias asociadas a la lucha por los
derechos humanos a lo largo de la historia del Sur. Estos estados más tarde sufrieron
un proceso de industrialización y modernización brusco que destruyó, y aún sigue
destruyendo, el paisaje. Determinados discursos políticos han siempre intentado
justificar el sacrificio natural en aras a conseguir superar la rémora económica y
cultural que siempre había sufrido el Sur.
La postmodernidad entra a partir de los años 70 y 80 en el Sur, con la cultura
popular mediatizada y el consumismo. Así se llena esta región de carácter tradicional
de nuevos productos, y rápidos cambios sociales e ideológicos que han tenido que
coexistir con los restos de una cultura, y ciertos valores caducos, demasiado
arraigados para ser ignorados. En este contexto de réplicas, transformaciones y nuevas
identidades, los referentes desaparecen y se crea un ambiente de confusión en el que
el sureño no sabe cómo construir su carácter regional, en un Sur que ha sido
¿americanizado¿, y está siendo globalizado; así comienza lo que ha sido definido
como ¿post-sur¿, basado en el concepto de ¿post-moderno¿. Éste es el escenario en el
que se desenvuelven los personajes de Mason, y, puesto que son bombardeados por la
difusión de la cultural y consumo post-moderno, las características que definen este
periodo histórico influyen inevitablemente en sus personalidades. Igualmente, debido
al carácter nostálgico que domina la literatura del Sur, he repasado de manera concisa
su pasado histórico, intentando encontrar sucesos que hayan podido justificar la
frecuente aparición del silencio es la narrativa regional. El silencio ha sido
tradicionalmente asociado a traumas que no pueden ser articulados, junto con
vergu¿enzas y arrepentimientos no resueltos. Igualmente, el silencio garantiza un
refugio en las contantes y desconcertantes alternaciones de la post-modernidad. Este
principio es, por lo tanto, relevante en la historia del Sur y en su presente.
A pesar del indudable carácter sureño de los cuentos de Mason, las diferentes
interpretaciones que permiten el uso del silencio otorga a los textos una idiosincrasia
de significados y recursos poéticos que permite realizar un estudio comparativo de los
relatos de Mason con autores internacionales que también han incluido la ausencia de
diálogos en sus escritos para crear una estética figurativa compleja. Este es el objetivo
del capítulo 2. Para poder realizar estos análisis en paralelo, primeramente he definido
el concepto de entorno sonoro: el paisaje que rodea a los personajes, formado, en este
caso, en lugar de por elementos topográficos, por una red de sonidos perceptibles por
los sentidos, que tienen una identidad física pero son afectados por la situación vital y
emociones de los personajes en cuestión. Este concepto me sirve de base para perfilar el silencio, como objeto y como
agente, que establece una relación con los personajes, los narradores y el lector. Este
último podrá reconocer en el minimalismo superficial de Mason que la información
que emerge en los silencios complementa los parlamentos de los personajes,
aportando una dimensión psicológica intrincada que el verbo puede llegar a ocultar.
Teniendo en cuenta que los personajes de Mason no aportan información íntima de
manera voluntaria, y que el lector no tiene acceso al subconsciente de estos a través
de referencias directas, el lector deberá colocar la lectura e interpretaciones alegóricas
del silencio en, principalmente, dos marcos: la naturaleza y la post-modernidad. Las
imágenes simbólicas que Mason crea en momentos en los que los personajes callan
para contemplar aquello que les rodea, ya bien sea fabricado u orgánico, funcionarán
como herramientas comunicativas alternativas a la palabra para poder articular sus
complejas personalidades.
Habiendo definido el silencio en relación con este contexto de post-sur que
caracteriza a Mason, y su cercanía al paisaje natural sureño, el capítulo 3 describe las
consideraciones introductorias necesarias para poder entender los valores del silencio
en los análisis de texto que siguen. En la combinación de influencia regional e
internacional que se muestra en Mason, por su aprecio al Sur, junto con su tendencia
reflexiva hacia universales, debería haber quedado ya claro que una categorización
reductiva de esta escritora no hace justicia a su prosa. Por eso esta sección detalla los
movimientos literarios que se solapan en el estilo de su narrativa. La múltiple
identidad literaria desde la que se pueden analizar estos relatos se refleja en la
compleja estructura de significado que Mason construye en el silencio como muestra
de su desconfianza del lenguaje como único medio de expresión del individuo. La
caracterización en Mason se construye pues a través de silencios. Sus introvertidos
personajes manifiestan sus perfiles sorprendentes extraverbalmente; y puesto que la
mujer, aunque no sea narradora o protagonista, siempre tiene un papel clave en el
desarrollo del argumento de sus relatos, decidí que era central para comprender las
múltiples funciones del silencio en estas escrituras observar la relación de los
personajes femeninos y los momentos de omisión de la palabra hablada. En el dibujo
de la feminidad, Mason establece lazos con la naturaleza, por lo que, de nuevo, la
fauna y flora sureñas captan la atención del análisis.
Así se forma un triángulo significativo que ha sido estudiado mediante pasajes
ilustrativos de la prosa de Mason: mujer-paisaje-silencio. Para perfilar en detalle la
caracterización en Mason, era importante reconsiderar el anteriormente mencionado
carácter post-sureño, porque estos personajes interactúan con el silencio en un
contexto posmoderno que, influenciado por el consumo de cultura popular
mediatizada, ha interiorizado una connotación del silencio negativa: silencio como
espacio a temer, como carencia de personalidad y falta de elocuencia, asociadas a
pobre intelecto y escasa funcionalidad social. Por el contrario, las peculiaridades de
estos personajes aparecen mejoradas y matizadas en los momentos en los que superan
los prejuicios culturales sobre el silencio y se enfrentan a tendencias verbales que
apuestan por el ruido constante para sobrellevar la post-modernidad. Aferrarse a un
mutismo elegido, no impuesto, demuestra, de nuevo, que los personajes de Mason no
son pasivos consumidores que carecen de capacidades críticas. Es más, era vital para
mi consideración sobre la obra de Mason dejar claro mi desacuerdo con los críticos
que han etiquetado a los personajes de esta escritora como inarticulados. Los
personajes de Mason alcanzan momentos de retórica brillante, pero no abusan de ella;
siempre miden sus palabras pues encuentran efectividad en mensajes callados que los
mantienen cuerdos en la locura post-sureña.
Dentro de categorizaciones minimalistas, la presencia del silencio en Mason
ya había sido estudiada, pero, desde mi punto de vista, estas lecturas aportaban una
única dimensión a la interpretación del silencio que daba una imagen errónea de las
personalidades que inspiran a Mason y de las propias capacidades creativas de la
autora. Por este motivo, los tres siguientes capítulos de Mason pasan a aportar
detalladas ejemplificaciones de la riqueza constitutiva del silencio, analizando
fragmentos de los relatos y agrupándolos por efectos creados. El primer principio
tenido en cuenta, que ocupa al capítulo 4, es la materialidad del silencio; éste se
percibe de manera clara y no sólo influye a los personajes y al estilo de Mason sino
que también funciona como constituyente esencial de las identidades y escenarios de
los relatos, con una consistencia física. Es decir, primeramente, los personajes se
ayudan de objetos que encuentran a su alrededor para comunicar aquello que se
resiste a la palabra. Como si se tratase de parte del atrezo de una obra teatral que el
actor sujeta y mueve en gesticulaciones en el escenario, el silencio, de manera similar,
añade, como el objeto de atrezo, a los parlamentos lecturas paralelas que enriquecen
la actuación. Los personajes de Mason emplean como atrezo, por continuar con la
metáfora, entre otros, manualidades, costura, arte, e, igualmente, artículos banales que
se encuentran en circunstancias de la vida doméstica, y actúan mientras los personajes
permanecen en silencio, hablando sin palabras a quienes los acompañan en las
escenas, y, al mismo tiempo, al lector. Mason es una escritora que no teme a lo
grotesco, porque su interés en el detalle se aferra a la fidelidad de lo cotidiano, y la
crudeza, lo chocante y lo patético encuentran un lugar en la lírica de su prosa.
Mason utiliza también el cuerpo de los personajes como otro medio
comunicativo para contenido cuyo carácter íntimo, y de intensidad emotiva, no se
presta a la articulación verbal. La sensibilidad de estos personajes, generalmente
centrados en el aspecto funcional de sus cuerpos, se ve frustrada cuando éstos sufren
enfermedades o, por diferentes impedimentos, no colaboran en su constante actividad
resolutiva. En otras ocasiones, el cuerpo habla por ellos cuando órganos o
extremidades son aislados en descripciones de estética elaborada para atribuir nuevas
dimensiones significativas a las acciones menestrales de los personajes. En el
minucioso retrato de la fisiología humana, con sus imperfecciones, dolencias y
trastornos, Mason torna lo grotesco en delicado a través de belleza figurativa,
evitando crear esperpentos.
Pero, de nuevo, como los personajes son siempre identidades producto de la
postmodernidad, el otro elemento que inevitablemente da cuerpo al silencio para
funcionar como agente en estos relatos es la cultura popular. La simbiosis entre los
medios de comunicación y el consumo de los productos pop mercantilizan los rasgos
únicos del individuo; es decir, en el frenesí post-moderno de consumismo e
individualismo, el hombre y la mujer se pueden ver vaciados de anhelos, emociones y
complejidades mentales, ante medios de comunicación que producen sucedáneos de
experiencias reales, pero que aportan alivio inmediato a una insatisfacción
generalizada. Así, la mercantilización se extiende a todas sus estructuras, y el
individuo puede terminar lleno de fisuras emocionales y parálisis crítica. Sin
embargo, los personajes de Mason, gracias al silencio, recuperan su agentividad sobre
la cultura popular y el consumismo, siendo dueños del proceso de dispendio, de lo
material o lo mediático. Los personajes adquieren los bienes materiales y
entretenimiento a su disposición, pero utilizando sus habilidades contemplativas,
asocian lo superficial con recuerdos y fantasías para construir una imagen conjunta
que penetra la invasiva naturaleza de mercantilización post-moderna, ofreciendo
libertad de carácter, pensamiento y artificio a través de momentos de silencio.
Visto que la naturaleza no puede extirparse de los relatos de Bobbie Ann
Mason, he dedicado el capítulo 5 a observaciones de contenido paisajístico en
relación al silencio y de cómo se convierten así en nuevos canales de percepción e
innovación literaria. Máxime, resulta indispensable entender dos nociones con
respecto a la naturaleza en Mason: estos paisajes no son necesariamente salvajes; la
autora se interesa por marinas, campos labrados, jardines y bosques colindantes a
pequeñas zonas urbanas, pero no suele adentrarse en selvas o parajes inhóspitos. Por
otro lado, la semblanza de flora y fauna en Mason no se escribe de manera
pretenciosa ni afectada. El lenguaje es sincero y sencillo, luego los resultados
metonímicos no provienen de elaboradas florituras literarias sino de la imaginación
extravagante e impredecible de la escritora, que une lo armonioso y desentonado.
El espacio amplio que se abre ante el personaje observador se contrapone a los
espacios delimitados y adulterados de la post-modernidad, aportando un respiro ante
el sometimiento ruidoso de la vida cotidiana, en la que el silencio de la naturaleza,
lleno de vibraciones orgánicas perceptibles, invita al ser humano a callar al unísono,
simpatizando con el entorno. El pasado del Sur se asocia a la naturaleza de antaño
inalterada, que sufrió la destrucción de conflictos bélicos, de la industrialización, el
progreso y el urbanismo; por lo tanto, la nostalgia en los personajes de Mason se
descifra en la asociación recuerdo-paisaje, pues estos momentos contemplativos en
espacios naturales, activan el repaso del pasado, intentando crear una narrativa lógica
de lo añorado, rechazado y abandonado.
De nuevo, la mujer se aproxima a los paisajes y sus componentes para
encontrar nuevos generadores de identidad que simbolizan un mundo en silencio que
libera ante el lector no sólo lo objetivo sino también lo subjetivo. De esta manera, el
campo se convierte en una herramienta de expresión de género en Mason, siempre y
cuando los personajes callen. En consecuencia, la naturaleza capta una de las esencias
estéticas de Mason: reconstrucciones de los paisajes del Sur en el que ella y sus
personajes desarrollaron sus identidades adultas. Personalidad, consciencia y
comunicabilidad de efectos en los silencios alegóricos de Mason, se comparan al final
del capítulo con las tradiciones romántica y trascendentalista, debido a su proximidad
con el método creativo de Mason.
Finalmente, habiendo demostrado que para Mason el silencio comunica, he
acometido en el capítulo 6 un estudio de los diálogos que emergen en un fondo de
silencio. Éste conforma la conversación de manera natural, especialmente en los
personajes descritos en este proyecto, que evitan la verborrea, ya que entienden que
esto puede ser síntoma de una automatización del comportamiento social postmoderno,
trayendo como resultado emociones aturdidas por la invasión acústica de
los medios. El diálogo trae silencio a la página, no sólo porque la pausa es inherente
al intercambio de actos de habla, sino porque en un análisis pragmático del discurso el
personaje puede callar para reflexionar, o para sugerir un mensaje que no se comparte
en la conversación. Por lo tanto, es necesario incluir el diálogo en una tesis sobre el
silencio, pues conociendo los condicionantes y efectos del silencio, el lector podrá
sistematizar la presencia de ausencias verbales como indicativos de contenido
relevante en los relatos. Así, las conversaciones entre personajes se relacionan con
otros signos comunicativos no verbales.
Antes de pasar al estudio de las escenas conversacionales, me he parado a
considerar el oxímoron de los cuentacuentos lacónicos de Bobbie Ann Mason; es
decir, estos personajes de parlamentos breves en lo cotidiano en ocasiones sorprenden
al lector con impulsos comunicativos a través de la palabra. En la tradición literaria
sureña, ambas personalidades se retratan constantemente. Por un lado se encuentra el
charlatán, con habilidades retóricas que en el porche cuenta historias a unos atentos
oyentes, cautivados por los recursos lingu¿ísticos del narrador. La imagen opuesta es la
del sureño granjero o agricultor, o simplemente de naturaleza pechera que se
comunica sin ornatos ya que prevalece la funcionalidad del lenguaje conciso y
referencial. Explorando diferentes diálogos de los relatos de Mason, he intentado
demostrar que esta paradoja cultural es compatible en los personajes del Sur que
inspira a Mason.
Para describir el funcionamiento del silencio en la conversación, he elegido
cuatro factores contextuales, sociales y culturales que llevan a estos personajes,
predominantemente parcos, a entablar diálogo. El primero es el espacio doméstico,
pues el proceso cognitivo del locus íntimo del hogar genera unas prácticas verbales
sistematizadas en la rutina que refuerzan e indican la complejidad emocional de estas
relaciones. Así, las familias retratadas por Mason hablan entre ellos durante el
desarrollo de las tareas domésticas, mientras que el silencio penetra en las
habitaciones, como símbolo fecundo de significados complementarios. El segundo
concepto socio-cultural utilizado como prisma para estudiar las conversaciones
encontradas en estos relatos es el género: mujeres que hablan entre ellas, y hombres y
mujeres que entablan conversación. En los designios de los roles asociados al género,
Mason desafía las definiciones establecidas y presenta, sutilmente, reescrituras de
masculinidad y feminidad.
Los silencios de Mason son siempre profundos, permitiendo oír lo
incomunicado; es decir, incluso cuando hablan, estos hombres y mujeres callan, pues
elijen unos mensajes en lugar de otros, evitando o intensificando, de esta manera,
aquello que no articulan pero que el lector identifica en el silencio integrativo de la
conversación. En tercer lugar, he estudiado los momentos en los que los personajes se
convierten en narradores que cuentan relatos recabados en su pasado, en la tradición
oral sureña, en dichos humorísticos o episodios de la cultura popular. Incluso en la
narración de anécdotas, Mason crea meta-relatos que incluyen el silencio; esto ocurre
porque en los cuentos de estos momentos de protagonistas relatores, el silencio se
menciona, describe o simboliza. Además, el poder otorgado por la acción de narrar
ayuda a los personajes a evitar meras repeticiones en sus intentos comunicativos,
añadiendo en su discurso y en la riqueza del silencio parte de su consciente y
subconsciente.
El cuarto y último elemento situacional que analizo como motivador de
diálogo es la relación de los personajes protagonistas de Mason con desconocidos.
Existen muchas escenas en estos relatos en las que los personajes se interesan por las
historias de otros para intentar articular de manera indirecta aquellas propias que ellos
callan; también, al oír en la proximidad social de los espacios sociales modernos, de
manera fortuita, conversaciones ajenas, el aislamiento post-sureño, causado por el
nihilismo post-moderno, paradójicamente, se solventa temporalmente a través de una
inclusión en la comunidad, lograda simplemente en un diálogo con extraños. Pero
para poder llegar a este momento de conexión, el personaje debe quedar en silencio,
para percibir cómo resuenan las vidas de aquellos que los rodean.
Mi conclusión se encuentra en la motivación principal de la literatura de Bobbie Ann Mason. Ella quiere hacer un homenaje a la tierra que ha formado su identidad artística, y lo consigue mediante sensibles y precisos retratos del lenguaje
que da voz a Kentucky. Este lenguaje incluye tanto la articulación verbal como los
momentos en los que los personajes permanecen en silencio. El ritmo creado por el
triángulo sonidos-palabras-silencios genera sugerentes e intensas imágenes líricas en
su prosa, gracias a las exquisitas habilidades perceptivas sensoriales que sintonizan a
sus personajes con el entorno. Este simbolismo, justificado por el reiterado
pensamiento metafórico con el que sus personajes traducen Sur post-moderno,
coexiste en Mason con estructuras lingu¿ísticas sencillas. Estas personalidades sureñas
hablan sin circunloquios pero reflexionan sobre el mundo a través de analogías
porque conectan sus recuerdos y emociones al entorno físico. Como resultado, el
carácter material del silencio y su perceptibilidad llevan a Mason a elaborar símiles
como recurso estilístico dominante en sus relatos. Mason cuenta historias para ponerle
música al Sur que ella conoce, con una estética ajustada al realismo, aceptación y
apreciación de las personalidades post-sureñas. Para conseguir conectar con sus
lectores con éxito, Mason utiliza el silencio como un hilo de cohesión que regala en
su narrativa, y en el proceso lector de la misma, espacios en los que interpretaciones
literarias de más profundidad son posibles. Así pues, Bobbie Ann Mason escribe para
entablar diálogos con y a través del silencio. | es |