Resumen | En el curso de nuestro trabajo hemos podido constatar que en Andalucía, como consecuencia de las Campañas de Vacunación, se ha producido un sensible descenso en la incidencia de poliomielitis que ha pasado de una media ...
En el curso de nuestro trabajo hemos podido constatar que en Andalucía, como consecuencia de las Campañas de Vacunación, se ha producido un sensible descenso en la incidencia de poliomielitis que ha pasado de una media anual de 436,9 casos/año a solamente 54,09 casos/año. No obstante debe considerarse que en el decenio anterior al inicio de las Campañas (1954-1963), los casos declarados en la región representaban el 28,047% del conjunto nacional, mientras que los declarados en los once años posteriores (1964-1974), vinieron a representar el 41,78%, a pesar incluso de que en este periodo, la población andaluza representó un menor porcentaje de la española. Ello parece indicar una menor eficacia de estas Campañas en nuestro medio, especialmente en las localidades de mayor densidad de población.
La experiencia piloto de vacunación domiciliaria, llevada a cabo en Sevilla, a partir de 1972, al conseguir, mediante educación sanitaria, la extensión de la vacunación a muchos niños que con anterioridad escapaban a la misma y, y como consecuencia, una disminución de la morbilidad hasta una tasa muy inferior a la media nacional demuestra, a nuestro entender, que el problema de la poliomielitis en Andalucía está íntimamente ligado a factores socio-económicos y culturales de la región.
CONCLUSIONES
1. La población de Andalucía ha pasado de representar el 19% del total nacional en 1960 al 17,5% en 1970. Mientras la población de España crecía en un 11% la de Andalucía lo hacía únicamente en un 1,3%. Sin embargo la tasa de crecimiento andaluza es superior a la media nacional ya que la natalidad en Andalucía es del 12,90 0/00 mientras que en España es del 11,13 0/00 y la mortalidad de esta región, aunque poco, es inferior a la media de la nación, por consiguiente, el lento incremento de la población andaluza hay que atribuirlo a la emigración que en los últimos años ha supuesto casi millón y medio de habitantes.
2. La TASA DE NATALIDAD de Andalucía, ha experimentado a lo largo del presente siglo un indudable descenso, que parece estacionarse con muy ligeras oscilaciones en la última década. No obstante la natalidad en Andalucía continúa siendo superior a la que registra el conjunto nacional.
3. La TASA DE MORTALIDAD ha experimentado asimismo un descenso manifiesto y paulatino que se estaciona en la década 1961-1970, posiblemente debido a un aumento del grado de envejecimiento de la población, motivado por la emigración. Es muy posible que en los próximos años se asista en Andalucía a un incremento de este índice.
4. La TASA DE MORTALIDAD INFANTIL ha sufrido un claro descenso desde principios de siglo. Si bien el porcentaje de descenso ha superado en algunas provincias de Andalucía el del conjunto nacional, en la actualidad solo tres provincias (Sevilla, Málaga y Cádiz) presentan cifras inferiores a las del país, las restantes presentas cifras superiores, registrando el índice más elevado la provincia de Granada.
5. En Andalucía se viene padeciendo un continuo éxodo rural y una masiva aglomeración en el medio urbano, que conlleva graves problemas sanitarios y económicos en ambos sectores, despoblación rural y masificación urbana, con chabolismo, etc. en casi todos los extrarradios de los núcleos urbanos andaluces.
6. La distribución de los sectores de actividad de la población ocupada es la propia de las zonas subdesarrolladas, alta en el sector primario, en el que predominan los asalariados en el sector agrícola, asalariados eventuales con frecuentes “paros estacionales”; baja en el sector secundario, muy por debajo del promedio nacional. En el sector terciario predomina el denominado “terciario primitivo”, propio de zonas poco evolucionadas, tales como empleadas de hogar, camareros, etc. No existe, en la zona, con muy escasas excepciones un crecimiento industrial que potencia la región, ni un sector terciario generador de puestos de trabajo y altas rentas.
7. No obstante, la elevación creciente, en cifras absolutas, la renta nacional de Andalucía en los últimos años viene presentando una tendencia decreciente en lo que se refiere a su participación en el conjunto nacional.
8. Dentro del grave desequilibrio existente en lo que se refiere a renta “per cápita” en las distintas provincias españolas, Andalucía figura entre las de más bajo índice.
9. Uno de los más fuertes obstáculos con que tropieza el imprescindible desarrollo de Andalucía, lo constituye la elevada tasa de analfabetismo de personas mayores de 10 años, que se sitúa en un 15,31%, casi el doble que la media nacional (8,8%).
En este sustrato indudablemente desarrollado o al menos de los menos desarrollados de nuestro país, se han producido las siguientes incidencias sanitarias en relación con la poliomielitis.
10. En lo que se refiere a la incidencia de la poliomielitis en Andalucía se observa que en el decenio 1954-1963 se declararon en Andalucía 4.369 casos, que representaban el 28,04% de los registrados en el país. Durante el decenio la tasa de morbilidad de la región fue de 7,39 por mil habitantes, 1,43 veces superior a la tasa media nacional.
11. La distribución provincial en este periodo no es uniforme, ocupando el primer lugar en cuanto a intensidad de la endemia la provincia de Cádiz, con una tasa de 14,27 casos por cien mil habitantes (2,78 veces superior a la media nacional), seguida de Huelva, Córdoba, Granada, Málaga, Sevilla y Almería, todas con tasas superiores a las registradas para el país, únicamente Jaén, con una tasa media en el decenio de 3,67 por mil habitantes presentaba una morbilidad inferior a la nacional.
12. La incidencia en el periodo 1964-1974, en que dieron comienzo las Campañas de vacunación, si bien se observa una marcada disminución en cifras absolutas, 595 casos, estos representaban el 41,78% del total nacional. En consecuencia se registró un descenso importante en la morbilidad, pero no de la magnitud que se había registrado en España (1/8 en Andalucía y 1/13 en España).
13. Asimismo, la distribución provincial no es uniforme en el periodo 1964-1974, las provincias de Almería y Sevilla son las que han registrado un menor descenso, manteniendo una tasa de 2,14 y 1,47 por cien mil habitantes, casi 6 y 4 veces superiores a la tasa media nacional. La provincia de Cádiz, experimentó un descenso superior al del país y con Córdoba, Granada y Huelva se sitúan con tasas de aproximadamente el doble. Málaga, provincia que experimentó el mayor descenso, junto, nuevamente con Jaén, son las dos únicas provincias andaluzas con una morbilidad inferior a la nacional.
14. Al estudiar la distribución urbano-rural en Andalucía, encontramos que en el decenio 1953-1963, la enfermedad es más frecuente en las capitales de provincia (8,70 por cien mil), que en los pueblos (6,97 por cien mil). Cádiz, con una tasa de morbilidad media de 15,81, es la capital Andaluza que en este periodo registró una mayor incidencia y Jaén con 3,13 la de incidencia menor. En el periodo 1964-1974, se acentúa el carácter urbano de la enfermedad, registrándose una tasa media de 1,53 frente a solo 0,65 en los pueblos. Almería, con una tasa de 4,55 es la capital andaluza más afectada y Málaga con 0,41 la de menor intensidad de la endemia.
15. Al analizar la incidencia de la enfermedad en los pueblos de Andalucía se observa una mayor frecuencia en las localidades de 20.000 y más habitantes, en los que se declararon el 46,87% de los casos. Posiblemente ello sea motivado a una menor eficacia de las Campañas de Vacunación a medida que aumenta el número de habitantes.
16. Con respecto a la distribución estacional, la enfermedad se presenta en Andalucía con un ligero predominio invernal (31,93% de los casos), con excepción de Málaga (48% de los casos en verano) y Granada (39,44% en primavera). En la distribución por meses aparece Febrero como el de máxima incidencia (12,27%) y Septiembre el de menor incidencia (3,53%).
17. En relación con la edad, la enfermedad se presenta en Andalucía con mayor frecuencia en el grupo de edad de 1 a 2 años (41,68%), le sigue el grupo de 0 a 1 año (27,82%) y el de 2 a 3 años (13,28%), de forma que el 92,78% del total de casos ocurren en menores de 3 años. A partir de esta edad la enfermedad es rara, hasta el punto que en el periodo 1964 a 1974, solo se ha registrado la enfermedad en un niño mayor de 8 años.
18. Por lo que se refiere al sexo se observa en Andalucía una preferencia por el sexo masculino sobre el femenino, relación 1,4 a 1.
19. En cuanto al análisis del estado de vacunación, la poliomielitis se presenta en Andalucía como enfermedad de niños no vacunados o mal vacunado, toda vez que el 72,77% de los casos registrado se han presentado en niños no vacunados, un 18,49% en pequeños que solo recibieron una dosis de vacuna y el 7,23% que habían recibido dos dosis pero no la de recuerdo. Únicamente se han presentado 3 casos (1,51%) en niños que habían recibido las tres dosis.
20. La forma clínica más frecuente en Andalucía es la forma espinal (91,94%) frente a un 3,19% de las formas bulbares. Dentro de las formas espinales, la enfermedad ha dado lugar a monoplejias en un 41,35% de los casos, paraplejia en un 18,15%, se han afectado otros dos miembros en un 2,35%, tres miembros en un 0,17%, presentando una cuadriplejia un 2,18%. Un 27,14% de las fichas analizadas refieren únicamente forma espinal, sin más especificaciones.
21. El poliovirus más frecuente aislado en Andalucía ha sido el tipo I, responsable del 69,05% de los casos, le sigue en frecuencia el tipo III con un 24,37% y el tipo II con solo un 6,55%.
22. El poliovirus tipo I es más frecuente en las provincias de mayor intensidad de la endemia y tipo III en las de la intensidad menor, hasta el punto que para Sevilla los porcentajes son del 80,28% para el tipo I y 16,90% para el tipo III, mientras que en Málaga, el tipo I solo supone un 24% de los casos y el tipo III un 60%.
23. La eficacia de las Campañas Nacionales de Vacunación en Andalucía no puede ponerse en duda, si bien esta eficacia ha ido disminuyendo a lo largo de los años, tal como ocurrió en Sevilla cuya incidencia llegó al máximo en 1971, en que se declararon 73 casos (43,71% de los registrados en el país) de los que más de la mitad se declararon en la capital. La puesta en marcha de un programa piloto de vacunación domiciliaria durante el periodo 1972-1974 consiguió disminuir los casos en la capital a 2 declaraciones en tres años, de forma que la tasa de morbilidad se redujo de 5,65 veces a la media nacional a ser menos de la mitad de esta. Ello nos permite afirmar que un sistema de vacunación domiciliaria con control de nacimientos, es en nuestros medios absolutamente imprescindible para conseguir una posible erradicación de la enfermedad.
|