Mostrar el registro sencillo del ítem

Tesis Doctoral

dc.contributor.advisorZarapico Romero, Manueles
dc.creatorCalvo Zapata, M.es
dc.date.accessioned2018-10-02T14:04:34Z
dc.date.available2018-10-02T14:04:34Z
dc.date.issued1977-11-01
dc.identifier.citationCalvo Zapata, M. (1977). Carcinogénesis vesicular experimental. (Tesis Doctoral Inédita). Universidad de Sevilla, Sevilla.
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/11441/79011
dc.description.abstractFue MAXIMILLIAN DE STOLL, 177, el que hizo la primera descripción de dos casos de carcinoma de la vesícula biliar, y FRERICH, 1861, el primero en señalar la posible interrelación existente, entra la litiasis y el carcinoma de la vesícula biliar. Pese a lo antiguo del problema, y a la enorme incidencia con que ambas patología se dan unidas, la cuestión no ha sido resuelta definitivamente, BOCKUS, 1971, de forma, que CASAS SANCHEZ, 1967, al estudiar la patogenia del carcinoma de la vesícula biliar, comenta: “tras el bello ropaje de tal palabrería, se esconcen las feas desnudeces de nuestra ignorancia. HAMPERL, 1967, FORTNER y RANDALL, 1961, CARNOT, 1929, y PAOLINI, 1966, entre otros, piensan, que la litiasis juega un papel, determinante muy importante, en la génesis del carcinoma de la vesícula biliar. Para KUNE, 1971, y BARREIRO, 1971, continúa siendo un hecho improbable y muy discutible. BARTOLOZZI, 1968, niega que exista interdependencia, entre estos dos procesos patológicos, a no ser por causa, de la alteración funcional que produce la exclusión vesicular por el cálculo. Aunque se barajan otros factores en la etiopatogenia del carcinoma de la vesícula biliar, la mayoría de los autores coinciden en aceptar, que, si bien la litiasis, aunque no puede decirse que sea el único factor determinante, (DEBRAY, 1959) sí es uno de los más constantes, (ALOMAN, 1964, VEGA, 1973, POILLEUX, 1971), tan es así, que algunos autores, incluso la consideran como una afección pre-neoplásica. DONNA; 1971. Todos, somos conscientes, de los desalentadores resultados que pueden ofrecer hoy, la Medicina y la Cirugía, en el tratamiento del carcinoma de la vesícula biliar. Por ello, el mejor tratamiento que podría instaurarse, sería el preventivo, ya que dadas las características del tumor, como son, su sede, sus conexiones linfáticas y sanguíneas, y la ausencia de síntomas propios, (sobre todo en estadíos precoces), cuando se intuye el diagnóstico, las posibilidades de instaurar un tratamiento radical, han pasado. ZARAPICO, 1973. Es por ello, por lo que la mayoría de los autores, se inclinan por una colecistectomía profiláctica, (PERA MADRAZO, 1971), (DONNA, 1971), en toda vesícula litiásica. Sin embargo, aunque la cifra de mortalidad por colecistectomía es reducida, sobretodo en individuos jóvenes, exentos de cualquier otra patología, no es menos cierto, que aún supone un cierto riesgo, no del todo desdeñable, y que va en aumento con la edad y las taras orgánicas del paciente. Si se pudiese demostrar una relación etiológica, entre la litiasis y el carcinoma de la vesícula biliar, se resolvería el tan debatido problema, planteado desde antaño, en este sentido y de paso, revestidos de una mayor autoridad que la de la sospecha y respaldos por razones de peso incuestionables, estaríamos en condiciones de aconsejar la colecistectomía profiláctica, en todo pacientes, de edad superior a los cuarenta años, ya que por debajo de esta edad, la patología tumoral vesicular, es infrecuente. Con la finalidad de contribuir en la medida de nuestras posibilidades, al esclarecimiento de tan arduo problema, como es, el del papel desempeñado por la litiasis en la génesis del carcinoma vesicular, hemos emprendido nuestra Tesis. Desde nuestra época de estudiante, nos ha apasionado el tema, y asimismo, cualquier aportación que contribuya a dilucidar la cuestión, la consideramos importante, por la enorme transcendencia que conllevaría tal aportación, desde su doble vertiente clínica y conceptual. Vamos a estudiar aquí, las repercusiones que sobre el epitelio vesicular, tienen lugar, mediante la irritación mecánica pura, mediante la irritación mecánica y química juntas y por la acción hormonal. Para ello, sobre modelos experimentales conocidos, hemos empleado sustancias diversas, que introdujimos mediante colecistotomía, en la vesícula biliar de conejos. Entre ellas, algunas habían sido empleadas con anterioridad por otros autores, (cáluclos de bilirrubina y de colesterol, comprimidos de colesterol puro y de metilcolantreno), mientras otras han sido utilizadas aquí sin precedente alguno en la literatura, (palaco, comprimidos de fosfato de poliestriol), y otras se han usado, modificando los modelos experimentales precedentes, (o-aminozotolueno). Hemos valorado los cambios macroscópicos, (variaciones de tamaño de la vesícula biliar, del grosor y aspecto de sus paredes, de su contenido y las alteraciones observadas en la mucosa), así como los cambios microscópicos obtenidos, después de un detallado estudio, como más adelante veremos en la descripción de los resultados de las distintas series experimentales. CONCLUSIONES. 1. La irritación mecánica originada por guijarros, no produce en el 75% de los casos, alteraciones microscópicas. En los casos restantes, da lugar a una hiperplasia del tejido glandular y fibromuscular, produciendo una adenomatosis vesicular o colecistitis glandular proliferante. 2. La irritación mecánica provocada por los cilindros de palaco, afecta a la vesícula más intensamente, que la debida a los guijarros, ya que la vesícula no aparecía normal, más que en el 58,3% frente al 75% en el caso de los guijarros, siendo más frecuentes, con el palaco, los cuadros microscópicos de colecistitis crónica. 3. Mediante la irritación mecánica aislada, no se ha obtenido cáncer. 4. Pero sí, transformaciones patológicas en el epitelio de revestimiento vesicular, con posible potencialidad maligna. 5. Mediante la combinación de factores mecánicos y químicos, representados por los cálculos de bilirrubina, la vesícula, al igual que en la simple acción mecánica, representada por los guijarros, no se alteraba en el 75% de los casos, apareciendo en los restantes, cuadros microscópicos de colecistitis crónica y glandular proliferante. 6. La combinación de la acción mecánica y química ejercida por los cálculos de colesterol, afecta a la vesícula más intensamente, que la ejercida por los cálculos de bilirrubina, ya que la vesícula aparecía normal, sólo en un 66,6% frente al 75% en el caso de los cálculos de bilirrubina, produciéndose en los restantes casos, colecistitis crónicas, algunas de tipo granulomatoso o proliferante. 7. Los comprimidos de colesterol producen alteraciones más intensas, que los cálculos de colesterol, ya que la vesícula no aparecía microscópicamente normal, más que en un 50%, mientras que en el 41,6%, se originaban colecistitis crónicas y en el 8,3% restante, engrosamiento fibromuscular. 8. El aminoazotolueno, produce alteraciones más considerables, que los cálculos de bilirrubina y de colesterol, ya que bajo su acción, sólo había ausencia de alteraciones microscópicas en el 58,3%, mientras que en el 33,3% de los casos, se originaban colecistitis crónicas y en el 8,3% adenomiomas. 9. La suma de factores mecánicos y químicos, representando en nuestros casos por cálculos vesiculares, comprimidos de colesterol y de aminoazotolueno, no producen directamente neoplasias, pero las alteraciones posiblemente preneoplásicas, representadas por colecistitis crónicas, son mucho más considerables, que las originadas por la simple irritación mecánica. 10. Bajo la acción de los estrógenos, representados en nuestros casos por el “fosfato de poliestriol”, la vesícula resultaba afectada en el 100% de los casos, originándose en todos ellos colecistitis crónicas, de los cuales el 41,6% era de tipo granulomatoso. 11. De todos los agentes empleados, el metilcolantreno, es el que se ha mostrado más efectivo, ya que bajo su acción, la pared vesicular sufría en todos los casos, alteraciones microscópicas, que en el 75% se mostraba bajo la forma de colecistitis crónica, en el 8,3% como hipertrofia papilar del epitelio, y en el 16,6%, como carcinoma “in situ”. 12. Consideramos, que la carcinogénesis vesicular, es fruto de la suma de una serie de factores, entre los cuales, la exclusión vesicular, irritaciones mecánicas y químicas ejercidas por los cálculos biliares y procesos inflamatorios crónicos, juegan un papel preponderante.es
dc.formatapplication/pdfes
dc.language.isospaes
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.subjectCiencias clínicases
dc.subjectCiencias médicases
dc.subjectCirugía abdominales
dc.subjectCirugíaes
dc.subjectOncología clínicaes
dc.titleCarcinogénesis vesicular experimentales
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/doctoralThesises
dcterms.identifierhttps://ror.org/03yxnpp24
dc.type.versioninfo:eu-repo/semantics/publishedVersiones
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses
dc.contributor.affiliationUniversidad de Sevilla. Departamento de Cirugíaes
idus.format.extent301 p.es

FicherosTamañoFormatoVerDescripción
TD C-032.pdf37.93MbIcon   [PDF] Ver/Abrir  

Este registro aparece en las siguientes colecciones

Mostrar el registro sencillo del ítem

Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional
Excepto si se señala otra cosa, la licencia del ítem se describe como: Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional