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Tesis Doctoral

dc.contributor.advisorHevia Alonso, Antonioes
dc.contributor.advisorArgüelles Martín, Federicoes
dc.creatorCoronel Rodríguez, Cristóbales
dc.date.accessioned2018-08-09T08:51:19Z
dc.date.available2018-08-09T08:51:19Z
dc.date.issued1994-01-11
dc.identifier.citationCoronel Rodríguez, C. (1994). Estudio cuantitativo del contenido mineral óseo en niños con intolerancia a la lactosa. (Tesis Doctoral Inédita). Universidad de Sevilla, Sevilla.
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/11441/77938
dc.description.abstractSe presenta un trabajo de investigación de carácter prospectivo, planteado con el objetivo de establecer si existe alguna diferencia en la densidad mineral ósea (BMD) en los niños malabsorbedores de lactosa respecto a un grupo control sano establecido previamente y como se modificaría esta masa ósea según incluyan o no lactosa en su dieta en el último año. Para confirmar el diagnóstico de malabsorción de lactosa e indicar el tratamiento dietético a seguir por los mismos hemos utilizado el test de hidrógeno espirado realizado con la fórmula láctea habitual y tras la adición de lactasa comercial. Para el cálculo de la BMD hemos utilizado la Dualfotoabsorciometría mediante un densitómetro óseo Hologic QDR-1000 que nos da el resultado en gramos de hidroxiapatita de calcio por centímetro cuadrado referentes a las vértebras L2, L3 y L4. La población de nuestro estudio está formada por 380 niños de edades comprendidas entre 1 y 14 años dividido en dos grupos. Un grupo control de 291 niños y otro de 89 pacientes que presentaban clínica compatible con intolerancia a la lactosa. Este último grupo a su vez se han dividido en dos subgrupos B1 y B2, el primero de ellos, grupo B1, formado por niños que han realizado un tratamiento dietético con una alimentación carente en lactosa por un periodo superior o igual a un año; y el segundo, grupo B2, formado por 24 niños que estaban tomando fórmulas lácteas o bien leche de vaca y derivados, adicionándoles previamente lactasa comercial (KERULAC, Artu Biologicals N.V.). Este grupo a su vez lo podemos dividir en dos en función del tiempo que habían realizado este tratamiento: un subgrupo B2A formado por aquellos que lo habían realizado durante un periodo de tiempo superior al año y un subgrupo B2B por aquellos que la habían estado tomando durante un periodo de tiempo superior a los 6 meses y previamente fórmula sin lactosa por un periodo superior al año. Del estudio de los resultados hemos encontrado los siguientes hallazgos con significación estadística: existe una correlación lineal entre el valor de la BMD y la edad, peso, altura y superficie corporal con un coeficiente de correlación muy significativo, tanto cuando se consideró toda la población estudiada, como en cada uno de los grupos en los que se dividió. La BMD se puede considerar que viene dada en función de un polinomio de tercer grado en el que participan el peso, la altura y el sexo de los niños. Existen diferencias estadísticamente significativas entre la BMD del Grupo B1 con respecto a la BMD del Grupo A, B2 y B2A; y no existen diferencias estadísticamente significativas entre la BMD del Grupo A o grupo control y la BMD del Grupo B2 de niños que consumen Kerulac; ni entre la BMD del Grupo B2B y la BMD de los Grupos B2A ni B1. Estas diferencias entre los grupos no se han apreciado en los niños menores de los dos años de edad. El test de hidrógeno espirado utilizado con la fórmula láctea habitual y posteriormente en los casos patológicos con la adicción de lactasa constituye un método muy útil y sensible para el diagnóstico y control de niños con sospecha de intolerancia a la lactosa, así como referencia terapéutica para el seguimiento de estos niños. La lactosa en un disacárido de gran importancia en la alimentación humana destacando su participación como agente facilitador en la absorción de calcio, fósforo, magnesio y otros oligoelementos básicos para una adecuada mineralización ósea. Este proceso es fundamental en los primeros años de la vida, cuando la masa ósea se desarrolla y aumenta, hasta adquirir su pico máximo para posteriormente empezar a disminuir. Esto pone de manifiesto la importancia de alcanzar un adecuado desarrollo del esqueleto durante los primeros años de la vida que podría proteger de la osteoporosis del adulto. El periodo de almacenamiento mineral óseo llega según diferentes autores hasta los 20-35 años siendo durante la infancia más intenso este proceso. La malabsorción intestinal de la lactosa es una patología muy frecuente en Pediatría aunque su diagnóstico no siempre es fácil de realizar por precisar la disponibilidad de un procedimiento sofisticado lo cual conduce a prescribir de forma empírica dietas carenciales excluyendo este nutriente en algunas ocasiones. Actualmente disponemos de un procedimiento inocuo, fácil, cómodo, fiable y no invasivo que es el test de hidrógeno espirado, para realizar el diagnóstico de la malabsorción intestinal de los carbohidratos en general, y de la lactosa en particular. Además existe una alternativa terapéutica que facilita el tratamiento de estos enfermos sin excluir este disacárido de la dieta, evitando los perjuicios económicos y nutricionales que ello puede conllevar. También es posible estudiar el contenido mineral óseo mediante una técnica no invasiva, fiable y de costo aceptable con el fin de valorar las alteraciones que se pueden producir en la masa ósea de los niños que presenta una historia clínica con dieta exenta de lactosa y enjuiciar las ventajas que puede aportar la administración sustitutiva de lactasa en el tratamiento de estos enfermos. A partir de estos datos plantearemos el siguiente OBJETIVO: Establecer si existe alguna diferencia en la densidad mineral ósea en niños intolerantes a la lactosa respecto a un grupo control sano establecido previamente y como se modificaría esta masa ósea según que la pauta dietética seguida en el último año por estos niños afectos incluyera o no lactosa. CONCLUSIONES: 1. Es obligación ineludible del pediatra prevenir en el niño problemas de salud de la edad adulta. 2. La osteopenia puede ser una consecuencia inmediata o tardía de una dieta inadecuada, exenta en lactosa. 3. La intolerancia a la lactosa, problema frecuente en pediatría, requiere tratamiento dietético específico que puede causar iatrogenia, por lo que no debería aplicarse sin un diagnóstico correcto. 4. El test de hidrógeno espirado constituye un método muy útil, sensible, económico e incruento para el diagnóstico y control de niños con sospecha de intolerancia a la lactosa y nos puede servir como referencia terapéutica para la introducción o no de lactasa comercial como tratamiento enzimático sustitutivo. 5. El empleo de lactasa comercial adicionada previamente a la fórmula láctea habitual constituye una alternativa terapéutica eficaz en la intolerancia a la lactosa que aporta ventajas nutricionales, económicas y de administración. 6. La fotodensitometría dual constituye una nueva técnica no invasiva para el cálculo de la masa ósea. Su elevada precisión, su tasación rápida, exacta y altamente reproducible de la densidad de masa ósea y la posibilidad de poder realizar estudios repetidos con una mínima dosis de irradiación, hacen que sea de gran utilidad en el diagnóstico precoz y el seguimiento de la patología metabólica ósea. 7. Es preciso contar con patrones de normalidad de densitometrías óseas en cada medio geográfico y para cada sexo y edad, a ser posible con carácter evolutivo para conocer mejor las alteraciones existentes en las distintas afecciones pediátricas. 8. La densitometría dual fotónica aplicada al estudio de niños que incluyen o excluyen la lactosa permite establecer diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos. De forma que la ausencia de lactosa en la dieta condiciona una diminución de la masa mineral ósea respecto a un grupo control. 9. El tratamiento de los niños intolerantes a la lactosa con fórmulas adaptadas que contienen lactosa o leche de vaca adicionadas con lactasa contribuye a la consecución de una masa ósea en estos niños superponible a un grupo control y supone una remisión parcial de la osteopenia de los mismos a los 6 meses de tratamiento. 10. Hasta la edad de los dos años no comienzan a observarse diferencias estadísticamente significativas en la BMD de los niños intolerantes a la lactosa con respecto al grupo control, debido quizás a una influencia genética en estas primeras etapas de la vida para posteriormente descender cuando esta depende del aporte exógeno de minerales exclusivamente. 11. Sería conveniente la realización de un control densitométrico evolutivo a estos niños con intolerancia a la lactosa para comprobar si la osteopenia demostrada se mantiene, corrige o incrementa.es
dc.formatapplication/pdfes
dc.language.isospaes
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.subjectMedicina Internaes
dc.subjectCiencias médicases
dc.subjectCiencias de la nutriciónes
dc.subjectNutrienteses
dc.subjectGastroenterologíaes
dc.titleEstudio cuantitativo del contenido mineral óseo en niños con intolerancia a la lactosaes
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/doctoralThesises
dcterms.identifierhttps://ror.org/03yxnpp24
dc.type.versioninfo:eu-repo/semantics/publishedVersiones
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses
dc.contributor.affiliationUniversidad de Sevilla. Departamento de Farmacología, Pediatría y Radiologíaes
idus.format.extent239 p.es

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