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Tesis Doctoral

dc.contributor.advisorDíaz Domínguez, Diegoes
dc.creatorMontaño Montaño, Isidoroes
dc.date.accessioned2017-10-16T15:12:16Z
dc.date.available2017-10-16T15:12:16Z
dc.date.issued1975-05-15
dc.identifier.citationMontaño Montaño, I. (1975). Sobre la patogenia de la miopía elevada y su relación con la hipertensión ocular. (Tesis Doctoral Inédita). Universidad de Sevilla, Sevilla.
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/11441/65191
dc.description.abstractMiopía proviene de la palabra griega MIOPS, que significar quiñar, por la costumbre que adoptan los miopes de entornar los ojos para la visión lejana, con el objeto de aprovechar sólo los rayos centrales, que serán los que converjan más cerca de la retina, y obtener una visión más perfecta. Los rayos paralelos que provienen del infinito convergen en el ojo miope por delante de la retina. Esto puede ser debido a un aumento del eje anteroposterior del ojo (Miopía axil), pero también puede ser producido por una mayor curvatura del cristalino o por el aumento de su índice de refracción (miopía cristaliniana). El alargamiento del eje anteroposterior es a costa de la parte posterior del globo, mientras que la anterior queda normal, afectándose sólo en algunos de miopía elevada. Los recién nacidos, todos son hipermétropes, y su hipermetropía va disminuyendo con la edad, quedando en algunos bastante reducida; en otros totalmente compensado el defecto de refracción, y en unos terceros el crecimiento progresivo los conduce al defecto opuesto. Recientemente, se ha señalado que los prematuros todos, o casi todos, son miopes, y que al acercarse a la fecha de su nacimiento, debían convertirse en hipermétropes. Esta opinión, aceptada por todos, no ha podido ser confirmada por la dificultad que encierra su comprobación. Schernes dividió la miopía en escolar y progresiva, englobando dentro de la primera de las formas pequeñas y medianas para las cuales aceptaba una cierta base hereditaria, pero destacando como factor primordial el medio ambiente, y para la segunda, el medio ambiente no representaba papel alguno en su patogenia. Las miopías escolares se dan entre la edad de diez y ocho años, y en los sujetos que están sometidos a un sobreesfuerzo en sus labores docentes. Mawas ha clasificado las miopías en: a) Miopías dióptricas esenciales; que comprenden los excesos de curvaturas de la córnea y cristalino, ya sea un exceso en la longitud del eje anteroposterior, la miopía puede ser debida a uno de estos factores o a la combinación de dos o más de ellos. b) Miopías sintomáticas: Funcionales (espasmos acomodativos); enfermedades (coroidosis atróficas). Dentro de este grupo engloba estas miopías ocasionales, que suelen darse en enfermedades o intoxicaciones como signos aislados. Bajo la denominación de miopía escolar, se incluye un grupo bien limitado que muy raramente sobrepasa las seis dioptrías y termina su evolución antes de los veinte años. Duane ha añadido a la miopía escolar la miopía tardía, que corresponde a aquellas que se inician después de los veinte años, y que, aunque n se puede negar su existencia, la mayoría de los casos son sujetos en los cuales se ha descubierto muy tarde su defecto de refracción. En contra de la denominación de miopía escolar, se alzan numerosos autores; entre ellos, Claussen y Marchesani, ya que puede prestarse a confusión en cuanto a su causa etiológica. La miopía progresiva comienza generalmente a una edad más temprana. La amplitud en dioptrías parece que va relacionada con la prematuridad de aparición del defecto, aunque no todas las miopías que aparecen antes de los diez años se pueden considerar malignas. Ferri y Scheiner creen que un ojo miope crece más cuanto mayor es el grado de miopía, regla que no se cumple en las miopías congénitas, que se vuelven estacionarias; y lo mismo ocurre con las miopías de los prematuros que han sufrido fibroplasia retrolental. Moreu admite la existencia de una miopía maligna que inicia su desarrollo antes del parto, teniendo un final poco venturoso. En general, la miopía termina su crecimiento con el final del desarrollo corporal, aunque hay varios hallazgos, que parecen refutar esta confirmación. Así Sidler Hugenin encontró sesenta y ocho pacientes con miopías monolaterales que siguieron creciendo después de finalizado el desarrollo, hasta seis dioptrías, y el caso de Scmidt, de aparición tardía a los treinta y nueve años, que progresó hasta los cuarenta y siete, dando lugar a un estafiloma posterior y que fue achacado a una alteración hipofisaria; otros casos pudieran explicarse por una corrección anterior deficitaria. La disminución de la miopía en cualquier edad es negada generalmente. Claussen opina que una miopía solo puede disminuir por cesar un espasmo de acomodación. CONCLUSIONES: Nuestro material comprende dos grupos de enfermos con miopías superior a 9 dp. El primero, de 83 pacientes, en los cuales hemos estudiado: refracción bajo atropina, transparencia de la córnea, tonometría, rigidez escleral, exofalmo, estado del ángulo, estado del fondo (conus, hemorrágias, estado del pigmento, focos atróficos, mancha de Fuchs, etc. El segundo grupo comprende un total de 160 pacientes; algunos de los cuales están englobados en el grupo anterior; en ellos sólo se ha estudiado: rigidez, tonometría y tonografía. Del estudio de ambos grupos, hemos sacado las siguientes conclusiones: 1. El porcentaje más elevado de miopes de nuestra estadística está comprendido entre los 50 y 60 años- 2. Existe una mayor proporción femenina, con un 72% del total, lo que no quiere decir que sea más frecuente la miopía en este sexo, sino que acude más fácilmente a la consulta. 3. El 75% de los casos estudiados está representado por miopes, comprendidos entre 9 y 15 dp. 4. La existencia de opacidades cornéales se acompaña de un mayor defecto de refracción en el 60%, y una mayor alteración de fondo de ojo en el 80%. 5. Los miopes estudiados en el primer grupo son sospechosos o ciertos de glaucoma en un 22,28%. 6. La tonometría suele presentar cierta dificultad en los miopes, pues sus ojos tienden a perder el paralelismo en el momento de la prueba. 7. El exoftalmo es poco frecuente en los miopes; solo en un 29%, y de ellos en el 4 al 6% era bastante manifiesto. 8. En caso de diferencia de refracción entre ambos ojos superior a 5 dp., ésta suele ser más elevada en el ojo derecho, en el 72%. 9. Las lesiones de fondo son más extensas en el ojo más miope, salvo que el otro ojo tenga un fuerte astigmatismo y entonces son similares. 10. La mancha de Fuchs es poco frecuente, encontrándola tan solo en cuatro mujeres de edad próxima a los 50 años. 11. Solo en dos casos hemos encontrado hemorragias profundas en fondo de ojo. 12. Salvo en cuatro casos, encontramos ángulo ancho en todos los miopes. 13. Existe una pobreza de epitelio pigmentario en la mayoría de los miopes. 14. Hemos estudiado la rigidez en un total de 331 ojos, con un valor medio de 0,0144. 15. Es notable el hecho de que solo en un caso hayamos encontrado una rigidez comprendida entre 0,0140 y 0,0170. 16. En contra de las conclusiones de Becker y Gay, no parece existir relación entre la rigidez y el grado de miopía. 17. Tampoco encontramos influencia de la edad en la rigidez. 18. Encontramos valores de C inferiores a 0,15 en el 48,8% y 0,09 en el 24%. 19. Hallamos un cociente Po/C de Leydhecker superior a 100 y 125 en el 52 y 27%, respectivamente. 20. De los 177 ojos estudiados en el segundo grupo, 105 son sospechosos o ciertos de glaucoma, por presentar una tensión elevada, un valor de C bajo o un cociente de Leydhecker superior a 100. 21. Este hecho, que contrasta con la opinión dominante hasta estos últimos años, suscita cuestiones de gran interés respecto a la posible influencia mutua entre la hipertensión ocular y la miopía elevada.es
dc.formatapplication/pdfes
dc.language.isospaes
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.titleSobre la patogenia de la miopía elevada y su relación con la hipertensión oculares
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/doctoralThesises
dcterms.identifierhttps://ror.org/03yxnpp24
dc.type.versioninfo:eu-repo/semantics/publishedVersiones
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses
dc.contributor.affiliationUniversidad de Sevilla. Departamento de Cirugíaes
idus.format.extent62 p.es

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