Dibujo e Idea

Abstract

Para entender el papel del dibujo en la arquitectura ¿hoy o en cualquier otra época en la que fue empleado como instrumento o como fin- habría que considerar que no todos los enseñantes partimos de los mismos presupuestos en relación al dibujo, al igual que ocurre con todos los arquitectos al utilizarlo, o todos los historiadores y teóricos al hablar de él. Esto puede significar que el valor de un dibujo va mucho más allá de la azarosa profesión de su autor, y que posiblemente radica más bien en su potencialidad para comunicar un pensamiento o una emoción, es decir, una idea ¿explicitada o trasmitida cuando experimentamos un buen dibujo a partir de una sensación determinada-. El dibujo de arquitectura sería, en ese sentido, un cajón de sastre que contendría un material variopinto difícilmente clasificable, porque las clasificaciones las hacemos las personas, y por ello no están nunca exentas de intereses de toda índole. Desde un planteamiento aparentemente lógico, la especificidad del dibujo de arquitectura estaría casi siempre relacionada con su utilidad en relación a la obra construída, pero siguiendo este razonamiento lo mismo ocurriría con cualquier otro ámbito artístico que lo utilice con idénticos fines, es decir, para construir cualquier tipo de realidad material. La lectura complementaria sería reconocerle su propio valor intrínseco como realidad independiente de la de su materialización física. Posiblemente esta segunda interpretación sea la más acertada, puesto que el autor del dibujo no tiene porqué coincidir con el autor de la idea o con el intérprete de la documentación gráfica. De manera que numerosas manifestaciones artísticas se ven ¿contaminadas¿ desde antaño por una transversalidad que, con la irrefrenable especialización a la que nos vemos abocados en nuestros dias, hace realidad el sueño expresionista de la ¿obra de arte total¿ ¿cuando en una obra se produce la confluencia de sensibilidades afines-. Sin embargo, este fenómeno raras veces se produce, pero cuando sucede suele ser siempre la manifestación cultural latente de una época, no siempre reconocida en su momento. De esta forma, el instrumento gráfico al servicio de una idea variará en apariencia real cuando la idea se renueve o transforme, pero teniendo siempre presente que se trata de dos realidades independientes una de la otra ¿y dependientes ambas de una ¿no realidad¿, la idea- pero sólo desde el punto de vista del valor que se les atribuye por separado, puesto que dicho valor está siempre en relación con el esquema de valores de la persona que emite el juicio. Este desglose por capas o facetas ¿idea, dibujo, obra- que somos capaces de reconocer en todo proceso artístico en forma de ¿transversalidad sucesiva¿, también se produce cuando al artista se le presupone una cierta ¿transversalidad simultánea¿, al considerarlo además buen pensador o brillante enseñante, ya que sólo en casos excepcionales confluyen en la misma persona tal cúmulo de virtudes, posiblemente y en parte, debido a un problema de tiempo, motivación o dedicación. El dibujo como puente entre la idea y la obra hace que pueda no ser imprescindible este intermediario, o quizás podría decirse con mayor rigor -y siempre para hacer justicia a Platón- que la idea necesita materializarse para ser percibida, y que la misma idea puede asumir muchos tipos diferentes de materializaciones, pero todas ellas parciales o incompletas puesto que se trata en todos los casos de síntesis más o menos afortunadas de la idea. El control y el manejo de instrumentos o herramientas para plasmar ideas ha sido una preocupación constante del ser humano de todas las épocas, pero este dominio técnico está siempre respaldando a la idea, nunca la sustituye. El que los logros vengan de la mano de un tipo u otro de artistas parece no ser, por tanto, lo auténticamente relevante, pero se justifica porque el ser humano es esencialmente gregario, y parece sentirse mejor identificándose con el grupo. Rafael pintor o arquitecto es lo de menos, sólo podemos juzgarlo por el valor de su obra y sus hallazgos o ideas, como la famosa carta a León X que tanta trascendencia tuvo después para la representación gráfica ¿pero se trata en cualquier caso de una valoración global que sabemos variará según quien enjuicie-, lo demás es circunstancial. La idea se independiza de su creador y pasa a ser utilizada por la humanidad en la consecución de la felicidad de la sociedad. El ser humano aspira siempre a la mejora de la calidad de vida, para lo cual utiliza conocimiento sabiamente acumulado y trasmitido de unas generaciones a otras, pero con el peligro inherente de enquistarse a veces en forma de costumbre para impedir que brote sabia nueva. Por eso necesita seguir vivo y es revisado periódicamente por la ciencia, el arte y el pensamiento para producir nuevas ideas que cuestionen las limitaciones del conocimiento heredado. Así, las nuevas tecnologías tienen su antepasado remoto en Brunelleschi y aportan ¿vida¿ a la obra del hombre: un verismo y movimiento anhelados desde Altamira. La tridimensionalidad y el dinamismo de las propuestas de Zaha Hadid se sustentan en el mismo tipo de anhelo, prolongarse en la obra de arte, proporcionarle vida. En consecuencia, la complejidad del discurso artístico es fiel reflejo de la complejidad de nuestras sociedades actuales. Cuando sólo dibujen las máquinas, las ideas seguirán perteneciendo a los hombres, siempre insatisfechos en su camino hacia la consecución de nuevas utopías.

To understand the role of design in architecture today or at any other time when it was used as a tool or as a fin would have to consider that not all teachers starting from the same budgets in relation to drawing, as with all architects to use, or all historians and theorists to talk about it. This may mean that the value of a design goes far beyond the eventful career of its author, and possibly lies rather in their ability to communicate a thought or an emotion, that is, an idea -explicitada or transmitted when we experienced an good drawing from a sense determinada-. The architectural drawing would, in that sense, a catch-containing material mixed hardly classifiable, because the ratings do people, and therefore are never exempt from all kinds of interests. From a seemingly logical approach, the specificity of architectural drawings would almost always related to their usefulness in relation to the work built, but following this reasoning is equally true for any other artistic field that uses it with the same purpose, namely to build any type of material reality. The supplementary reading would recognize their intrinsic value as reality independent of its physical realization. Perhaps this second interpretation is the right one, because the author of the drawing does not have to coincide with the author of the idea or the performer of the graphic documentation. So many artistic events are "contaminated" by a transversality from yesteryear, with the overwhelming expertise to which we are facing in our days ago expressionist realize the dream of "total artwork" when in a book there is a confluence of afines- sensitivities. However, this phenomenon rarely occurs, but when it happens usually always latent cultural event of an era, not always recognized at the time. Thus, the graphical tool in the service of an idea vary in appearance when the real idea is renewed or converted, but always bearing in mind that these are two separate realities each other - both dependent of a "no reality" the idea but only from the point of view of the value attributed to them separately, since that value is always in connection with the scheme values of the person who delivers the trial. This breakdown by layers or facets -idea, drawing, obra we are able to recognize in any artistic process in the form of "mainstreaming successively," also occurs when the artist was presupposes a certain "transversality simultaneous", considering also good thinker or brilliant teacher, and that only in exceptional cases converge in the same person that accumulation of virtues, and possibly in part due to a problem of time, motivation or commitment. The drawing as a bridge between the idea and the work done that may not be necessary this intermediary, or perhaps arguably more rigorously, and to always do justice to Platón realized that the idea needs to be perceived, and that the same idea can assuming many different types of materializaciones, but all of them partial or incomplete because it is in all cases of more or less successful synthesis of the idea. The control and management of instruments or tools to translate ideas has been a constant concern of human beings of all ages, but this domain is provided technical support to the idea, never replaced. The achievements that come from the hand of one sort or another agent appears to be not, therefore, truly relevant, but is justified because the human being is essentially herd, and seems to feel better identify with the group. Rafael painter or architect does not matter, we can only judge the value of their work and their findings or ideas, like the famous letter to Leo X had much significance then for the graphic representation, but it is in any case a valuation overall we know will vary depending on who enjuicie-, else is circumstantial. The idea becomes independent of its creator and becomes used by mankind in the pursuit of happiness of society. Human beings always aspires to improve the quality of life, which uses knowledge accumulated wisdom and sent some to other generations, but with the inherent danger of enquistarse sometimes in the form of custom to prevent new outbreaks wise. That's why it needs to live and is periodically reviewed by the science, art and thought to produce new ideas that challenge the limits of knowledge inherited. Thus, the new technologies have their ancestor remote Brunelleschi and bring "life" to the works of man: a verismo movement and cherished from Altamira. The tridimensionalidad and dynamism of Zaha Hadid's proposals are based on the same kind of yearning, extended in the artwork, provide life. Consequently, the complexity of artistic discourse is a true reflection of the complexity of today's societies. When only draw machines, the ideas remain the property of men, always dissatisfied in their path towards new utopias.