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Tesis Doctoral
Ansiedad en delincuentes institucionalizados
Autor/es | Núñez Gaitán, María del Carmen |
Director | León Fuentes, José Luis |
Departamento | Universidad de Sevilla. Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos |
Fecha de publicación | 2006-11-07 |
Fecha de depósito | 2016-05-09 |
Resumen | No trata este trabajo de llegar a una conclusión clara y explícita sobre los beneficios y perjuicios de la prisión, teniendo en cuenta que grandes especialistas de todos los ámbitos profesionales han intentando conseguirlo ... No trata este trabajo de llegar a una conclusión clara y explícita sobre los beneficios y perjuicios de la prisión, teniendo en cuenta que grandes especialistas de todos los ámbitos profesionales han intentando conseguirlo a lo largo de la historia sin que se haya llegado a un acuerdo unánime, algo que ya planteara en el siglo XIC la dama del penalismo español por excelencia (e internacional por ende), Concepción Arenal (1991), quien afirmaba en 1861 que en el ámbito penal-penitenciario “existían tantas teorías para cada hipótesis como en el mundo de la física para hablar de las partículas subatómicas”. Esto implica la existencia de distintos sistemas penales-penitenciarios a lo largo de la historia (en función de la evolución propia de los tiempos) así como distintos sistemas analizados de una forma transversal en nuestra sociedad en función del país de referencia. Las comparaciones, por lo tanto, podrían hacer de este trabajo una tarea interminable (aunque posiblemente factible con el tiempo), por lo que se limitará a analizar una de las posibles consecuencias que la prisionización puede tener en los presos: la ansiedad, y cómo esta ansiedad interfiere en su bienestar dentro de la prisión y de cara a su puesta en libertad. Como ya se ha comentado, el análisis debería ser más complejo, pues un comportamiento social como es la trasgresión de las normas fundamentales de convivencia y respeto al resto de individuos no se produce porque sí, sino que, tal como se entiende hoy en día y gracias a las distintas teorías que han estado vigentes a lo largo de la historia –no olvidemos que los actos contra la sociedad o actos delictivos han interesado en cualquier período histórico, tanto su explicación como su prevención y castigo-, es fruto de numerosos factores que inciden en un mismo individuo en diferentes momentos (factores personales, familiares, de aprendizaje, ambientales…). En este caso se intentará justificar el estudio que de la ansiedad se hace como variable que se puede encontrar en la génesis de la delincuencia y, sobre todo, cómo la pérdida de la libertad influye en dicho constructo de una forma negativa, demostrando, consecuentemente, el fracaso o error de las concepciones que abogan por la reincorporación del preso a la vida común sin el tratamiento adecuado de los múltiples factores influyentes (la ansiedad, en este caso). De este modo, conocer las circunstancias negativas que rodean a un delincuente preso puede ayudar a que su privación de libertad y la posterior reinserción en la sociedad suceda de una forma lo menos traumática posible. La imagen que la sociedad tiene de la prisión nada tiene que ver con su realidad. Desde el momento en el que a través de la opinión pública se demanda una vuelta atrás en la evolución penitenciaria, hemos de ser conscientes del desconocimiento en esta materia. A pesar de que siempre ha existido una lucha entre intereses aparentemente contrapuestos, la sociedad y el individuo, (decimos aparentemente porque aunque la sociedad tiene el derecho a vivir “tranquila y segura”, ésta no debe contravenir el derecho del individuo a resarcir el daño realizado y reconocer el error cometido), la reinserción, pues, fin último de la aplicación de la pena privativa de libertad, no es un interés opuesto al de la sociedad, como hasta el siglo pasado se pensaba, sino una necesidad en sí misma. No debe existir una lucha entre la sociedad y el individuo porque, como los psicólogos, los antropólogos y sociólogos saben, el hombre sin la sociedad no se concibe, ni la sociedad sin el individuo. No se pretende descargar de responsabilidad al trasgresor social (delincuente), afirmando que su comportamiento es fruto de una “conjura de circunstancias”. Muy al contrario, somos conscientes de que la libertad personal ante las elecciones de la vida está por encima de cualquier condicionante, pero tales condicionantes formarán parte de los supuestos beneficios resultantes de la elección; por lo tanto, si se conocen la influencia y el peso de los distintos condicionantes podríamos conseguir en un futuro mejorar la capacidad de elección mediante un conocimiento mayor, mejor por estar más formado, aunque, parafraseando a Darwin, Marcuzzo (2001) afirma: “si la miseria de nuestros criminales (“nuestros pobres” según Darwin) no fuese causada por las leyes de la naturaleza sino por nuestras instituciones, nuestra culpa sería grande”. |
Cita | Núñez Gaitán, M.d.C. (2006). Ansiedad en delincuentes institucionalizados. (Tesis Doctoral Inédita). Universidad de Sevilla, Sevilla. |
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