Resumen | El trabajo de investigación que presentamos para su valoración como tesis doctoral
se enmarca en la disciplina de la Toponomástica. El objetivo del estudio ha sido, en primer
lugar, la elaboración del corpus toponímico ...
El trabajo de investigación que presentamos para su valoración como tesis doctoral
se enmarca en la disciplina de la Toponomástica. El objetivo del estudio ha sido, en primer
lugar, la elaboración del corpus toponímico del término municipal de Gata, en la sierra
homónima del norte de Cáceres, para proceder luego a una interpretación históricolingüística
de cada una de las entradas de dicho corpus.
La primera dificultad y, al mismo tiempo, fuente de acicate para nuestro proyecto
ha sido la ausencia de recopilaciones de formas onomásticas y de estudios relativos a la
toponimia de la zona y, por tanto, la falta de una nomenclatura normalizada para cada
paraje, pues tal y como señala Gordón Peral, a diferencia de lo que ocurre en las
comunidades bilingües del país, que disponen de amplios y fiables repertorios de nombres
de lugar, recogidos a través de encuesta directa y análisis documental, y transcritos de
acuerdo con unas normas de estandarización establecidas previamente, las comunidades
monolingües y meridionales carecen de inventarios toponímicos válidos, por no haber
contado con una metodología rigurosa para compilar los nombres ni unos criterios de
normalización estrictamente científicos (2013b: 2572-2573). En estos mismos términos
se expresa Ruhstaller al afirmar que:
Queda todavía mucho por hacer sobre todo en lo que a recopilación de materiales se
refiere […]. En este terreno es preciso reconocer que, en el contexto geográfico de la
Península Ibérica, las áreas más deficitarias son las de habla castellana, cuyos
investigadores pueden aprender enormemente del trabajo que viene desarrollándose desde
hace años en Cataluña, Valencia, el País Vasco o Galicia. (RUHSTALLER 2010: 244)
Las iniciativas llevadas a cabo para la normalización de los nombres de lugar en las
comunidades bilingües han sido ponderadas también por Becker, quien señala que: “En
cuanto a los inventarios de referencia que representan la culminación de la
estandarización onímica, las regiones de Cataluña y de Galicia son evidentemente las
mejor dotadas” (BECKER 2014: 2476).
Otro de los problemas a la hora de llevar a cabo la recopilación de los nombres de
lugar ha sido la imposibilidad de documentar en textos escritos algunas de las formas
orales recogidas. Pero también se ha dado la situación inversa, es decir, muchos de los
topónimos extraídos de documentos de más de cien años no aparecen registrados en
fuentes más modernas. Por otra parte, en muchos casos convive una gran variedad de
formas lingüísticas en uso, tanto escritas como orales, para denominar un mismo paraje,
por lo que no resulta siempre fácil elegir una de ellas como punto de partida para su
estudio.
Existe además una dificultad añadida para los trabajos de Toponomástica, y es que
para una correcta interpretación de un topónimo no basta con las herramientas que la
Filología y sus distintas ramas pueden aportar, sino que se requiere del conocimiento y
manejo de otras disciplinas, tales como la Geografía, la Arqueología, la Botánica o la
Zoología. Este carácter interdisciplinar de la investigación es, empero, un aliciente más
para nuestro estudio, al tiempo que proporciona soluciones inesperadas para la
interpretación de algunos de los topónimos. Ahora bien, la interpretación de los nombres
de lugar, como recuerda Gordón Peral, debe hacerse con un método adecuado a su
naturaleza, y:
El método de investigación adecuado a la toponimia debe ser estrictamente linguiístico:
teniendo presente que todo topónimo ha sido en primer lugar un apelativo, un nombre
común de alguna lengua hablada. El toponimista serio no debe olvidar esto nunca: todo
nombre de lugar fue un apelativo en su origen. (GORDÓN PERAL 2009a: 22
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