Papel de la autofagia en el cáncer. ¿Ángel o demonio?

Abstract

La autofagia es un proceso celular catabólico en el que los lisosomas, en ciertas condiciones desfavorables como pueden ser la escasez de energía, nutrientes o situaciones de estrés, empiezan a degradar proteínas y orgánulos viejos para reciclarlos y obtener así la energía necesaria para mantener las funciones celulares. Múltiples investigaciones han demostrado que fallos en la regulación de la autofagia están presentes en numerosas enfermedades como puede ser el cáncer. En esta revisión evaluaremos cuál es el papel de la autofagia en el cáncer y veremos que tiene un doble rol. En las etapas iniciales de esta enfermedad se ha demostrado que la autofagia tiene un papel protector evitando la acumulación de especies reactivas de oxígeno y demás componentes tóxicos. Sin embargo, también se ha observado que en ciertos tipos de cánceres la autofagia tiene un papel promotor de tumores. Este efecto ocurre una vez que la enfermedad ya está instaurada. En estas condiciones las células neoplásicas utilizan la autofagia para satisfacer sus necesidades energéticas. La autofagia también está presente en la aparición de resistencia a los tratamientos y en la metástasis del cáncer, pero su efecto dañino o beneficioso dependerá principalmente del tipo de cáncer y de la etapa en la que se encuentre.