Resumen | Estudio de un alma humana recupera la figura literaria de la huérfana decimonónica – novelas como Jane Eyre (Brontë, C.,
1847) o Anne of Green Gables (Montgomery, L.M:, 1908) –, situada en la Sevilla del XIX, ciudad y ...
Estudio de un alma humana recupera la figura literaria de la huérfana decimonónica – novelas como Jane Eyre (Brontë, C.,
1847) o Anne of Green Gables (Montgomery, L.M:, 1908) –, situada en la Sevilla del XIX, ciudad y época poco explorados
en la cinematografía española, pese a su riquísima aportación a la identidad nacional y regional. Estudio de un alma humana supone una traslación « a la española » de estas heroínas anglosajonas, de increíble popularidad aún en nuestro tiempo, gracias a la enorme oferta de cine y series históricas, debido a su carácter intergeneracional. Del mismo modo, si bien el filme se sitúa en un pasado lejano para nosotros, la historia nos transmite una intencionalidad de entender al ser en
sociedad, tomando los valores “perdidos” de la Modernidad, confrontados a los de nuestra era. Formula cuestiones de
actualidad en torno a qué compone a una familia, qué valor le atribuimos a la soledad en el ecosistema humano,
obsesionado con la protección y el refugio en los otros, o a qué condicionamientos estamos sujetos a la hora de establecer
vínculos con las personas de nuestro entorno. Intenta reforzar el proceso de implicación del espectador con la trama,
presentando una visión más solida, menos relativista de grandes cuestiones como los vínculos afectivos o la soledad.
Con una pretensión de esteticismo depurado, cercano al paisajismo de los impresionistas y a los
encuadres bucólicos de filmes clásicos del género, Estudio de un alma humana busca desvincularse
igualmente de la producción prácticamente seriada del cine hollywoodiense, para evocar una estética
europea, clasicista, romántica. La elección de situar la historia en Sevilla supone una apuesta distinta,
reafirmando, así, la doble personalidad de la ciudad; por un lado, como la antaño gran metrópolis del
sur de Europa, y como escenario “exótico”, fetiche de los románticos.
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