Itinerarios: teatro y ciudad. Proyectos escénicos no construidos del arquitecto Aníbal González para la exposición iberoamericana de 1929

Abstract

Los años de la construcción de la Exposición iberoamericana de Sevilla, fueron el triunfo de la burguesía, formada por industriales y profesionales, gente culta y con una elevada conciencia de clase, que demandaba nuevos espacios donde relacionarse. A principios del siglo XX se desarrollaba una cultura del entretenimiento, orientada a satisfacer las demandas de este colectivo de fuertes vínculos con la nobleza. El espectáculo que mejor ejemplificaba esto era el teatro, que, si bien existía desde hace siglos, durante estos años ganaría importancia, tamaño y efecto. Sevilla concentrará una rica oferta cultural que con los años ha ido menguando, olvidándose de aquellos espacios que siguen a la espera de una oportunidad que se les devuelva el esplendor que tuvieron en la Sevilla de principios del s XX. Los teatros de la ciudad se concentraban en las calles del centro histórico, desde Sierpes, hasta Amor de Dios, pasando por Trajano y Puerta Osario. Un ámbito que se amplió con la llegada de la Exposición iberoamericana de 1929, cuando se extendió hasta el Parque María Luisa. Muchos se conservan, algunos desaparecieron hace décadas, y otros, no llegaron a construirse, como ocurrió con el Pabellón de Actos y Fiestas-Servicios Generales, o el Teatro Luca de Tena, ambos proyectados por el arquitecto Aníbal González Osorio. Estos, nunca llegaron a ejecutarse. En definitiva, itinerarios de una ciudad ampliada y abierta al progreso, que disfruta de un ocio acorde con el marco internacional europeo.

The years of the construction of the Ibero-American Exhibition in Seville were the triumph of the bourgeoisie, made up of industrialists and professionals, educated people with a high class consciousness, who demanded new spaces in which to socialise. At the beginning of the 20th century, a culture of entertainment developed, aimed at satisfying the demands of this group with strong links to the nobility. The spectacle that best exemplified this was the theatre, which, although it had existed for centuries, would gain in importance, size and effect during these years. Seville would concentrate a rich cultural offer that over the years has been dwindling, forgetting those spaces that are still waiting for an opportunity to return them to the splendour they had in Seville at the beginning of the 20th century. The city's theatres were concentrated in the streets of the historic centre, from Sierpes to Amor de Dios, passing through Trajano and Puerta Osario. This area was extended with the arrival of the Ibero-American Exhibition of 1929, when it extended as far as the Parque María Luisa. Many are still preserved, some disappeared decades ago, and others were never built, as was the case with the Pavilion for Events and Festivities General Services, or the Luca de Tena Theatre, both designed by the architect Aníbal González Osorio. These were never built. In short, itineraries of an enlarged city open to progress, which enjoys a leisure time in accordance with the international European framework.