Abstract | El objetivo perseguido con este trabajo titulado Estatuaria ibérica en Andalucía
Occidental es el estudio, desde diferentes puntos de vista -descripción formal y material,
catalogación iconográfica y comparación con ...
El objetivo perseguido con este trabajo titulado Estatuaria ibérica en Andalucía
Occidental es el estudio, desde diferentes puntos de vista -descripción formal y material,
catalogación iconográfica y comparación con paralelos bibiliográficos-, de las piezas
escultóricas pertenecientes a la cultura ibérica halladas en Andalucía Occidental en
tanto que son expresión de una sociedad –de sus usos y costumbres, creencias
religiosas, etcétera- y su acontecer histórico, ámbito este último en el que esas piezas
nos hablan del constante trasiego de imágenes e ideas entre Oriente y Occidente del que
fue soporte vehicular el Mar Mediterráneo; al mismo tiempo lo son de la absorción y
adecuación a si mismas que, de ellas –imágenes e ideas-, hicieron las sociedades
peninsulares, en este caso las llamadas ibéricas. Para lo anterior era necesario en primer
lugar la localización material o documental de todo ese material así como su posterior
reordenación, algo imprescindible dado el tiempo transcurrido desde la última vez que
se sometió dicho material a un estudio del tipo que nos ocupa y los muchos nuevos
estudios y descubrimientos que se han venido sucediendo. El anterior objetivo suponía
el análisis iconográfico, estilístico y comparativo de esas piezas para poder encuadrarlas
dentro de las manifestaciones artísticas propias del período histórico en el que se dieron,
lo que constituía un segundo objetivo al que podría incorporarse un tercero y último
objetivo que era una más que previsible confección de un catálogo total o parcial de
esas piezas, objetivo que se ha intentado cumplir en la medida permitida por las que lo
componen, el acceso a las mismas, la bibliografía sobre ellas y los conocimientos que
he ido adquiriendo a lo largo de todo el tiempo utilizado en esta cuestión.
Las sociedades ibéricas eran sociedades principescas al igual que muchas otras de las
que poblaban las tierras que orillaban el Mediterráneo y, como estas, detentaron un
poder y un prestigio que precisaba de imágenes para su proclamación y sostenimiento;
imágenes que tomaron de los pueblos colonizadores, fenicios, primero, y griegos,
después, que llegaban a sus tierras pero que, también, debieron modificar sus propias
ideas. A lo anterior sucedió, ya cercanos al cambio de era, la llegada de la plástica
romana –itálica- cuya adopción, junto a las ideas y conceptos que le eran implícitos, fue
necesaria, más bien impuesta, pero, desde luego, ya no voluntaria, y, desde luego,
drástica transformadora, al igual que para el resto de las peninsulares, de las sociedades
ibéricas, no para su enriquecimiento sino para su lenta y gradual desaparición como
cultura autóctonas.
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