Exosomas y cáncer

Abstract

Los exosomas son vesículas extracelulares que pueden ser liberadas por cualquier tipo de célula. Su contenido es variable, pero pueden llevar proteínas, lípidos o ácidos nucleicos. Estas vesículas extracelulares participan en la comunicación entre células, manteniendo la homeostasis celular y colaborando en diversas funciones fisiológicas. Sin embargo, también pueden estar involucrados en el desarrollo de enfermedades como el cáncer. Los exosomas pueden favorecer el desarrollo del cáncer, gracias a la transmisión de proteínas o ácidos ribonucleicos (ARN). Debido a esta transmisión por parte de los exosomas, procesos como la angiogénesis o la metástasis se ven favorecidos lo que beneficia a las células cancerígenas que pueden continuar, sin problemas, su crecimiento. Pero al mismo tiempo, los exosomas pueden ser claves para las terapias anticancerígenas. Al ser vesículas tan pequeñas y no generar una respuesta del sistema inmune para atacarlos, los exosomas pueden ser utilizados para llevar fármacos a la zona del tumor. Asimismo pueden ayudar a activar el sistema inmune, favoreciendo la eliminación de las células cancerígenas, y pueden ser utilizados como biomarcadores para observar la evolución de la enfermedad. Aunque el empleo de los exosomas en las terapias anticancerígenas puede llegar a ser muy útil, se necesita aún un mayor número de ensayos clínicos que prueben la efectividad y la rentabilidad de su uso. Todo ello, junto con un mayor estudio de la participación de los exosomas en el desarrollo del cáncer, podría posicionar a los exosomas como una herramienta muy útil en la lucha contra el cáncer.