Resumen | El modelo de ciudad disperso y de baja densidad tuvo auge en la modernidad por el
desarrollo industrial de occidente, como respuesta a las bajas condiciones de vida que se
ofrecían dentro de la urbe y figuró como un ...
El modelo de ciudad disperso y de baja densidad tuvo auge en la modernidad por el
desarrollo industrial de occidente, como respuesta a las bajas condiciones de vida que se
ofrecían dentro de la urbe y figuró como un paradigma de vida del habitante asalariado
promedio. Este modelo categorizado también como: ciudad jardín, ciudad suburbio o
ciudad dormitorio, tiene una herencia monofuncional y residencial proveniente de la
filosofía del modernismo racional y depende de la condición suburbana de la metrópoli
contemporánea, estableciendo relaciones de dependencia entre centro y periferia. En la
actualidad se evidencia los impactos negativos de este modelo a nivel mundial como: el
consumo desequilibrado de suelo, el encierro urbano, la dependencia del automóvil
motorizado y el consumo insostenible de energía.
Tras décadas de expansión urbana e impulsado por el mercado inmobiliario, este modelo
de desarrollo se ha instaurado en el imaginario colectivo occidental como idealista,
fracturando las relaciones con el medio ambiente y el territorio. La creciente demanda de
energía para los desplazamientos hacia las centralidades urbanas, donde se ubican las
fuentes de trabajo y servicios, las redes de infraestructura careciente, la jerarquía socioespacial,
la reducción de áreas de campos de cultivo y áreas protegidas, manejo de
deshechos y el rentable mercado de suelos, han ocasionado incuestionables efectos de
pobreza urbana, segregación espacial, híper-individualización, inequidad territorial y la
absoluta dependencia de vehículos motorizados.
Para tratar estos escenarios, a manera de intervención, se requiere el estudio de las causas
originales del desarrollo urbano y la selección de indicadores adaptables al territorio. Los
estudios teóricos, entre los que se destaca el análisis realizado por el profesor F. Indovina,
sobre las estrategias de intervención en la ciudad de baja densidad pueden sugerir
posiciones enérgicas para frenar el crecimiento expansivo hasta reflexiones permisivas y
de trabajo complementario. En Quito, capital del Ecuador, la planificación urbana de la capital ha permitido un
desarrollo disperso y de baja densidad en las parroquias suburbanas como consecuencia
de la metropolitanización, resumiendo su actividad simplemente a la modificación del uso
de suelo rural a urbano, sin identificar regiones urbanizables. La transformación del
paisaje urbano de la parroquia suburbana de Conocoto retrata los distintos momentos
del modelo de ciudad, sin dejar una impronta homogénea. Los equipamientos
desarticulados, la dependencia de motorizados, el espacio público reducido únicamente
a parques y plazas monumentalizadas, afirman la fractura del territorio.
El presente estudio analiza y describe la situación urbanística de la subcentralidad
“Parque de La Armenia” situada en la parroquia suburbana de Conocoto, al costado
suroriente del Distrito Metropolitano de Quito; para formular estrategias de acción y
frenar el desarrollo del modelo urbano establecido, permitiendo aumentar su densidad y
dinámica urbana.
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