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Trabajo Fin de Grado

dc.contributor.advisorHuici, Adriánes
dc.creatorMorilla Bejarano, Claudiaes
dc.date.accessioned2022-07-26T10:46:17Z
dc.date.available2022-07-26T10:46:17Z
dc.date.issued2022-06
dc.identifier.citationMorilla Bejarano, C. (2022). La banalidad del mal aplicada al conflicto de Ucrania (2022). (Trabajo Fin de Grado Inédito). Universidad de Sevilla, Sevilla.
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/11441/135786
dc.description.abstractTras la declaración de guerra de Rusia a Ucrania el pasado 24 de febrero de 2022, el estallido de una guerra vuelve a ser objeto de estudio. De nuevo, estamos presenciando un conflicto internacional en el que intervienen factores geográficos, políticos, históricos e incluso psicológicos. El mundo no es ajeno a los mecanismos de coerción y manipulación que los líderes y los medios de comunicación ejercen sobre la población, pero cuando la individualidad se torna indispensable, dicha población parece dejar de poseer la capacidad de ejercer el pensamiento crítico. Ya sucedió en la Alemania nazi, cuando la sistematización del Holocausto se volvió algo cotidiano y rutinario, que los funcionarios de la época realizaban sin remordimientos en su día a día. Fue en el juicio de uno de estos funcionarios, Adolf Eichmann -nada más y nada menos que el encargado de sistematizar la estructura ferroviaria que transportaba los judíos a los campos de concentración y de exterminio (Arendt, 1963)-, donde la pensadora Hannah Arendt conceptualizó la alienación y la falta de juicio y pensamiento propio de los nazis que actuaban en nombre del Tercer Reich. Así, mediante la burocratización del ejercicio del mal, se puso en marcha un mecanismo de ejecución mortal, que llevó al asesinato de millones de personas inocentes. Cuando el poder político manipula la conciencia del pueblo minimizando las consecuencias de sus acciones, desencadena un proceso mental en el que el individuo ejecutor deja de sentir remordimientos o arrepentimiento por sus acciones. El concepto de la banalidad del mal no quiere decir que el mal en sí sea nimio, sino que es la trivialidad con la que se ejerce ese mal la que es banal. Eliminar la trascendencia de las acciones -y más si son acciones que atentan contra la vida de los demás- de las mentes de las personas, es lo que dirige a las naciones al fracaso y a las guerras. Ya se vieron los resultados después de la caída del Tercer Reich, millones de muertes y de vidas arrebatadas. Aun así, el ser humano continúa arrasando con los pueblos de otras naciones o identidades. El odio interiorizado y sistematizado mueve a las masas que se dejan manipular por los populismos del poder, y que interioriza eufemismos en pos de evitar pensar en el significado real que se esconde tras las expresiones decoradas. Ahora, en pleno 2022, el continente europeo está volviendo a presenciar otra guerra sobre su terreno. El conflicto ruso-ucraniano vuelve a poner en tela de juicio el concepto de la banalidad del mal, y requiere que sea tratado en estos tiempos que corren. Tras poner en contexto la guerra entre Rusia y Ucrania, se ha analizado el discurso del presidente Vladimir Putin, a través del cual dio inicio al combate el pasado 24 de febrero. Gracias al pensamiento crítico implorado por Arendt para evitar caer en la banalidad del mal, se ha examinado dicho discurso a fin de identificar las claves que pueden derivar en que el pueblo interiorice de nuevo la violencia sistematizada y la ejerza rutinariamente sin cargo de conciencia alguno.es
dc.description.abstractFollowing Russia's declaration of war on Ukraine on 24 February 2022, the outbreak of war is once again under scrutiny. Once again, we are witnessing an international conflict involving geographical, political, historical and even psychological factors. The world is no stranger to the mechanisms of coercion and manipulation that leaders and the media exercise over the population, but when individuality becomes indispensable, the population seems to cease to possess the capacity for critical thinking. This was already the case in Nazi Germany, when the systematisation of the Holocaust became a daily routine, which the officials of the time carried out without remorse in their day-to-day work. It was in the trial of one of these officials, Adolf Eichmann - none other than the man in charge of systematising the railway structure that transported Jews to the concentration and extermination camps (Arendt, 1963) - that the thinker Hannah Arendt conceptualised the alienation and lack of judgement and thought inherent in the Nazis acting in the name of the Third Reich. Thus, through the bureaucratisation of the exercise of evil, a mechanism of deadly execution was set in motion, leading to the murder of millions of innocent people. When political power manipulates the conscience of the people by minimising the consequences of their actions, it triggers a mental process in which the individual executor ceases to feel remorse or regret for his actions. The concept of the banality of evil does not mean that the evil itself is trivial, but rather that it is the triviality with which the evil is exercised that is banal. Removing the significance of actions - especially actions that threaten the lives of others - from people's minds is what leads nations to failure and war. We saw the results after the fall of the Third Reich, millions of deaths and lives taken. Yet human beings continue to ravage the peoples of other nations or identities. Internalised and systematised hatred moves the masses who allow themselves to be manipulated by the populisms of power, and who internalise euphemisms in order to avoid thinking about the real meaning behind the decorated expressions. Now, in the midst of 2022, the European continent is once again witnessing another war on its soil. The Russian-Ukrainian conflict once again calls into question the concept of the banality of evil, and requires that it be addressed in these times. After putting the Russia-Ukraine war in context, President Vladimir Putin's speech, through which he launched the fighting on 24 February, has been analysed. Thanks to the critical thinking implored by Arendt in order to avoid falling into the banality of evil, this speech has been examined in order to identify the keys that can lead people to re-internalise systematised violence and exercise it routinely without any conscience.es
dc.formatapplication/pdfes
dc.format.extent47es
dc.language.isospaes
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional*
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.subjectBanalidad del males
dc.subjectPensamientoes
dc.subjectAlemaniaes
dc.subjectNazies
dc.subjectObedienciaes
dc.subjectRusiaes
dc.subjectUcraniaes
dc.subjectGuerraes
dc.subjectBanality of Eviles
dc.subjectThoughtes
dc.subjectGermanyes
dc.subjectObediencees
dc.subjectRussiaes
dc.subjectUkrainees
dc.subjectWares
dc.titleLa banalidad del mal aplicada al conflicto de Ucrania (2022)es
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/bachelorThesises
dc.type.versioninfo:eu-repo/semantics/publishedVersiones
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses
dc.contributor.affiliationUniversidad de Sevilla. Departamento de Comunicación Audiovisual, Publicidad y Literaturaes
dc.description.degreeUniversidad de Sevilla. Grado en Publicidad y Relaciones Públicases
dc.publication.endPage48 p.es

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