Resumen | Somos seres de mediaciones, por ese motivo estimamos a la palabra, la más humilde y
especial de todas las mediaciones. Sin embargo, tenerla en tan alta consideración no nos
ha impedido en ocasiones malograrla, banalizarla ...
Somos seres de mediaciones, por ese motivo estimamos a la palabra, la más humilde y
especial de todas las mediaciones. Sin embargo, tenerla en tan alta consideración no nos
ha impedido en ocasiones malograrla, banalizarla o pervertirla con manipulaciones.
Algunas palabras han sido heredadas, otras son re-creadas, otras inventadas. En todas
ellas tienen lugar los recuerdos, los descubrimientos, las representaciones, las
invenciones. Las palabras descubren e inventan la realidad, la reducen o la elevan,
llevando al presente a posibilidades no exploradas.
Para que la palabra ejerza su autoridad, debe previamente acontecer una apertura y una
escucha fundamental. La mutua comprensión es resultado de ella. Sin comprensión el
hombre vive una falta, una carencia esencial. Así viven quienes por incapacidad, por
injusticia, temor o por ser víctimas de dispositivos de exclusión social, se les niega el
pensar y la palabra.
La presente comunicación intenta mostrar cómo, a pesar de los numerosos intentos
mostrados por los mass media así como por aquellos recogidos en la legislación educativa
española, siguen sin articularse de forma clara y definida las estructuras y dispositivos
de mejora de la comunicación y del pensamiento crítico necesarios para la vida en
sociedades democráticas en el siglo XXI.
Nacido a finales de los años 60, dentro de lo que se vino en llamar “Movimientos de
Renovación Pedagógica”, el proyecto educativo de Mathew Lipman y Ann Margaret
Sharp, reconocido hoy internacionalmente por “Filosofía para niños”, ofrecía un
programa para la mejora de la capacidad de pensar en la educación formal e informal que
se ha constituido en referente para la mejora de la comunicación y el pensamiento en
numerosas parcelas de la formación personal y social.
La teoría y puesta en práctica de “Filosofía para niños”, como forma de diálogo en grupo
socrático de investigación, ha venido a constituir una praxis pedagógica de alto nivel,
cuya propuesta de una filosofía de la educación basada en la experiencia sigue (aunque
en revisión) de plena actualidad en nuestros días.
“Filosofía para niños” se sirve de los numerosos recursos que la filosofía ha ido aportando a la humanidad por espacio de más de veinte siglos presentándolos a niños,
jóvenes y adultos en general de modo narrativo con vista al desempeño de un papel
importante en el plan de estudios o trabajo de muchas escuelas e instituciones educativas.
|