Factores que influyen en la satisfacción corporal del alumnado de conservatorios de danza

Abstract

Existe suficiente evidencia que indica que las personas que se dedican a la danza presentan una alta vulnerabilidad para desarrollar trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Sin embargo, parece que no es la danza como actividad en sí misma la que promueve la insatisfacción corporal y las conductas alimentarias anómalas sino más bien algunos aspectos que tienen lugar en ciertos contextos profesionales con altas exigencias artísticas. El objetivo de este estudio ha sido: (a) detectar, desde la perspectiva del alumnado de danza, qué factores de los presentes en el Conservatorio podrían actuar como de riesgo o de protección en cuanto a la satisfacción con su cuerpo y por ende, en la probabilidad de desarrollar problemas alimentarios y (b) observar si existen diferencias en función del sexo y del nivel académico en los estudios de danza en las variables estudiadas (insatisfacción corporal, sintomatología depresiva y conductas alimentarias anómalas). Han participado 369 estudiante de cuatro especialidades (flamenco, danza española, ballet y danza contemporánea) de dos conservatorios profesionales de danza de Andalucía. Para los análisis se ha hecho uso de una metodología mixta (cuantitativa y cualitativa). Los resultados sugieren que los bailarines y bailarinas de los cursos superiores son los que mayor riesgo presentan y que, al contrario de lo descrito para poblaciones adolescentes y jóvenes no bailarines, los chicos que bailan poseen igual vulnerabilidad que las chicas en cuanto a sentirse insatisfechos con sus cuerpos y al desarrollo de las conductas alimentarias anómalas. Con respecto a los factores de riesgo, los/as bailarinas destacan el efecto perjudicial que presentan los comentarios y las actuaciones de algunos/as profesores/as, el uso del uniforme (maillots y medias que marcan el cuerpo) y la utilización sistemática de los espejos como herramienta de trabajo. Además, se han hallado otros factores no descritos anteriormente en la literatura como la conducta de los compañeros o la realización de un movimiento incorrectamente. Respecto a los factores de protección percibidos, hemos observado que el tener un buen clima de clase, disponer de libertad en el vestuario, bailar o recibir reforzamiento positivo tras la ejecución protegen contra la insatisfacción corporal. Por último, nuestros resultados muestran que las personas que creen que los espejos influye negativamente en su imagen corporal, son las que presentan mayores niveles de insatisfacción corporal, IMC, sintomatología depresiva y conductas alimentarias anómalas en comparación con las que perciben un efecto neutro o incluso positivo. Tras el análisis de estos datos, hemos diseñado un programa pionero y específico para promover la satisfacción corporal y las conductas alimentarias saludables dentro de los Conservatorios Profesionales de Danza llamado "Imagen Positiva y Alimentación Saludable en Danza" (IPASDA) en el que se incluye un protocolo de actuación para el profesorado con el objetivo último de reducir el alto riesgo de TCA en estos contextos.