Renovatio Iberoamericana.

Abstract

El consabido argumento de la dualidad centro-periferia, aplicado al caso concreto del arte colonial iberoamericano, conduce, en la mayoría de los casos, a interpretaciones unidireccionales que no tienen en cuenta el ritmo propio de lo americano respecto al arte occidental, lo que supone dejar de lado rasgos autóctonos, con evidentes diferencias entre los distintos contextos espacio-temporales, cuestión, esta última, derivada de una natural evolución estilística aplicable también para el caso europeo. Esta interpretación incompleta supone además una cierta miopía que sólo atiende al hecho de la imitación, pero que en ningún caso advierte una posible confrontación estilística entre el modelo de partida y el resultado final. En este sentido, el hecho de la imposición de lo cristiano sobre lo indígena nos conduce hacia una idea más amplia de superposición de culturas, entendida ésta como la reafirmación del vencedor sobre el vencido, es decir, como una imagen de dominio ideológico válida, por consiguiente, también para otros periodos estilísticos peninsulares como puedan ser el visigodo o el islámico, por citar sólo dos ejemplos. En el caso americano, si bien es cierto que tras el descubrimiento la evangelización fue un excelente pretexto para conseguir el control religioso del territorio, lo que parece evidenciarse con las documentadas disputas entre diversas órdenes religiosas por controlar las donaciones e ingresos de una ciudad, ¿ citar en este punto la oposición, por parte de los franciscanos, llegados a Nueva España en 1524, a la instalación de los carmelitas en Querétaro- también es manifiesto que esta trasposición estilística supuso, en numerosas ocasiones, el surgimiento de formas novedosas como las capillas de indios o capillas abiertas, auténticas iglesias seccionadas cuyo principal objetivo era conseguir la visibilidad del altar desde cualquier punto del atrio, habida cuenta de que los dias festivos la gente no cabía en las iglesias; este objetivo también alimentó propuestas más audaces desde un punto de vista formal - que parecen anticiparse, sin pretenderlo, al dinamismo del barroco ¿ propuestas como la de la catedral de Pátzcuaro, impulsada por Vasco de Quiroga, o la de Teposcolula, ambas realizadas en México hacia mediados del s.XVI. Otro capítulo importante sería el de los materiales, que actuaron como auténticos condicionantes de las características formales del arte de las distintas zonas; así, destacar la sensualidad decorativa de los interiores de las iglesias de Bogotá, el protagonismo de la madera en Lima, de la azulejería en Puebla o del tezontle y la chiluca en México, por citar sólo unos cuantos ejemplos. En el caso del empleo de la quincha ¿ cañas trabadas con barro- en Perú, se trataba además de dar solución al problema sísmico, resuelto en otras zonas como Antigua (Guatemala) u Oaxaca aumentando el espesor de los muros.

The usual argument of the center-periphery duality, applied to the case of Latin American colonial art, leads, in most cases, unidirectional interpretations which do not take into account the rhythm of the American compared to Western art, which is neglecting indigenous features, with clear differences between different contexts spacetime, matter, the latter derived from a natural stylistic evolution also applies to the European case. This incomplete interpretation also implies a certain myopia that serves only the fact of imitation, but warns that under no circumstances a possible confrontation between the model stylistic starting and the end result. In this sense, the fact of the imposition of Christianity on the indigenous leads to a broader idea of ​​overlapping cultures, understood as a reaffirmation of the victor over the vanquished, that is, as an image of ideological domination valid, Therefore, also for other peninsular stylistic periods as may be the Visigoth or Islamic, to cite just two examples. In the American case, although it is true that after the discovery of evangelization was an excellent pretext for religious control of the territory, which seems evident with documented disputes between various religious orders to control donations and income of the city, what mention at this point the opposition, by the Franciscans, arrived in New Spain in 1524, the installation of the Carmelites in Queretaro is also clear that this stylistic transposition meant, in many cases, the emergence of new forms like the chapels Indian or chapels, authentic churches sectioned whose main objective was to get the visibility of the altar from anywhere on the court, given that the holidays people do not fit in the churches; This objective also fed bolder proposals from a formal point of view - they seem to anticipate, unintentionally, the dynamism of the Baroque Are the proposed as the cathedral of Patzcuaro, driven by Vasco de Quiroga, or Teposcolula, both held in Mexico the mid-sixteenth century. Another important chapter would be to the material, which acted as real constraints of the formal art of the different areas; thus highlighting the sensuality of decorative interiors of the churches of Bogota, the role of wood in Lima, the tiles in Puebla or chiluca tezontle and in Mexico, to cite just a few examples. For the use of thatch ¿reeds with mud-locked in Peru, was also resolving the seismic problem, solved in other areas like Antigua (Guatemala) or Oaxaca increasing the thickness of the walls.