Resumen | Este trabajo está basado, desde su introducción, en un arquetipo del buen político definido por
Ortega y Gasset en su libro Mirabeau o el político (1927). A modo de esbozo, Ortega determina
que el arquetipo del estadista ...
Este trabajo está basado, desde su introducción, en un arquetipo del buen político definido por
Ortega y Gasset en su libro Mirabeau o el político (1927). A modo de esbozo, Ortega determina
que el arquetipo del estadista o buen político no debe ser confundido con el ideal épico que a
menudo se le adjudica. También señala las virtudes de carácter necesarias -nítidamente
diferenciadas de las virtudes comunes- para la acción política de Estado al servicio del bien
común. Además, previamente, se hace una demarcación conceptual del estadista, figura ya
distintiva en escritos de intelectuales de la Antigüedad, como Aristóteles, y posteriormente
ligado al nacimiento del Estado Nación moderno surgido tras la Ilustración.
A partir de ahí, en la primera parte del trabajo, se construye un análisis teórico de la evolución
que a lo largo de los últimos años ha tenido la figura del estadista o líder de Estado en España,
con especial énfasis en el periodo de Transición democrática que va de 1975 a 1982: la
construcción del consenso político-mediático y la opinión pública imperante; el peligro del
consenso en torno a una figura política cuando degenera en censura o en la legitimación de actos
ilegales y el uso partidista del “bien común” transformado en “interés general”.
La segunda parte del trabajo, una vez analizado el aspecto teórico, consistirá en analizar a
algunas de las figuras internacionales que han sido encuadradas, por unas razones u otras, en el
concepto de estadista -desde el punto de vista del desarrollo la comunidad internacional-,
concluyendo en qué medida podrían también encuadrarse en el arquetipo del buen político
orteguiano. Se centrará el análisis en la configuración del nuevo orden mundial surgido de la
Segunda Guerra Mundial, con especial atención a la incipiente Unión Europea, finalizando con
una mirada al presente, cuando en plena globalización se desdibujan las fronteras del
Estado-nación. En este ejercicio de análisis se partirá de figuras con una importante dimensión
local, basculando, posteriormente, hacia su dimensión internacional, clave para el desarrollo de
las relaciones internacionales.
Para finalizar, se añadirá una reflexión sustentada en todo lo anterior, planteando el problema de
la paulatina desaparición de consensos sociales en un entorno de creciente polarización, de la
sociedad líquida que se impone con la digitalización y de la corrupción sistémica que dichos
consensos han permitido. Todo ello con la consecuente imposibilidad de la construcción de
nuevos consensos y grandes proyectos de Estado o de colaboración internacional.
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