Resumen | La Historia de la Farmacia ha ido evolucionando al mismo compás y ritmo que lo ha ido haciendo la sociedad en la que está inmersa. Por ello, su historia ha sido un reflejo de la historia de la propia Humanidad, de cómo ...
La Historia de la Farmacia ha ido evolucionando al mismo compás y ritmo que lo ha ido haciendo la sociedad en la que está inmersa. Por ello, su historia ha sido un reflejo de la historia de la propia Humanidad, de cómo ésta desde el principio de los tiempos se ha ido adaptando a su entor ... Desde el animismo, la racionalidad de los griegos clásicos, la espiritualidad de los monasterios medievales, la belleza del arte renacentista, la emoción de los descubrimientos y la exploración, el florecimiento y explosión de las ciencias y la tecnología en el siglo XIX, los avances en ingeniería genética de nuestros tiempos, todo ha ido conformando la historia de la Humanidad y muy especialmente ha conformado lo que ha sido y es la Farmacia como Ciencia y como Profesión. La Farmacia como tal la podemos contemplar desde tres aspectos fundamentales. El primero en el que la farmacia es la responsable de la obtención, conservación, preparación y adecuada administración de los medicamentos (Cowen y Helfand, 1992). Un segundo en el que aparece como la ciencia del medicamento, es decir, el conjunto de conocimientos existentes sobre los fármacos y los medicamentos, su identificación, sus propiedades y sus acciones. Para ello, se nutre de numerosas ciencias, desde la Botánica, la Química, la Farmacología hasta la Farmacocinética y la Biofarmacia. Y un tercer aspecto en el que se sustenta la farmacia como ciencia experimental, inmersa en el descubrimiento y creación de nuevos medicamentos. Es en el periodo de tiempo que va desde el siglo XIX y primera mitad del siglo XX cuando se produce la evolución de la ciencia farmacéutica y el prodigioso desarrollo del arsenal terapéutico, iniciándose el medicamento actual gracias a los avances realizados en el campo de la Química y la Medicina. La aparición de nuevos agentes terapéuticos más precisos y eficaces, como sueros, vacunas, hormonas, vitaminas, antibióticos, barbitúricos, etc., modifican el papel del farmacéutico a lo largo de este periodo y muy especialmente a lo largo del siglo XX. El desarrollo tecnológico propiciado por la Revolución Industrial da paso a la comercialización masiva de nuevas formas de administración como comprimidos, cápsulas de gelatina, grageas, granulados o viales, permitiendo la fabricación de medicamentos en instalaciones de gran capacidad dando lugar así al inicio de la industria farmacéutica (López y cols., 1999). La Historia de la Farmacia discurre en paralelo a la Historia de la Humanidad, es decir, evoluciona influenciada por los condicionantes socio-culturales de su entorno. Por ello, en nuestro país se va conformando un modelo de farmacia con unas características que lo diferencian de otros, como pueden ser la universalidad y capilaridad de su prestación, basado y fundamentado históricamente en un modelo de distribución generalista. En este escenario se produce la irrupción de las nuevas tecnologías, las denominadas TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), en el mundo de la farmacia. Conceptos como salud electrónica (e-health), EMRs (Electronic Medical Report), receta electrónica (e-prescription), etcétera, hacen su aparición. Y en un principio son percibidos como serios peligros para el modelo de farmacia español. Sin embargo, al ir analizando a lo largo del presente trabajo, la aparición de proyectos como el de Historias de Salud Única (Diraya), la Red Corporativa Farmacéutica, la Receta Electrónica Andaluza (Receta XXI), así como otros derivados de la aplicación tecnológica de los anteriores (Atención Farmacéutica Centralizada), percibimos que las nuevas tecnologías, adecuadamente aplicadas, no suponen ningún riesgo para el modelo farmacéutico español, sino que pueden constituir una baza fundamental para un mayor reforzamiento del mismo.
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